Miles de personas salieron este sábado a las calles de Nueva York, Washington, Miami y otras ciudades de Estados Unidos para protestar contra el presidente Donald Trump y defender la democracia de ese país, que "corre un gran peligro" desde que el republicano llegó a la Presidencia, según aseguran. Se trata de otro fin de semana de marchas y reclamos contra el "odio" y la "censura" que pregona su gestión.
En la capital estadounidense, en Manahattan, a pocos metros de la Torre Trump, las pancartas de los manifestantes cuestionaban el autoritarismo, la política antiinmigratoria y el ataque a las instituciones democráticas, así cómo también pedían por mayor defensa al medioambiente e independencia judicial.
"La democracia corre un gran peligro", dijo a la agencia AFP una jubilada de 73 años, hija de supervivientes del Holocausto, que advierte que lo que le contaron sus padres sobre la llegada de Adolf Hitler al poder en la década de 1930 en Alemania "está ocurriendo aquí ahora". De fondo, se escuchaba un grito que tiene el mismo valor en todo el mundo: "El pueblo unido jamás será vencido".
"A todo el mundo le importan cosas diferentes. En última instancia, todos los temas son importantes y están unidos por estos lazos de interseccionalidad, como los derechos de los inmigrantes, los derechos de los homosexuales, los derechos de las mujeres, etc", dijo a ese medio una estudiante universitaria de 20 años.
Supremacismo blanco, odio a los extranjeros y homofobia
Una de las tantas organizaciones que convocaron a las protestas de este fin de semana fue el Movimiento 50501, que abogaba por "50 protestas en 50 estados y un movimiento", y evocaba la energía de la manifestación multitudinaria del pasado 5 abril, cuando hubo unas 1.200 movilizaciones en todo Estados Unidos y en otras partes del mundo contra el gobierno de Trump.
"Odian a los gays, odian a los negros, odian a los judíos, odian a los extranjeros", dijo una manifestante, preocupada por el "supremacismo blanco" que vuelve a ser noticia en EEUU.
El Movimiento 50501 llamó a una "movilización masiva" y advirtió de "amenazas creíbles de acción policial agresiva, presencia del ICE (agencia de inmigración) y hasta el potencial despliegue de fuerza militar" en las protestas en Washington y otros puntos. Sin embargo, no se reportaron incidentes.
Otras protestas de asistencia considerable tuvieron lugar tanto en la capital estadounidense como en otras ciudades como Miami, Ohio, Detroit, Phoenix o Portland.