“El riesgo país también debiera bajar fuertemente, hoy hay un par de cosas que pesan, uno, nuestro track récord como país y dos, el riesgo político a la vuelta del kirchnerismo”, señaló el ministro de Economía Luis Caputo al participar del encuentro anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF). En una coyuntura atravesada por una creciente inestabilidad externa y dificultades propias para obtener financiamiento así como para acumular reservas, y mientras el Gobierno culpa a la oposición por no haber logrado aún la reducción esperada del riesgo país (en torno a los 650 puntos) e insiste en que no comprará reservas hasta que el dólar toque el piso de la banda de flotación, esquiva reconocer un problema para nada menor: sin reservas no hay crédito externo.
Al respecto, especialistas consultados coinciden en que si el oficialismo no puede dar la señal de una mejora en las reservas, sobre todo en este momento de liquidación de la cosecha gruesa, puede abrir un plano de mayor incertidumbre para el segundo semestre. “A menos riesgo país, más barato es conseguir dólares en el mercado y por tanto más reservas. Sin embargo, y esto es lo importante para Argentina, acumular reservas no es irrelevante para bajar el riesgo país y reabrir el financiamiento externo”, explicaron.
Ya en el primer trimestre del 2025 se evidenció un drenaje sistemático de reservas -el BCRA perdió USD 4.654 millones en ese periodo- y actualmente están en torno a los USD 38.000 millones, un panorama complicado para lo que viene, inclusive para el cumplimiento de la meta acordada con el propio Fondo Monetario Internacional (FMI).
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Riesgo país y la clave de las reservas
“El riesgo país no cae por la historia y por el riesgo de que vuelva el kirchnerismo”. Así lo aseguró en estos días el ministro de Economía Luis Caputo ante los ejecutivos de finanzas de las empresas más importantes del país y ratificó la decisión de que el Banco Central (BCRA) no compre reservas hasta que la banda de flotación toque el piso ($1.000). “No me importa acumular reservas, ahora tengo el tipo de cambio flexible”, había dicho en abril el presidente Javier Milei en una entrevista en una canal de streaming. Todo ello pese a que el acuerdo de nueva deuda que con el FMI establece que, para mediados de año, deben acumular un volumen de reservas en torno a los US$5.000 millones.
Sin embargo, los números muestran otra realidad y ponen en tensión el argumento del oficialismo sobre que no existe relación entre el actual riesgo país (indicador que elabora el JP Morgan y da cuenta del riesgo de un inversor de prestarle dinero a gobiernos o privados) y la acumulación de reservas. En concreto, los países que más reservas tienen en relación con su PBI, tienen los menores índices y al revés.
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“Al final del día, las reservas reflejan la capacidad de pago de la deuda, inversa del riesgo país. Es decir, hay una estrecha correlación entre riesgo país y reservas”, señaló un informe del centro de Estudios Económicos del Banco Provincia. Según se indicó, “dicha correlación tiene una endogeneidad importante: a menos riesgo país, más barato es conseguir dólares en el mercado y por tanto más reservas. Sin embargo, esto es lo importante para Argentina, el contrario también es válido: sin reservas no hay crédito externo”.
De hecho, esto último ya se observó durante la gestión libertaria: “los dos momentos de mayor compresión del riesgo país fueron, casualmente, los de mayor compra de reservas del Banco Central. Entre enero y mayo del año pasado y después del blanqueo, entre septiembre y diciembre”, puntualizaron los especialistas.
En ese sentido consideraron que “acumular reservas podrá ser irrelevante para el acuerdo con el FMI como dijo el presidente, pero no lo es para bajar el riesgo país y reabrir el financiamiento externo”. En otras palabras, “sin reservas, bajar el riesgo país es una tarea difícil y el crédito externo se complica”.
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Considerar lo anterior no es menor si se observa el resultado del balance cambiario del primer trimestre de este año. El BCRA perdió USD 4.654 millones de reservas internacionales cuando -por el contrario- en igual periodo de 2024, la acumulación de reservas había alcanzado los USD 4.054 millones, impulsada por una Balanza Comercial positiva (USD 9.632 millones) que pudo financiar las salidas de la Cuenta Financiera (USD -1.682 millones).
