El bloque de los BRICS llevó adelante esta semana su primer encuentro de cancilleres -con Indonesia como nuevo miembro y otros nueve como Estados asociados- en Río de Janeiro en donde defendieron el multilateralismo y se manifestaron en contra de las medidas unilaterales, sin mencionar al impulsor de esas políticas: el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. "Quiero destacar el firme rechazo general al resurgimiento del proteccionismo comercial y al uso de medidas no arancelarias bajo pretextos ambientales. La reforma de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la plena reactivación de su órgano de solución de diferencias son, en opinión de todos, esenciales", afirmó el ministro, Mauro Vieira, al cierre del cónclave que terminó sin una declaración conjunta.
Durante dos días las y los cancilleres debatieron en Rio de Janeiro de cara a la Cumbre que se realizará entre el 6 y 7 de julio bajo el lema "Fortalecimiento de la cooperación global del Sur para una gobernanza más inclusiva y sostenible". Al cierre, en conferencia de prensa, fue Vieira quien se encargó de leer la declaración final de 62 puntos sólo firmada por Brasil, que es quien ejerce la presidencia del bloque que conforman junto con diferentes economías emergentes del mundo como Rusia, India, Sudáfrica y China y que recientemente incorporó como miembro pleno a Indonesia y como estados asociados a Bielorrusia, Bolivia, Indonesia, Kazajstán, Tailandia, Cuba, Uganda, Malasia y Uzbekistán.
Según explicó Vieira y quedó expuesto en el punto 8 del documento, lo que faltó para una declaración conjunta fue la falta de consenso sobre las modificaciones que debieran hacerse en las Naciones Unidas (ONU). Aunque todos coinciden en que son necesarias nuevas formas de funcionamiento, desde la Unión Africana -que está representada en el bloque por Egipto y Etiopía- dejaron en claro que buscan más allá de la expansión, el fin del mecanismo del veto para los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, en donde actúan desde su creación Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, China y Francia.
Como forma de afrontar esas diferencias, las y los funcionarios coincidieron en solicitar “una reforma integral de las Naciones Unidas, incluido su Consejo de Seguridad, con vistas a hacerlo más democrático, representativo, eficaz y eficiente”. La idea en este punto es que el organismo pueda "responder adecuadamente a los desafíos globales", como también "desempeñar un papel más relevante en los asuntos internacionales".
Por otro lado, como se mencionó, manifestaron su "firme compromiso con el multilateralismo y con el derecho internacional", así como el papel central de las Naciones Unidas en un sistema internacional en el cual los Estados soberanos "cooperan para mantener la paz y la seguridad internacional". En más de un punto, en tanto, condenaron las "tentativas unilaterales de socavar la labor de las instituciones multilaterales", en lo que se puede leer como críticas veladas a Trump como a diversos líderes de la extrema derecha internacional que pujan por la deslegitimación de los organismos internacionales creados al fin de la Segunda Guerra Mundial.
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Los ministros "tomaron nota del actual contexto mundial de polarización y desconfianza y alentaron la adopción de medidas mundiales para fortalecer la paz y la seguridad internacionales. Instaron a la comunidad internacional a responder a estos desafíos y a las amenazas de seguridad asociadas mediante medidas políticas y diplomáticas para reducir el potencial de conflicto, y destacaron la necesidad de participar en esfuerzos de prevención de conflictos, incluso abordando sus causas profundas", señalaron en uno de sus puntos.
En cambio, señalaron que la multipolaridad "ofrece más oportunidades para que los mercados emergentes y países en desarrollo alcancen su potencial constructivo y disfruten de una globalización y cooperación económica, universal, inclusiva y equitativita". Para ello, enfatizaron en la necesidad de "una reforma" de la arquitectura financiera global.
En tanto, catalogaron como "punitivas" y "discriminatorias" las medidas proteccionistas unilaterales "que no están en línea con el derecho internacional" y que se aplican bajo el pretexto de preocupaciones ambientales -esto generó un fuerte debate en las negociaciones entre el Mercosur y la Unión Europea, por ejemplo- y reconfirmaron la importancia de la Cumbre sobre el Clima (COP28), que también se realizará en Brasil este año.
La importancia del uso ampliado de monedas locales, el papel del G20 como principal foro de cooperación económica internacional, el cambio climático como "desafío urgente" -junto con la reafirmación del Acuerdo de París y demás tratados que abordan el tema-, marcaron la agenda del bloque que -aunque no quiera- le hace frente a un Estados Unidos liderado por un Donald Trump que pareciera no querer bajar su bandera de guerra comercial.