Caso Cuadernos: Bacigalupo apeló su procesamiento y espera que la cámara porteña lo vuelva a favorecer

El sargento retirado, procesado por adulterar los cuadernos adjudicados al chofer Oscar Centeno, esgrimió en su apelación argumentos contradictorios. Sostuvo que no hay peritajes categóricos que lo comprometan pero también que las manipulaciones de los anotadores se realizaron antes de que se usen como prueba en un expediente.

18 de noviembre, 2025 | 20.07

El ex policía Jorge Bacigalupo apeló el procesamiento que le dictó el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi por adulterar los cuadernos adjudicados al chofer Oscar Centeno. A través de su abogada Nuria Drendak, el sargento retirado de la Policía Federal rechazó los delitos de “encubrimiento agravado en la modalidad de favorecimiento personal" y “falsificación de documento público” que le achacó el magistrado el pasado jueves. En su escrito esgrimió argumentos contradictorios. Sostuvo que no hay peritajes categóricos que lo comprometan pero también que las manipulaciones de los anotadores se realizaron antes de que se usen como prueba en un expediente. Ninguna de las dos justificaciones parecen muy sólidas. Pero la Cámara Federal porteña ya favoreció a Bacigalupo el año pasado y el acusado tienen la expectativa de que repita su accionar.

“Respecto al procesamiento, el mismo resulta ser una resolución arbitraria, carente de fundamentación, basada en una valoración sesgada e incompleta de las pericias caligráficas y tecnológica”, sostuvo Bacigalupo a través de su defensa en pos de que la Cámara Federal porteña modifique su situación procesal por segunda vez. Pidió se le dicte el sobreseimiento o “en forma subsidiaria, su falta de mérito”.

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Martínez de Giorgi volvió a procesar a Bacigalupo el pasado 13 de noviembre. El juez tomó la decisión luego de que se conociera el resultado del peritaje sobre los cuadernos originales que había ordenado el tribunal de juicio. Es que ese nuevo estudio, que estuvo a cargo de la Gendarmería y se hizo en agosto, confirmó en la causa principal las mismas irregularidades que se habían detectado en este expediente, que se abrió en 2022 luego de una denuncia del empresario Armando Loson.

Bacigalupo había sido procesado por Martínez de Giorgi en diciembre 2023 pero fue favorecido con una falta de mérito por la Cámara Federal porteña un año más tarde, en julio de 2024, cuando le dictó una falta de mérito hasta que se peritaran los anotadores originales en la causa central. Ese peritaje finalmente se hizo en la previa del inicio del debate oral y público y su resultado coincidió con el que se había realizado en este expediente, donde un estudio caligráfico de la Policía Federal había confirmado que los cuadernos tenían enmiendas escritas por Bacigalupo.

¿Qué estableció el reciente peritaje de la GNA sobre los originales que motivó un nuevo procesamiento de Bacigalupo? Que si bien los anotadores los escribió el ex militar y chofer Oscar Centeno –era chofer del N° 2 del Ministerio de Planificación Federal, Roberto Baratta- también participó otra mano en la escritura de pasajes puntuales. El trabajo pericial, que por primera vez se hizo sobre los originales y cuyo resultado se conoció en agosto de este año, también dio cuenta de un cambio en la forma de escribir de Centeno entre el primer grupo de cuadernos (del 1 al 6) y el segundo (el 7 y 8), que es muy llamativo. Y precisó cientos de tachaduras y correcciones así como otras particularidades como faltantes de hojas en los originales y que, por ejemplo, el anotador Nº 4 tiene su tapa y contratapa al revés y el espiral manipulado.

Muchas de esas irregularidades ya habían sido establecidas en esta causa paralela que se abrió con la denuncia de Loson. En este expediente a cargo de Martínez de Giorgi se dio un paso más: se estableció que quien adulteró los cuadernos –al menos 2 de los 3 analizados en este caso- fue el ex policía Jorge Bacigalupo. El magistrado logró determinar que el policía retirado agregó los nombres "Armando", por Loson, e "Ing. Ferreyra" por Gerardo Ferreyra, y la dirección “Alem 855”, que es la dirección donde están las oficinas de Loson. El nombre del titular de la empresa Albanesi se inscribió sobre otro que se buscó esconder: “Marcelo”. Aún la Justicia no logró determinar a quién encubrió Bacigalupo. Mucho menos por qué. Las enmiendas se realizaron en los cuadernos 4 y 7. Como se estableció en el peritaje de la GNA, el cuaderno 4 tiene su tapa y contratapa al revés y el espiral manipulado. Mientras que el cuaderno 7 está dentro del grupo de anotadores que tiene una forma de escritura diferente al grupo que conforman los anotadores 1 al 6.