¿Qué pasó en este último tiempo? “En 2025, la pérdida de reservas responde a los déficits de ambos canales. Por la Cuenta Financiera se perdieron USD 1.464 millones, pero también la Cuenta Corriente drenó reservas por USD 4.190 millones, con saldo acumulado por la balanza de bienes de sólo USD 838 millones (90% inferior al del mismo periodo de 2024)” detalló un informe elaborado por el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPYPP).
A respecto, “en marzo, después de diez meses seguidos de saldos negativos, se registró el peor déficit de Cuenta Corriente desde el comienzo del gobierno (-USD 1.674 millones) explicando la peor pérdida de reservas en un mes (USD -3.131 millones). La Balanza comercial del mes fue negativa como consecuencia del fuerte aumento de las importaciones (+122% interanual)”. A su vez, se aceleró la pérdida de divisas por la Cuenta de Servicios, sobre todo viajes y pagos con tarjeta (+165% interanual).
La Cuenta de Intereses es otro de los canales importantes por los que el BCRA pierde divisas: “Desde diciembre de 2023 se pagaron en concepto de intereses un total de USD 15.672 millones: USD 3.692 millones al FMI, USD 2.969 millones a otros organismos internacionales de crédito, USD 4.777 millones de otros pagos del Gobierno Nacional y USD 4.235 millones de otros pagos (provincias, privados)”, indicaron desde el centro de estudios.
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En cuanto a la Cuenta Financiera, la pérdida del trimestre alcanzó los USD 1.464 millones registrando en marzo el peor déficit desde abril de 2024: USD 1.892 millones. “Se perdieron divisas por caída de la Inversión directa de no residentes (USD 1.130 millones), Operaciones de canje por transferencias con el exterior (USD 867 millones), Compra-venta de títulos valores (USD 1.683 millones) y Otras operaciones del sector público nacional (USD 3.522 millones). Los registros positivos de la cuenta financiera fueron: Préstamos financieros, títulos de deuda y líneas de crédito (USD 4.138 millones) y Formación de activos externos del sector financiero (USD 3.053 millones)”, sumaron.
Como conclusión los economistas del IPYPP señalaron que “los principales causantes de salidas de divisas estuvieron dados en el primer trimestre por el pago de deuda pública y la intervención de los mercados paralelos para contener el tipo de cambio y la salida de un conjunto de multinacionales del país como Telefónica, Mercedes Benz, ExxonMobil, HSBC, entre otras”.
Lo que viene: riesgos y posibilidades
Si bien en estas semanas el dólar se acercó a los 1150 pesos las reservas, sin embargo, bajaron a USD 38.000 millones. “Si el gobierno no puede dar la señal de una mejora de reservas, durante la cosecha gruesa, puede abrir un plano de incertidumbre para el segundo semestre”, analizaron desde el Instituto Argentina Grande (IAG).
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De cara a lo que viene plantearon que “con el fin de la quita de retenciones en ciernes -próximo 30 de junio- y a pesar de la quita del dólar blend, la liquidación de abril (USD 2.524 millones; +34% vs. marzo) fue la tercera mejor de la última década (después de 2021 y 2022). El acumulado enero-abril fue el tercero más alto de los últimos veinte años a pesar del tipo de cambio que, por estar ‘barato’, desincentiva las exportaciones. Resta por ver el cierre mayo”.
Sin embargo, según el centro de economía, “el modelo de del actual gobierno no resuelve, patea la pelota porque no produce dólares genuinos y solo hace que los montos que habrá que pagar en un futuro (a cuenta de intereses y de capital) sean más grandes”. En cuanto a los próximos vencimientos en moneda extranjera, julio es el mes más complicado ya que el oficialismo tendrá que afrontar pagos de USD 4.334 millones en títulos públicos y USD 453 millones a organismos internacionales.
Finalmente, los especialistas alertaron por “la nueva ronda de bicicleta financiera” ya que “si bien con el esquema actual se agrega cierta incertidumbre, por la subida de las tasas, el carry trade sigue siendo rentable” mientras que “en vez de pensar cómo cerrar el esquema con los salarios adentro, el gobierno promueve más ajustes y reducciones salariales reales, un problema que coquetea con los límites de la paz social”.