El gobernador Axel Kicillof arrancó la campaña rodeado de intendentes y en la lógica que dominará su actividad proselitista: resaltar la gestión que viene llevando adelante en la provincia desde hace seis años y marcar las enormes diferencias con el modelo de Javier Milei. Kicillof encabezó un acto en San Martín para poner de relieve los 500 días de falta de inversión en áreas básicas como educación, salud e infraestructura, que hasta 2023 se las consideraba tareas fundamentales del Estado y hoy van camino al abandono. Principalmente, el acto de este miércoles puso de relieve el parate en la obra pública al pie de la Torre de Innovación Científico-Académica en la Universidad de San Martín, una de las obras paralizadas por el Estado nacional y reactivadas por el gobierno provincial. "Es una decisión criminal", calificó Kicillof la retirada de estas funciones por parte del Ejecutivo.
"Milei propone una Argentina excluyente, para pocos", destacó Kicillof la diferencia entre los dos modelos. El rumbo marcado por el gobierno libertario, al decir de Axel, es "invivible para las grandes mayorías". La campaña que arrancó el gobernador con miras a las elecciones convocadas para el 7 de septiembre buscará contraponer modelos que no podrían ser más distantes. Ahí donde el Estado se esfuma, Kicillof prometió ir en su reemplazo, en la medida de lo posible. "Es un modelo de redistribución regresiva, de saqueo a los sectores populares y productivos y de recursos que se distribuyen hacia una pequeña minoría que se llena de plata”, afirmó el gobernador bonaerense.
Un dato importante fue que el gobernador se haya mostrado junto a un nutrido grupo de intendentes. Algunos inscriptos en su armado Movimiento Derecho al Futuro, pero también otros vinculados al cristinismo como el intendente de Lomas de Zamora, Federico Otermín, y el de Baradero, Esteban Sanzio, junto a los massistas de General Alvarado, Sebastián Ianantuony, y el de Las Heras, Javier Osuna. Más allá de las tensiones internas, que persisten, prevalece la idea de unidad. "Hay un mandato absoluto por parte de nuestro electorado de no romper y seguir en unidad", comentaba un dirigente que estuvo mirando sondeos de opinión en los últimos días.
MÁS INFO
Una de las razones para desdoblar la elección provincial para el 7 de septiembre era que Kicillof se pusiera al frente de la campaña junto a los jefes comunales para destacar los logros de sus respectivas gestiones, más allá de las dificultades que imponen el brutal ajuste presupuestario decidido desde el Gobierno nacional. "El topo que destruye el Estado se tiene que quedar afuera de la provincia de Buenos Aires", subrayó el gobernador.
Otro dato fue que arrancara por la Primera sección electoral, que junto a la Tercera sección, marcan el peso fundamental en el voto en el Conurbano con alrededor de diez millones de electores. El ministro de Obras Públicas y ex intendente de San Martín, Gabriel Katopodis, tuvo un lógico protagonismo dado que se trataba de resaltar su labor frente a la falta de obras nacionales. "No vamos a bajar los brazos", avisó Katopodis, mencionado como posible candidato a senador provincial en esa sección. Si efectivamente Cristina Kirchner se pone al frente de la lista en la Tercera, hará falta otro nombre fuerte para la Primera sección. Desde el Frente Renovador ya lanzaron la alternativa de Sergio Massa, pero habrá que medirlo. Katopodis juega más cerca de Kicillof, pero mantiene un buen vínculo tanto con Cristina como con Massa. Quien no vaya en las listas provinciales pasa a ser una alternativa para la boleta de diputados nacionales en octubre.
A partir de este acto en San Martín, Kicillof intensificará sus recorridas por la Provincia. Este jueves estará en Luján para la apertura del Congreso de políticas para la igualdad, otro tema fundamental para marcar diferencias con un Ejecutivo que hace gala de crueldad. El viernes, en tanto, apuntará al interior provincial y encabezará actividades en Trenque Lauquen y Lincoln, correspondientes a la Cuarta sección electoral, un territorio más hostil para el peronismo. Si las críticas del cristinismo a Kicillof por desdoblar era el temor a que la campaña se provincializara y quedaran a un lado los cuestionamientos a Milei, el gobernador mostró que su objetivo es combinar las dos cosas: resaltar la idea del Estado presente en Provincia contra el Estado ausente en Nación. “Hay que ir a las urnas para que se vote por un futuro mejor. Tenemos que hacer un esfuerzo para explicar que de prosperar la política de Milei va a generar un desastre en el corto plazo y una calamidad al largo plazo”, afirmó.