En la apelación, que ya está en manos de la cámara porteña, el policía retirado se aferró a “limitaciones” que mencionaron los peritos a la hora de realizar los estudios que concluyeron que fue su mano la que intervino los anotadores de Centeno. Esto es porque los peritos trabajaron sobre las imágenes escaneadas de los cuadernos originales. “Huelga preguntarse cuáles son esas ‘limitaciones’ y si efectivamente las mismas fueron ‘zanjadas’ mediante la pericia caligráfica y documentológica” que se hizo en la causa central de Cuadernos, mencionó la defensa. “Las limitaciones concretamente son la imposibilidad de estudiar los trazos, el surcado, la presión efectiva, los rasgos de ataque y remate, empalmes, como trazados lábiles o aéreos y dichos elementos sólo pueden ser analizados mediante una pericia sobre los cuadernos originales”, dijo la abogada Bacigalupo.

En esa línea, Drendak señaló que “afirmar que el Sr. Bacigalupo ha sido el autor de las enmiendas señaladas en los cuadernos 4 y 7 con sustento en que los peritos infirieron la intervención de éste, resulta ser a todas luces una confirmación arbitraria e inaceptable a los fines del dictado del procesamiento de mi defendido”.

“Ninguna pericia (incluso la que V.S. ha tenido como fundamento para el dictado del auto apelado -Informe Pericial Nº 134.365 de GNA) afirma categóricamente que Bacigalupo sea el autor de los agregados o enmiendas en cuestión (‘Ing. Ferreyra’, ‘Armando’, ‘Alem 855’, ‘855’ y ‘Armando’). Que el a quo rellena ese vacío probatorio con inferencias personales seleccionando a Bacigalupo como el autor de las enmiendas sin mostrar criterio técnico alguno, cuestiones éstas que tornan arbitrario el auto de procesamiento apelado”, se afirmó en la apelación con la que el expolicía pretende que el tribunal revisor de Comodoro Py revoque su procesamiento.

Como se mencionó, la Cámara ya le hizo ese favor en julio de 2024. Ahora apela a la misma estrategia que en su momento le dio frutos.

Por eso, la defensa de Bacigalupo sostuvo que los resultados de los peritajes no son categóricos. Para la defensa del ex policía, “las pericias descartan la autoría categórica del Sr. Bacigalupo en las enmiendas, presentan amplísimas limitaciones metodológicas, inconsistencias y conclusiones no determinantes, tampoco evocan unicidad y temporalidad actual, no existe nexo causal entre las anotaciones/enmiendas y la acción de la Justicia (supuestamente entorpecida y a favor de ‘Marcelo’), no existe conocimiento ni intención por parte de mi ahijado procesal de favorecer a una persona inexistente”, cuestionó la abogada Drendak.

Para la letrada, Martínez de Giorgi “funda el procesamiento en una interpretación personal de las pericias, empleando un ‘control de logicidad’ subjetivo basándose en una mera posibilidad y no en una probabilidad suficiente fundada en indicios serios, precisos y concordantes que hacen al grado razonado de convicción exigido para el dictado de un procesamiento”.

¿Qué hizo el juez? Luego de un peritaje oficial que confirmó que hubo adulteraciones que no coincidían con el cuerpo central de los textos de los cuadernos analizados, Martínez de Giorgi puso la lupa judicial en Hilda Horowicz, ex pareja de Centeno, y en Bacigalupo, por ser quienes tuvieron contacto con los cuadernos antes de que fueran entregados a la Justicia. Según la versión oficial, el policía retirado los tuvo en custodia y fue quien se los entregó al periodista Diego Cabot de La Nación, quien se los llevó al fiscal Carlos Stornelli. El fiscal en lugar de enviar el caso a sorteo se lo quedó por una presunta conexidad con la causa GNL. Por lo tanto, el magistrado ordenó estudios de la escritura tanto de Horowicz como de Bacigalupo. Tras una serie de nuevos peritajes oficiales que realizó la Policía Federal, se determinó que el sargento retirado fue quien modificó el contenido de los textos. Además de Horowicz y Bacigalupo, los cuadernos también los tuvo Cabot y La Nación.

