Las estadísticas muestran una dolarización de por lo menos 1.900 millones de dólares. Una parte, más de 1.100 millones de dólares, se quedaron como depósitos en moneda extranjera. El resto fue retirado de los bancos por los ahorristas a cajas fuertes o “el colchón”. Caputo quiere que vuelvan para operaciones comerciales.
En el mejor trimestre del año de liquidación de divisas, el Banco Central no logró acumular ni un dólar en las reservas y observa sin intervenir el proceso de dolarización y fuga de capitales: en ocho ruedas posteriores al acuerdo con el FMI los depósitos en moneda extranjera subieron 1.161 millones de dólares y el efectivo en poder de las entidades financieras cayó 733 millones de dólares, lo que se corresponde con la salida de dólares de los bancos.
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En las estadísticas del Banco Central se puede observar cómo los depósitos en dólares venían cayendo hasta el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y cómo desde entonces crecieron reflejando la compra de dólares para la Formación de Activos Externos.
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También se puede ver la contraparte, cómo el efectivo en moneda extranjera en manos de las entidades financieras cayó, lo que muestra que no todos los que compran dólares los dejan en los bancos sino que los retiran por ventanilla y dejan de estar en el sistema. Estas estadísticas muestran el saldo neto de operaciones diarias, lo que lo convierte en un piso de la dolarización ya que no están consideradas las operaciones intradiarias, cuando un ahorrista compra y retira en el día o por ventanilla, ni los giros al exterior a cuentas propias de personas humanas.
Remonetizar
El ministro de Economía, Luis Caputo, anunció este martes que el nuevo objetivo es “remonetizar” la economía, en una aceptación tácita de que la restricción monetaria del primer año y medio de gestión resultó en un fracaso rotundo como política antiinflacionaria. La remonetización en pesos se está realizando con la emisión que realizó el Banco Central de la República Argentina por $11,7 billones, que ya transfirió al Tesoro y que equivale a un tercio de la base monetaria actual, rompiendo con la primera regla libertaria de no emitir para financiar el déficit del Estado.
El problema del equipo económico es que esa monetización que viene realizando es producto de la imposibilidad que demostró de lograr renovar el vencimiento de la deuda en pesos, que se incrementa exponencialmente por la capitalización de los intereses. Solo en la última licitación tuvo que pagar $2,25 billones que no logró renovar y que desde este lunes están líquidos en el sistema, y son parte de los fondos que se dolarizan.
La novedad que planteó Caputo es que buscarán también “monetizar” en dólares y anunció que se prepara para anunciar en dos semanas medidas vinculadas a “fomentar el uso de dólares”.
La intención de la administración de Javier Milei es avanzar en la dolarización de la economía y como no pudo realizarla en los términos originales tuvo que ceder a la posición del Fondo Monetario Internacional que planteó el esquema de competencia de monedas, donde el peso seguirá siendo la moneda principal.
Dolarización
La dolarización en los términos originales, reemplazando al peso, tiene varias objeciones, como la validez constitucional, las consecuencias sobre la retracción del crédito y el aumento de su costo. También el Banco Central dejaría de ser prestamista de última instancia aumentando el riesgo de liquidez de los títulos públicos o la inflexibilidad en situaciones recesivas o de crisis globales.
Según las cuentas del balance de pagos, los residentes argentinos, sin contar el Gobierno ni las entidades financieras, poseen activos externos por u$s 396 mil millones. De ese total, 243 mil millones están en depósitos o directamente en billetes.
Entre 2006 y 2024 las inversiones privadas de residentes en el exterior se incrementaron en 262 mil millones de dólares y la tenencia en depósitos o billetes, en u$s 187 mil millones. La disponibilidad de dólares billetes en manos de argentinos mantiene en alerta a la Reserva Federal, por los riesgos que implican como la falsificación entre otros.
Caputo planteó esta semana que se “terminó la época de la Argentina regalada en dólares”, dijo que quienes suban los precios se van a quedar “fuera del mercado”, porque insistió que la inflación “va a colapsar”, y hasta aseveró que hay servicios públicos que irán a la baja, pese a los incrementos que se prevén en mayo. A quienes lo escuchaban les pidió -como contrapartida- invertir, ya que en toda su charla se encargó de marcar que ahora sí están dadas las condiciones.
Pero uno de los problemas que enfrentará el Gobierno en esta dolarización es la falta de billetes de menor denominación. La mayoría de los dólares en poder del público son billetes de 100 dólares de denominación. Y salvo que alguien que entregue dólares acepte que le reintegren el vuelto en pesos, la operación se hará muy dificultosa.