Más costos y menos consumo: el campo y la industria asfixiados por un dólar atrasado

Firmas agropecuarias como Los Grobo, Celulosa, InsuAgro y Agrofina, junto con gigantes siderúrgicos como Aluar y Sidersa, pasaron a tener resultados millonarios negativos respecto del año pasado y aquellas que ya venían golpeadas del 2024 multiplicaron sus pérdidas varias veces.

24 de octubre, 2025 | 16.00

El sector más dinámico de la economía argentina se encuentra contra las cuerdas, enfrentando una crisis de rendimientos derivada del aumento de los costos y menores ingresos de las ventas, que derivó en serios incumplimientos de obligaciones. Producto del atraso cambiario, que pega con mayor crudeza al sector exportador, muchas firmas vinculadas con el agro –como también algunos gigantes del segmento siderúrgico— reconocen haber ingresado en un programa de reestructuración de deuda por falta de liquidez, como consecuencia de un escenario económico adverso e incierto. Firmas agropecuarias como Los Grobo, Celulosa, InsuAgro y Agrofina, junto con gigantes siderúrgicos como Aluar y Sidersa, pasaron a tener resultados millonarios negativos respecto del año pasado y aquellas que ya venían golpeadas del 2024 multiplicaron sus pérdidas varias veces. En ese contexto, la palabra que sobrevuela en los balances presentados a las autoridades bursátiles es de “incertidumbre”.

Mientras el equipo económico que lideran la dupla Caputo-Bausili sella acuerdos de salvataje con bancos extranjeros, organismos internacionales de crédito y el Tesoro de Estados Unidos para asegurar las ganancias de los que se subieron a la bicicleta financieras, en la economía real las deudas se acumulan ante un mercado deprimido y una pésima estrategia financiera. En un intento desesperado por volcar dólares en el mercado y aplacar la demanda de dólares, el Gobierno acordó con un puñado de grandes cerealeras una eliminación de retenciones, cuyo ingreso finalmente quedó neutralizado por la compra de billetes verdes en los mercados paralelos. En el caso de la siderurgia, la apertura comercial y el atraso cambiario llevaron a que las empresas del sector enfrenten una caída de rendimientos derivada de caída en las ventas, tanto internas como externas, y un aumentos en los costos.

El campo en llamas

El caso más resonante en los medios fue la cesación de pagos del grupo Los Grobo, afectado por la caída de sus ventas, que le produjo caída de su liquidez para cumplir con los compromisos. En el último informe anual presentado a la Bolsa, Los Grobo Agropecuaria informó un resultado negativo en la primera mitad de este año de 77.976 millones de peso, un rojo casi cuatro veces mayor (291 por ciento) al de igual período de 2024 (-19.894 millones). “Las variables macroeconómicas del país y las condiciones climáticas adversas afectaron el negocio de la Sociedad en los últimos años”, detalla la firma en el estado de resultados presentado a la Bolsa y la Comisión Nacional de Valores (CNV).

El informe asegura que “este panorama redujo los resultados operativos lo que comenzó a dificultar el cumplimiento de las obligaciones financieras, motivando a iniciar en los últimos tiempos procesos de renegociación y pedidos de dispensas con las entidades bancarias que flexibilizaron las condiciones contractuales”. De acuerdo con el documento, a este panorama se le sumó que, en virtud de un evento de iliquidez en el mercado de pagarés bursátiles para emisores del agro y la imposibilidad de cobro de ciertos créditos en favor de la Sociedad.

A fines de diciembre último la Dirección comunicó públicamente que no pudo hacer frente al pago de un pagaré bursátil y que tampoco podría afrontar los vencimientos de los pagarés con vencimiento hasta el 31 de marzo de 2025. Asimismo, con fecha 15 de enero de 2025, se hizo pública una comunicación en que la Sociedad manifestó que no llegó a un acuerdo con las entidades bancarias y financieras acreedoras por lo que se incumplieron con los respectivos pagos de capital e intereses de las cuotas de diversas obligaciones financieras que vencían por esos días. Con fecha 31 de enero pasado, la Dirección decidió solicitar la apertura del concurso preventivo de la Sociedad para posibilitar la continuidad del negocio y el mantenimiento de la fuente de trabajo, a la par que acordar con sus acreedores comerciales y financieros una reestructuración de la deuda que mantiene. Esta decisión se hizo pública el 3 de febrero de 2025 cuando fue presentada en sede judicial.

