En la última semana el precio internacional del barril de petróleo cayó 7% por el alejamiento del riesgo bélico en Medio Oriente, una de las zonas de mayor producción de crudo del mundo. La cotización en Londres del barril de petróleo Brent, de referencia para la Argentina, pasó de 66 a 61 dólares, igualando a los valores mínimos de mayo provocados por la guerra comercial desatada por Donald Trump. Si bien este precio todavía no encendió las alarmas, si la tendencia continúa a la baja podría afectar los niveles de inversión de las petroleras en Vaca Muerta el próximo año.
“La caída del precio del barril le pega a Vaca Muerta porque hay menos margen, es decir, hay menos plata para reinvertir”, explicó Daniel Dreizzen, director de la consultora Aleph Energy, a El Destape. Y agregó que “es la misma situación que está pasando ahora en el segundo semestre del año en Vaca Muerta porque el precio del barril de petróleo ya cayó entre 15 y 20 dólares respecto a 2024”.
En enero, el barril de petróleo llegó a cotizar 80 dólares. Sin embargo, los factores geopolíticos provocaron un marcado descenso que lo situaron en la actualidad cerca de los 60 dólares. Las proyecciones para 2026 van en la misma dirección. Incluso algunas consultoras internacionales prevén que por el exceso de oferta a nivel mundial el barril podría ubicarse en los 55 dólares y la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés) hasta estima un barril a 50 dólares para los primeros meses del año.
El breakeven (punto de equilibrio) actual de las petroleras en Vaca Muerta, es decir, el nivel del precio del barril a partir del cual obtienen rentabilidad -que depende de la competitividad de cada proyecto y los costos operativos- se ubica entre los 35 y 45 dólares, según estima Aleph Energy. En este sentido, Dreizzen remarcó que “una baja del precio del barril lógicamente genera una baja moderada en la velocidad de la inversión en Vaca Muerta”.
En rigor, el breakeven es el margen en el cual los pozos de Vaca Muerta generan retornos. Por este motivo, una caída del precio internacional -y la proyección a la baja para el año que viene- genera que las petroleras rehagan las cuentas y recalibren sus inversiones para 2026, decisiones que también están atravesadas por otro factor relevante como son los vaivenes de la economía argentina.
Geopolítica
El acuerdo por la liberación de rehenes entre el gobierno de Israel y Hamas mediado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, provocó un derrumbe de 7% en el precio internacional del petróleo porque los mercados interpretan que se redujo el riesgo bélico en Medio Oriente.
Pero la tendencia a la baja del precio del barril para los próximos meses está enmarcada principalmente en un aumento de la oferta y una caída de la demanda. China, el mayor demandante de energía del mundo, podría desacelerar moderadamente su consumo en 2026.
Además, los países de la OPEP+ (Organización de Países Exportadores de Petróleo más aliados como Rusia, entre otros) definieron volcar más producción de crudo al mercado mundial para el último trimestre de este año, decisión que provocó una caída en el precio del barril Brent y del WTI que cotiza en Nueva York.
MÁS INFO
La decisión de la organización esconde una disputa por reconquistar cuota de mercado que perdieron frente a Estados Unidos, que gracias al shale que desarrolla en su territorio se convirtió en 2014 en el primer productor mundial de petróleo. Gracias a los reservorios no convencionales, Estados Unidos produce 14 millones de barriles diarios de petróleo de los 85 millones diarios que aproximadamente se producen en todo el mundo.
Luego siguen Arabia Saudita y Rusia con 10 millones diarios, Canadá con casi 5 millones y China con 4,5 millones. Pero además se suma cada vez más producción de Guyana, México y Brasil (también comienza a figurar de a poco la Argentina con Vaca Muerta), que generan más oferta en el mercado mundial.
Para que los pozos de Vaca Muerta sigan aumentando y crezca la producción no se necesita solamente tener la tecnología y los recursos humanos para extraer más petróleo y gas no convencional de la cuenca Neuquina. También se requiere de condiciones externas, como el precio internacional del barril, y que los problemas internos como los vaivenes actuales de la economía del país no impacten en la producción.