El nuevo presidente progresista de Corea del Sur, Lee Jae-myung, prometió el miércoles sacar al país de una crisis que, según él, había sumido al país en una situación cercana a la destrucción tras el intento de imposición de la ley marcial.
La decisiva victoria de Lee en las elecciones anticipadas del martes supone un cambio radical en la cuarta mayor economía de Asia, después de que la reacción contra un intento fallido de Gobierno militar derrocara a Yoon Suk-yeol tras tres años de problemática presidencia.
Lee Jae-myung se enfrenta a lo que podría ser el mayor desafío para un líder surcoreano en casi tres décadas, desde sanar un país profundamente marcado por el intento de ley marcial hasta hacer frente a las impredecibles medidas proteccionistas de EEUU, uno de sus principales socios comerciales y aliado en materia de seguridad.
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"Un Gobierno de Lee Jae-myung será un gobierno pragmático y favorable al mercado", dijo tras jurar el cargo en el Parlamento, un lugar donde hace seis meses saltó el muro perimetral para entrar en la cámara y evitar a los soldados de la ley marcial que la atrincheraban para votar en contra del decreto.
Prometió la desregulación para estimular la innovación y el crecimiento de las empresas y se comprometió a reabrir el diálogo con Corea del Norte, manteniendo al mismo tiempo una sólida alianza de seguridad con EEUU.
"Es mejor ganar sin luchar que ganar luchando y la paz sin necesidad de luchar es la mejor seguridad", dijo, refiriéndose a los a menudo violentos lazos de su país con su rival Corea del Norte.
Lee fue confirmado antes oficialmente como presidente por la Comisión Electoral Nacional e inmediatamente asumió los poderes de la presidencia y comandante en jefe, hablando con el máximo jefe militar para recibir un informe sobre la postura de defensa.
Con todas las papeletas escrutadas, Lee obtuvo el 49,42% de los casi 35 millones de votos emitidos, mientras que su rival conservador, Kim Moon-soo, se hizo con el 41,15%, la mayor participación en unas elecciones presidenciales desde 1997, según datos oficiales.
Lee ha dicho que abordará los urgentes retos económicos a los que se enfrenta el país en su primer día en el cargo, centrándose en las preocupaciones por el coste de la vida que afectan a las familias de ingresos medios y bajos y en las luchas de los propietarios de pequeñas empresas.
"Con la democracia viva, espero que el presidente reactive la economía y tenga en cuenta a los ciudadanos desfavorecidos y a los pequeños empresarios", dijo Kim Eun-kyung, de 58 años, residente en Seúl.
El nuevo presidente también se enfrenta a un plazo fijado por la Casa Blanca para negociar los aranceles a la importación, a los que Washington culpa de un gran desequilibrio comercial entre ambos países.
Las bolsas surcoreanas subían el miércoles, con el índice de referencia KOSPI subiendo más de un 2% hasta máximos de 10 meses, con el sector financiero liderando las ganancias ante las expectativas de reforma del mercado por parte de Lee. También subían los valores de energías renovables. Lee ha prometido una transición hacia una combinación de fuentes energéticas más ecológica.
Con información de Reuters