Con el objeto de hacerse de liquidez para saldar parte del pasivo, los directivos de la concursada Los Grobo Agropecuaria pusieron en venta el Molino Canepa. Los síndicos del concurso determinaron créditos admisibles con privilegio especial por 18.720 millones de pesos y 84,4 millones de dólares, mientras que otros 90,6 millones de pesos fueron categorizados con privilegio general. En tanto, se determinaron créditos quirografarios por 51.314 millones de pesos y 67 millones de dólares.

La firma Celulosa Argentina informó una pérdida neta hasta agosto de este año de 74.628 millones de pesos, seis veces mayor (527 por ciento) al desempeño negativo de igual lapso de 2024 (-11.889 millones). “En los últimos meses la Sociedad desarrolló sus actividades en un contexto sumamente atípico y adverso. Los profundos cambios que ha instrumentado la presente administración del Gobierno nacional en materia fiscal, monetaria y cambiaria y los impactos que tuvieron en la economía, plantearon desafíos que la Sociedad no ha podido superar y que la llevaron a solicitar el concurso preventivo de acreedores con fecha 5 de septiembre”, advierte en su estado de resultados la firma.

Celulosa explica que los resultados del primer trimestre del ejercicio en curso se han visto severamente afectados “no solo por la continuidad de este contexto económico adverso, sino también por la dificultados financieras y falta de capital de trabajo que imposibilitaron que las plantas industriales operaran de manera continua hasta su parada total en el mes de julio”. La Sociedad sufrió una caída significativa en sus ventas, llegando al orden del 80 por ciento si es comparado con lo logrado en el mismo trimestre del ejercicio anterior. “Ello ha provocado una importante reducción de los niveles de rentabilidad bruta y operativa que alcanzaron el -99% y -124%, respectivamente, en el periodo finalizado el 31 de agosto de 2025 cuando en el mismo período del ejercicio anterior fueron del 9% y -4% respectivamente”, explica el balance de Celulosa.

Como consecuencia de los resultados negativos comentados anteriormente, el ratio de liquidez corriente se redujo drásticamente, “debiendo aclarar que ya contempla la clasificación como pasivos corrientes de todos los vencimientos de las obligaciones negociables como de los restantes pasivos financieros resultantes del incumplimiento de pago”. En marzo último, “se produjo un marcado incremento de la percepción de riesgo sistémico en el mercado financiero por eventos varios que indujeron a muchos acreedores financieros a acelerar la cancelación de sus posiciones, generando una presión creciente sobre la caja y la estructura financiera de la compañía”, señala Celulosa. Estas circunstancias tuvieron como consecuencia principal la retracción absoluta del crédito a la Sociedad, tanto financiero como comercial, debiendo pasar a operar bajo una modalidad de pago contra entrega, al contado o mediante cesión de cheques de terceros.

Esta operatoria se pudo mantener durante varias semanas, hasta que la falta de capital de trabajo volvió inviable el financiamiento de la operación, debiéndose parar la producción en las plantas industriales de Capitán Bermúdez y Zárate, que derivó en un programa feroz de ajuste en los costos.

La Sociedad Insumos Agroquímicos (InsuAgro) pasó de arrojar una ganancia de 230 millones de pesos en la primera mitad de 2024 a una pérdida neta de 2.245 millones en el balance hasta el 31 de junio de este año. “Durante el presente ejercicio, la compañía enfrentó un revés temporal como consecuencia de un mercado de insumos agrícolas con altos niveles de inventario originados por compras agresivas en ejercicios anteriores por temor a la devaluación, generó una presión adicional sobre los precios y una menor adopción de tecnologías de alto valor como las ofrecidas por la compañía”, explica el balance de Insuagro.

A estos se sumó una sostenida caída de los precios de los insumos que impulsó a la baja de los precios de los agroquímicos y/o a la ampliación de los plazos de ventas. “Las condiciones descritas del sector agrícola han ocasionado retrasos en las cobranzas de los créditos por ventas, y sumado a un acceso restringido a fuentes de financiamiento externas, han generado dificultades para hacer frente a nuestras obligaciones financieras en los términos acordados”, explica InsuAgro. La firma anticipó que inició un proceso de renegociación de las deudas comerciales con los proveedores y ajuste de la firma. “Se ha comenzado un proceso de optimización del capital de trabajo y en el reajuste de la estructura de costos para reflejar las condiciones actuales del mercado”, explica la empresa InsuAgro.

