El gobierno de Francia está preocupado por el llamado a bloquear el país el 10 de septiembre

El Presupuesto 2026 generó fuerte rechazo y el movimiento ¡Bloqueemos todo! llamar a una "paro total" para el próximo mes. Denuncian medidas de austeridad y reformas impopulares.

18 de agosto, 2025 | 15.07

Antes que finalice el verano, el primer ministro francés, François Bayrou, transpira no solo por la ola de calor que afecta el sur europeo. El movimiento ciudadano denominado Bloquons tout! (¡Bloqueemos todo!) nacido en las redes sociales, llama a un "paralización total, general e ilimitada del país" en protesta contra el plan presupuestario para 2026 presentado por el primer ministro de Emmanuel Macron que prevé, entre otras medidas, un ahorro de 43.800 millones de euros, la congelación de algunas prestaciones sociales y la supresión de dos días festivos.

El movimiento se presenta como apolítico e independiente de los partidos y sindicatos, aunque la convocatoria fue difundida inicialmente por cuentas cercanas a la extrema derecha y, posteriormente, de forma más tímida, por miembros de partidos de izquierda. El objetivo es manifestar el hartazgo generalizado ante las medidas de austeridad y las reformas impopulares que deberán discutirse en el parlamento francés los próximos meses. El movimiento convoca un "paro total, general e ilimitado del país" a partir del 10 de septiembre de 2025, con acciones de boicot, desobediencia civil y solidaridad colectiva.

El movimiento "Bloquons tout" formula varias reivindicaciones centradas en el rechazo al presupuesto presentado por François Bayrou el 15 de julio. Las principales son:

  • El mantenimiento íntegro de los días festivos (frente a su prevista supresión).
  • El cese de la supresión de puestos de trabajo en la función pública.
  • Una inversión masiva en los servicios públicos (sanidad, educación, etc.).
  • La congelación de las pensiones debe ser anulada.
  • El fin de los recortes presupuestarios que, según ellos, afectan a los más vulnerables y destruyen los servicios esenciales.

La movilización se organiza a través de un sitio web “Indignémonos” y cuentas en las redes sociales, en particular TikTok, donde la cuenta "Les Essentiels" ha desempeñado un papel importante en la convocatoria que fue difundida el 24 de julio también por cuentas cercanas a varios partidos políticos, en particular el Rassemblement National (RN), Reconquête y La France insoumise (LFI). Sindicalistas como Céline Verzeletti, de la CGT, también compartieron la convocatoria, pero el colectivo en sí mismo rechaza cualquier afiliación política o sindical.

La posición de la izquierda y los sindicatos

"He recibido listas de reivindicaciones... Y a menudo se parecen a lo que se puede defender", cuenta el diputado socialista Arthur Delaporte al diario Le Monde, que afirma estar atento al asunto, confirmando que algunos vídeos sobre el 10 de septiembre tienen miles y miles de visitas.

La izquierda, desde el Partido Socialista hasta La France insoumise (LFI), no quiere perder el tren esta vez ya que durante el movimiento de los "chalecos amarillos", que surgió en 2018 con sus reivindicaciones de justicia fiscal y democracia directa, la izquierda nunca logró realmente integrarse, vacilando en su apoyo y preocupándose por la infiltración de movimientos de extrema derecha. "Una parte de la izquierda se tapó la nariz con los chalecos amarillos. Espero que algunos no vuelvan a mostrar esa condescendencia de clase". "Nuestro papel será apoyar y difundir este movimiento del 10 de septiembre, para que la censura popular y la censura parlamentaria se alimenten mutuamente", advierte el diputado Matthias Tavel de LFI por el Loira Atlántico.

En su artículo publicado en La Tribune Dimanche el 17 de agosto de 2025, Jean-Luc Mélenchon (LFI) hace un llamado a la movilización para "destituir a François Bayrou de inmediato". Considera que el primer ministro debe abandonar Matignon antes de que finalice el mes de septiembre y propone dos medidas: una moción de censura inmediata en la Asamblea Nacional y una movilización popular "en todos los frentes", en particular apoyando el llamado a "bloquearlo todo" el 10 de septiembre. Mélenchon y los responsables de La France insoumise (LFI) animan a todos aquellos que comparten sus principios a participar en los colectivos locales que organizan esta movilización, con el fin de garantizar su éxito. Denuncian el plan presupuestario de François Bayrou, que consideran injusto y destructivo para los servicios públicos y los más vulnerables.

