Argentina y Paraguay tensan al máximo la relación con la Celac

Las cancillerías de ambos países denunciaron “violación de procedimiento” a la hora de aprobar la declaración final. Desde Honduras, el vicecanciller del país centroamericano dijo a El Destape que les pareció una manera “injustificada de querer evitar tener una declaración por argumentos técnicos que parecen tener un trasfondo más político”.

10 de abril, 2025 | 19.52

Argentina y Paraguay lanzaron duras críticas luego de haber fracasado en el intento de hacer oír sus voces en la IX Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Ambas cancillerías emitieron comunicados denunciando la “violación de procedimiento” en la aprobación “por consenso suficiente” de la Declaración de Tegucigalpa en la que se llamó a la unidad regional y se marcó un posicionamiento contra las políticas arancelarias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Los cruces, los abrazos y el detrás de escena de una negociación que dejó aislados a Javier Milei y Santiago Peña.

“Nos parecía una manera injustificada de querer evitar que hubiera una declaración final por argumentos técnicos, pero que parecen tener un trasfondo pues más político”, dijo ante El Destape el vicecanciller de Honduras y coordinador de la presidencia pro-témpore, Gerardo Torres Zelaya, sobre las posiciones de Argentina y Paraguay que parecieron querer bloquear que hubiera una declaración que, finalmente, salió por el apoyo de 30 de los 33 países que conforman el organismo. El entredicho fue resuelto sobre el cierre de la noche con una nota al pie a pedido de las delegaciones díscolas en la que se dejó asentado la negativa de ambos países, incluido Nicaragua, que fue el tercero que se abstuvo.

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Lo que sucedió fue que cuando todavía faltaba la mitad de los discursos, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, pidió por segunda vez la palabra: “No tenemos más tiempo”, dijo y llamó a sus colegas a la acción para tomar decisiones y llevarlas a cabo. A continuación, su par hondureña, Xiomara Castro, levantó la Declaración de Tegucigalpa –de tan sólo ocho puntos- y el martillo y la dio por aprobada haciendo oídos sordos a los reclamos de Paraguay y Argentina.

“No se trata de un rompimiento ni mucho menos, solamente es la expresión de que ellos no acompañaron la declaración, pero eso no le resta legitimidad a un documento apoyado por 30 Estados”, sostuvo Torres Zelaya. De todos modos, Honduras ahora trabaja en una relatoría que entregará después de Semana Santa a Colombia, a cargo de la presidencia pro-témpore, en el que quedarán registradas las posiciones de todos los países.

El momento de aprobación estuvo acompañado por aplausos y abrazos entre Lula, Castro, la mexicana Claudia Sheinbaum, y el guatemalteco Bernardo Arévalo, que estaban uno sentado al lado del otro y que se habían pronunciado fuertemente por la “unidad regional” y –como contó este portal el miércoles- habían propuesto que la CELAC derive en un organismo capaz de articular políticas económicas conjuntas para hacerle frente a un mundo en crisis. Un escenario que contiene el avance de las extremas derechas y al estadounidense, Donald Trump, a sus políticas anti-migrantes y de guerra comercial en pos del unilateralismo -y contra el multilateralismo y la integración- que pareciera propiciar un escenario de Guerra Fría con China, en palabras de Lula.

Torres Zelaya explicó que, justamente, se optó por consignar el “consenso suficiente” porque lo que se buscó fue lograr que la región se pronunciara sobre temas que resultan relevantes para la región, que tienen que ver con las políticas trumpistas y también con elaborar diferentes estrategias en el escenario internacional para el beneficio individual y colectivo: llevar una postulación conjunta a la Secretaría de las Naciones Unidas o manifestarse sobre la situación en Haití, que atraviesa una crisis política, sanitaria y de violencia por la presencia de las organizaciones narco-criminales en su territorio.

Afuera quedó, por ejemplo, el histórico reclamo por la soberanía de Islas Malvinas, una posición que suele estar siempre presente, pero que esta vez sólo se escuchó en la voz de algunos mandatarios, como en la del uruguayo, Yamandú Orsi; y la del cubano, Miguel Díaz-Canel.

El detrás de escena  

Las negociaciones, según contó el vicecanciller hondureño, se llevaron adelante durante cuatro días en Tegucigalpa con la representación de los 33 países que conforman el organismo, el único que contiene a todos los países de la región sin Estados Unidos ni Canadá.

El documento inicial constaba de 72 puntos, pero las observaciones eran tantas y el tiempo tan corto que se optó por recortar e ir por los puntos en común, dejando de lado los análisis anticolonialistas, sobre autodeterminación; y temas un tanto más álgidos que en los últimos años resquebrajaron los lazos en la región, como los posicionamientos sobre Venezuela y Nicaragua. Esa decisión de “achicar” el documento fue con la que generó discordia con Nicaragua, según confirmó el vicecanciller hondureño. Aún así, su delegación se quedó y debatió todo el documento.