Agrofina es una sociedad que se dedica principalmente al desarrollo, producción y comercialización de productos agroquímicos genéricos de alto valor agregado, con capacidad de producir con tecnología propia tanto en lo que respecta a síntesis como a formulación, además de contar con una amplia paleta de productos y registros a su nombre. La pérdida en la empresa llegó hasta junio a 50.069 millones de pesos, tres veces y media (250 por ciento) frente al rojo de 14.287 millones de la primera mitad de 2024. Las variables macroeconómicas del país, las condiciones climáticas adversas y ciertas cuestiones de la industria en la que opera la sociedad afectaron su negocio y el de su grupo económico en los últimos años. “Este panorama redujo los resultados operativos lo que comenzó a dificultar el cumplimiento de las obligaciones financieras, motivando a iniciar en los últimos tiempos procesos de renegociación y pedidos de dispensas con las entidades bancarias que flexibilizaron las condiciones contractuales”, detalla Agrofina en sus últimos estados financieros.

A este panorama se le sumó que, en virtud de un evento de iliquidez en el mercado de pagarés bursátiles para emisores del agro, a fines de diciembre pasado, la empresa comunicó públicamente que no pudo hacer frente al pago de un pagaré bursátil, que no podría hacer frente a ciertos vencimientos de capital e intereses de las Obligaciones Negociables emitidas y que tampoco podría afrontar los vencimientos de los pagarés con vencimiento hasta el 31 de marzo de 2025. La Gerencia de la Sociedad a la elaboración de un plan de reestructuración el cual incluye entre otros, presentarse a concurso preventivo y negociar con los proveedores y entidades financieras condiciones de financiación acordes a las posibilidades de pago y fondos disponibles.

Aranceles, China y la siderurgia

El gigante Aluar redujo en un 92 por ciento su ganancia neta operativa entre el primer semestre de este año e igual período del año pasado, pasando de 168.907 millones de pesos (hasta junio de 2024) a 13.115 millones (a junio de 2025). “La Sociedad opera en un contexto económico complejo, y sus operaciones y resultados pueden ser influidos por las condiciones macroeconómicas, políticas y regulatorias de la Argentina y del exterior”, señala el balance del grupo que conduce Javier Madanes Quintanilla.

El informe de Aluar sostiene que “la economía local continúa ante un panorama desafiante”. “En el ejercicio correspondiente a los presentes Estados Financieros, si bien a nivel global el país está experimentando crecimiento económico, muchos de los sectores en los que la Sociedad se desempeña se encuentran atravesando un contexto recesivo, con tasas de interés reales elevadas, inflación disminuyendo, aunque todavía elevada y acceso muy restringido a los mercados internacionales de financiamiento”, explica Aluar sus resultados.

“En los primeros meses del nuevo gobierno se implementaron nuevas medidas con gran impacto en la economía, como la devaluación del peso seguida por un periodo con una tasa de devaluación regulada por el BCRA, sensiblemente menor a la de inflación (que en los meses posteriores resultaría en un retraso cambiario en relación con el índice de precios, situación que se sostiene en la actualidad), que sumadas a los recortes del gasto público y a los incrementos tarifarios han generado un impacto contractivo de la actividad económica, que continúa verificándose en la actualidad sobre ciertos sectores”, señala el grupo productor de aluminio.

Sostiene que, “si bien existe una importante tendencia a la desaceleración de la inflación, la eventual persistencia de altos índices inflacionarios junto con tasas de interés reales altas, podrían tener un efecto adverso sobre el nivel de actividad de la economía argentina y en particular sobre los sectores en los que opera la Sociedad, lo que podría afectar negativamente los resultados de las operaciones de la empresa”.

En el plano internacional, el gobierno de los Estados Unidos estableció la aplicación, a partir del 12 marzo último, de un arancel del 25 por ciento sobre las importaciones de aluminio provenientes de todos los orígenes, incrementándose dicho porcentaje a partir de junio al 50 por ciento. La medida incide sobre los despachos de Aluar a ese destino, generando incertidumbre y afectando las relaciones de demanda y oferta del metal, que se refleja en una muy alta volatilidad en los precios del aluminio en ese mercado. “La situación continúa siendo incierta a futuro, y si bien los premios en el mercado norteamericano han ido evolucionando para reflejar el impacto generado por los aranceles, es difícil asegurar que no habrá más cambios que terminen repercutiendo en los precios”, concluye el informe de estados financieros de Aluar.

En este contexto, Sidersa, empresa especializada en la producción y comercialización de productos siderúrgicos también arrojó un cambio de signo en el cotejo de sus balances. La empresa tiene su complejo industrial en San Nicolás de los Arroyos, y cuenta con una planta en Justo Daract, un centro logístico en Hurlingham y oficinas comerciales en Buenos Aires y Rosario. La firma informó una pérdida de 11.335 millones de pesos a agosto de 2025, frente a una ganancia de 1.663 millones de igual período del año pasado. La empresa que, por motivo a “menores ventas, el resultado bruto pasó de 225.365 millones a 55.772 millones de pesos”.