En efecto, las ambiciones presupuestarias de François Bayrou no terminan de cuajar, a pesar de los intentos pedagógicos con un éxito moderado en su cadena reciente en YouTube. Las controvertidas propuestas del Primer ministro de Macron para el presupuesto de 2026, cuyo objetivo es lograr un ahorro de 43 800 millones de euros, incluyen, entre otras medidas:

  • La supresión de dos días festivos (el lunes de Pascua y el 8 de mayo), una medida percibida como un ataque al tiempo de descanso y a las tradiciones.
  • Un "año blanco": en 2026, las prestaciones sociales, las escalas fiscales y las pensiones de jubilación no se revalorizarán, lo que significa una congelación de los montos percibidos.
  • La reducción de 3 000 puestos en la función pública a partir de 2026, con la norma de no sustituir a uno de cada tres funcionarios que se jubile.
  • La sustitución de la deducción del 10 % por gastos profesionales de los jubilados por una cantidad fija anual de 2000 euros, lo que podría reducir el poder adquisitivo de muchos jubilados.
  • El aumento de la cuota moderadora de la Seguridad Social (de 50 a 100 euros) para los contribuyentes franceses, lo que aumenta la carga de los gastos en salud.
  • La reforma de la Ayuda Médica del Estado (AME) para los extranjeros, con la introducción de una franquicia, lo que limita el acceso a la asistencia sanitaria para las personas más vulnerables.

Tal y como se comprometió con la Unión Europea (UE) y los mercados financieros, François Bayrou pretende reducir con estas medidas el déficit público del 5,4 % del producto interior bruto (PIB) en 2025 al 4,6 % en 2026 para llegar en 2029 al 3 %, con el fin de cumplir finalmente con las normas europeas. Solo el gasto militar está exceptuado del gran ajuste: la defensa es la prioridad número uno, con un aumento del gasto de 6 700 millones de euros en un año (+13 %) con el objetivo de rearmar Francia. Estas medidas son criticadas por su impacto en las clases medias y populares, mientras que los más ricos no se verían afectados por impuestos adicionales.

Para denunciar este proyecto de presupuesto injusto y desequilibrado, la coalición sindical UNSA, CFDT, CGT, CFE-CGC, CFTC, FO, Solidaires y FSU lanzó una petición nacional fin de julio que lleva juntadas mas de 300 000 firmas. Por otro lado, las federaciones CGT de las industrias químicas y del comercio convocaron el 4 de agosto a una huelga para el 10 de septiembre. Un anuncio que fue bien recibido en los grupos de Telegram.

El 11 de agosto numerosas personalidades procedentes o miembros de diversas organizaciones firman un llamamiento publicado en el sitio de la revista Regards a favor de una amplia movilización nacional y de acciones coordinadas en todo el territorio para el 10 de septiembre.

¿Una moción de censura antes de octubre?

Jean-Luc Mélenchon y los insumisos pretenden derrocar a François Bayrou mediante una moción de censura exigiendo que la Asamblea Nacional se reúna lo antes posible en sesión extraordinaria. De lo contrario, habrá que esperar hasta octubre la reanudación de la sesión ordinaria para que se pueda presentar, debatir y, eventualmente, votar una moción de censura como la que derrocó a Michel Barnier a finales de 2024.

Pero el futuro del primer ministro no depende únicamente del voto de los insumisos, ni siquiera de los diputados de izquierda, que en su mayoría se plantean censurar a François Bayrou: el martes 1° de julio los socialistas presentaron una moción de censura, la octava desde que asumió Bayrou en diciembre 2024. Sin los votos del partido de Le Pen, ésta no tenía ninguna posibilidad de derrocar al gobierno. Con 189 votos, lejos de la mayoría absoluta (289), la moción fue rechazada. Solo con el apoyo de los votos del Rassemblement National (Agrupación Nacional) es posible que prospere una moción de censura. Hasta ahora, a pesar de que la mayoría de su electorado está a favor de censurar al gobierno, Marine Le Pen y Jordan Bardella se muestran ambiguos sobre su deseo de derrocarlo, una caída que podría llevar a Emmanuel Macron a disolver de nuevo la Asamblea Nacional y llamar a elecciones legislativas.