Claudia Cardinale, símbolo del glamour del cine italiano de posguerra y que desarrolló una larga y variada carrera como actriz de cine y teatro, falleció a los 87 años, reportó el martes la prensa francesa.
Criada en Túnez en el seno de una familia de origen siciliano, Cardinale se introdujo en el mundo del cine en 1957, tras ganar un concurso de belleza y ser recompensada con un viaje al festival de Venecia.
Su voz tuvo que ser doblada para sus primeros papeles en la pantalla italiana porque había crecido en una familia donde se hablaba dialecto siciliano y había sido educada en una escuela francófona.
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Los comienzos de su carrera también se vieron complicados por un embarazo secreto que, según ella, fue el resultado de una relación abusiva. En 1958 tuvo un hijo, Patrick, a quien hizo pasar por su hermano menor durante varios años mientras era criado por sus padres.
Tras una serie de pequeños papeles, saltó a la fama internacional en 1963, cuando intervino en "8-1/2", de Federico Fellini y protagonizó "El leopardo" junto a Burt Lancaster.
Rodar dos películas al mismo tiempo trajo complicaciones, y Cardinale recuerda que tuvo que llevar colores de pelo diferentes para los dos papeles.
En una entrevista con el periódico británico The Guardian en 2013, Cardinale contrastó los enfoques de los directores Fellini y Luchino Visconti, que dirigió "El leopardo".
"Él (Fellini) no podía rodar sin ruido. Con Visconti, todo lo contrario, era como hacer teatro. No podíamos decir ni una palabra. Muy serios", relató.
Su creciente notoriedad le abrió las puertas de las producciones de Hollywood y apareció en la comedia "La pantera rosa", dirigida por Blake Edwards, y en "Érase una vez en el Oeste", de Sergio Leone, en 1968.
Con información de Reuters