Tal como consta en el segundo procesamiento de Bacigalupo, tanto los peritos oficiales como los de la querella y la propia defensa concluyeron que “con las limitaciones detalladas tanto en lo atinente al material indubitado como el dubitado se infiere que formalmente surge la intervención del Sr. Jorge José Bacigalupo en la confección de las leyendas agregadas y enmendadas existentes en cuaderno 7 – “Armando” 29/08/2013 (dsc 0322) y 10/09/2013 (dsc 0333), cuaderno 7 – “Alem 855” – 25/07/2013 (dsc 0307), cuaderno 7 – “x55” – 10/09/2013 (dsc 0333), y cuaderno 4 – “Ing. Ferreyra” – 02/12/2008 (dsc 0185)…”. Ahora el peritaje de la GNA en la causa central “disipó las limitaciones a las que se refirieran los especialistas en el realizado en este proceso, máxime si se repara en el exhaustivo, abarcativo y completo estudio elaborado con sus consecuentes y categóricas conclusiones”, señaló Martínez de Giorgi.

Para la defensa de Bacigalupo no se disiparon “las limitaciones” y por eso habla de que no hay algo “categórico”.

De forma contradictoria, la abogada defensora también dijo que “las anotaciones atribuidas son pre-procesales, por ende, no pueden constituir ayuda para eludir la acción de la Justicia”. Es decir, de alguna forma da por cierta la adulteración y esgrime ese argumento por si el anterior no es efectivo. Con esta afirmación pretende instalar que los cuadernos adulterados no eran un documento público y que adulterarlos no favorecería a nadie porque no había una causa judicial.

En esa línea, la defensa de Bacigalupo sostuvo que las 3 pericias caligráficas que se hicieron de los cuadernos entre la causa central y la paralela “concluyen expresamente que las anotaciones cuestionadas son anteriores a la causa, que existen múltiples trazos, múltiples autores y múltiples temporalidades (Pericia 9608/18), que la autoría es indeterminada”, remarcó Drendak. Y resaltó que a su representado le achacan “una conducta preprocesal” que “no puede ser considerada ayuda para eludir una investigación que aún no existía”. Dijo también que “la conducta endilgada a mi representado no podría impedir una investigación judicial - inexistente por aquel entonces-, (para) favorecer la fuga de un ‘NN’ (léase ‘Marcelo’), ocultar a un autor -desconocido- ni suprimir evidencia relevante en virtud que las anotaciones/enmiendas estampadas en un simple cuaderno escolar son incapaces de producir el efecto requerido por el tipo penal”.

Pero lo cierto es que Bacigalupo sabía qué estaba modificando. De hecho, entregó los cuadernos a Cabot para que se difundiera lo relatado en los Cuadernos. La entrega al periodista de La Nación tuvo una motivación. Las del sargento retirado no eran escrituras en un simple cuaderno como intenta instalar la abogada defensora. Eran escrituras que tenían un objetivo claro.

Por eso, al juez Martínez de Giorgi le bastó lo dicho por el peritaje caligráfico de la PFA, el lingüístico de la Facultad de Filosofía y Letras de  la UBA y el que realizó la GNA en la causa central.

“A partir de la coincidencia en las adulteraciones detectadas en uno y otro estudio, resulta válido y razonable sostener la intervención caligráfica de Jorge Bacigalupo en ellas”, señaló el magistrado luego que se conociera el estudio de la GNA en la causa central. Y agregó: “La coincidencia de todos los especialistas en este proceso (los oficiales, los propuestos por la querella e, inclusive, el de la defensa) despeja cualquier duda acerca de la participación de Bacigalupo en su realización”.

“A partir de los diferentes elementos de juicio incorporados a este legajo, queda expuesto que del mismo puño escritor, es decir de la escritura del propio Bacigalupo, se efectuaron diferentes modificaciones en la redacción de los denominados cuadernos N° 4 y N° 7”, concluyó. Por eso, el 13 de noviembre pasado el juez volvió a dictar el procesamiento del sargento retirado, la prohibición de salida del país y le trabó un embargo de 150 millones de pesos.

Ahora se espera que la cámara se expida y confirme o revoque aquella decisión que tiene mucha relevancia para la causa central de Cuadernos.