“Todos los países en algún momento nos opusimos a algún párrafo, eso es parte de la negociación”, reconoció Torres Zelaya. De todas maneras, también marcó que incluso “Argentina y Nicaragua cedieron mucho, fueron muy flexibles”.

Este medio quiso saber quién fue en representación de la Argentina, pero la Cancillería no respondió. Según publicaciones de los diarios Clarín, de Argentina; y ABC, de Paraguay, allí estuvo el director de asuntos regionales, Alexis Am. Un eje que negoció la delegación a su cargo fue que la CELAC no propusiera a una mujer para la Secretaría General de ONU.  Entonces, en el texto final se optó por recordar “que el cargo nunca ha sido ocupado por una mujer”.

Pero el punto de no retorno fue en una línea del punto 2 que dice “rechazar la imposición de medidas coercitivas unilaterales, contrarias al Derecho Internacional, incluidas las restrictivas al comercio internacional”, en clara alusión –aunque sin mencionarlo- a la guerra comercial desatada por Trump. La mención coincide con un momento en el que el Gobierno argentino mantiene una política exterior de alineamiento total con esa potencia mundial.

Por el lado de Paraguay, que también manifestó su disconformidad ante la aprobación de la declaración, fuentes diplomáticas de ese país sostuvieron ante este medio que “no está de acuerdo con el documento final porque no refleja los lineamientos de su política exterior”. En la jornada del miércoles habían dicho además que había “cuestiones que no se ajustan” a su Constitución Nacional. En tanto, es sabido que desde la asunción de Milei, ambos países suelen actuar en tándem en los organismos internacionales alineados con discursos y políticas de Trump en cuestiones que tienen que ver también con temas de género y el lugar que les cabe a mujeres y diversidades, algo que los tres países niegan.

La regla del consenso en discusión

La regla del consenso es un punto de tensión que arrastra el organismo en los últimos meses dadas las diferencias entre los gobiernos actuales. En enero de este año, Honduras, a cargo de la presidencia pro-témpore, había propuesto tratarla, pero la reunión extraordinaria en la que se iba a debatir se cayó, justamente, porque no todos los miembros estuvieron de acuerdo. En ese momento, Castro había respondido a un pedido del presidente colombiano, Gustavo Petro, que buscaba abordar de manera conjunta la crisis que comenzaba a generar en la región la deportación masiva de personas desde Estados Unidos.

En esta última cumbre, Lula, también propuso reverla. “Hablábamos con algunos colegas que la verdad es que hemos caído en una trampa en la que el tema de consenso, que debe de ser motivado para que lleguemos a puntos comunes para que todos seamos flexibles para que todos tengamos nuestras posiciones, pero también podamos entender la del otro, se ha convertido en lo que algunos países creen que es un derecho a veto”, reflexionó Torres Zelaya.

En esa línea, defendió lo hecho y sostuvo que cree que “hay un mal entendimiento del concepto del consenso, que no puede ser usado como una mala excusa para querer vetar el avance regional”.

Las denuncias de Argentina y Paraguay

Los presidentes Milei y Peña no asistieron a la cumbre en Honduras y, en su lugar, se reunieron en Asunción, alejados de los debates que acoge el resto de sus pares de la región. Cuando el entredicho latinoamericano sucedió, ellos buscaban delinear los pasos a seguir para llevar adelante una estrategia conjunta en el Mercosur, diferenciada de las intenciones de Lula, como se contó en esta nota y en esta.

Luego de ambos encuentros, en los respectivos comunicados publicados este jueves por ambas cancillerías sudamericanas denunciaron “violación de procedimiento”. Paraguay calificó el hecho de “lamentable” y exigió que su aclaración de no consenso sea insertada en el documento –algo que ya figura-, pero, además, consideró que “esta declaración no puede considerarse como emanada de la IX cumbre de Jefes y Jefas de Estados y de Gobierno de la CELAC”.

Argentina hizo el mismo pedido e informó que remitió una nota a todos los Estados miembros con esa solicitud para la presidencia pro témpore, que ahora ostenta la Colombia de Gustavo Petro y que en 2026 estará en manos de Uruguay. Y fue por más: “La Argentina advierte con preocupación que en el seno de la CELAC se está otorgando voz y protagonismo a regímenes autoritarios y no democráticos cuya participación debería ser suspendida hasta que se reencaucen como países democráticos con plena vigencia de los derechos humanos y civiles. La influencia desproporcionada de estos actores distorsiona la agenda y desvirtúa los resultados del foro regional”.

Sin embargo, la diplomacia argentina olvidó un detalle que Torres Zelaya trajo a colación: “La CELAC no es la Organización de Estados Americanos (OEA), en la CELAC no expulsamos a los países”.