Mientras el mundo sigue preguntándose cómo se desarrollará el incipiente papado de León XIV, cardenales y otros clérigos ofrecieron el viernes algunas pinceladas sobre su trayectoria y sus puntos de vista sobre cuestiones sociales, al tiempo que mantenían cuidadosamente el secreto del cónclave.
El cardenal alemán Reinhard Marx dijo que Robert Prevost, elegido Papa el jueves, tenía una amplia experiencia, conocimientos culturales y lingüísticos de su estancia en Estados Unidos y Perú que le hacían idóneo para el cargo.
"Eso me convenció para decir que podía ser una posibilidad. Por eso al final estoy muy contento, se lo aseguro", dijo Marx a la prensa.
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Nacido en Chicago, Prevost trabajó durante décadas en Perú y tiene doble nacionalidad estadounidense y peruana. Además de inglés y español, habla francés, italiano, un poco de alemán y entiende el latín.
"Pronunció su primera palabra sobre la paz. Creo que fue una palabra importante, que dejó clara una vez más", añadió Marx, refiriéndose a los comentarios que el nuevo Papa hizo el jueves desde la Basílica de San Pedro.
El cardenal alemán dijo que León continuará hablando en contra de los conflictos y la violencia, siguiendo el ejemplo del papa Francisco. "Tiene que haber otra voz, y creo que eso es lo que se espera", añadió.
El presidente Donald Trump aclamó el nombramiento del primer papa estadounidense, pero publicaciones en redes sociales muestran que León desafió las políticas de Estados Unidos en temas como la migración cuando era cardenal.
"Como Papa, ciertamente no querrá provocar allí, en esa dirección", dijo Marx, refiriéndose a las relaciones con Trump, pero agregó que León estaría preparado para tomar una posición cuando fuera necesario.
Un alto miembro de la orden religiosa agustina de Prevost dijo que pensaba que el nuevo Papa sería menos impulsivo que su predecesor Francisco, que tenía una reputación de comentarios francos y fuera de lugar.
"El papa Francisco decía lo que pensaba inmediatamente. Creo que lo que veremos con el papa León es a un hombre que quiere pensar primero y procesar cuál es el mensaje que quiere transmitir. Y luego entregarlo", dijo a Reuters en una entrevista el reverendo Joseph Farrell, vicario general de la Orden de San Agustín.
"Creo que ese es un aspecto atractivo de alguien que va a estar en el liderazgo y el liderazgo de servicio en la Iglesia", dijo Farrell, que no es cardenal y no estuvo en el cónclave.
UN MENSAJE EN UN NOMBRE
Farrell conoce al Papa desde mediados de los años ochenta y le vio por última vez el martes para almorzar, un día antes de que los 133 cardenales electores se encerraran en la Capilla Sixtina para la elección secreta del cónclave.
Los medios de comunicación habían considerado a Prevost como posible candidato al papado, aunque no como favorito.
"Le preguntamos, ya sabes, ¿cómo llevas todo esto? Nos respondió: bueno, para ser sincero, no estoy durmiendo tan bien como antes", dijo Farrell, añadiendo que el nuevo Sumo Pontífice rezó con sus hermanos agustinos y se sintió "un poco emocionado".
La decisión más importante que debe tomar un nuevo Papa es cómo debe llamarse, y Prevost dio una importante indicación de sus prioridades cuando optó por León.
"Su nombre es su programa", dijo el cardenal serbio Ladislav Nemet, arzobispo de Belgrado, que cenó con el nuevo Papa el jueves por la noche.
El último Santo Padre que adoptó el nombre de León, León XIII, dedicó gran parte de su papado de 1878-1903 a defender los derechos de los trabajadores, reclamando mejores salarios, condiciones de trabajo justas y el derecho a afiliarse a sindicatos.
Nemet declaró a la Radio y Televisión croata HRT que el tema del nombre surgió en la cena que él y otros cardenales mantuvieron con el nuevo Papa.
"Y es muy interesante, dijo que quiere prestar más atención a las cuestiones de orden social en el mundo, como las cuestiones de justicia", dijo Nemet a un corresponsal de HRT, que facilitó a Reuters una transcripción de sus comentarios.
"(El papa) también dijo que estamos dentro de una nueva revolución: en tiempos de León XIII había una revolución industrial en marcha, ahora hay una revolución digital en marcha".
"Hoy, como en tiempos de León XIII, existe el problema de los puestos de trabajo, porque la digitalización conduce a una disminución de la mano de obra necesaria para el trabajo", dijo Nemet.
(Reporte adicional de Miranda Murray en Berlín; Redacción de Keith Weir; Edición de Crispian Balmer y Alex Richardson. Editado en español por Natalia Ramos)