El sargento retirado de la Policía Federal Jorge Bacigalupo volvió a ser procesado el último jueves por haber adulterado los cuadernos adjudicados al chofer y ex militar Osca Centeno. El juez federal Marcelo Martínez de Giorgi lo consideró responsable de los delitos de “encubrimiento” y “falsificación de documento público”. El ex policía se preocupó por proteger a una persona de nombre “Marcelo”. En dos cuadernos en donde figuraba ese nombre lo tachó o borró y encima escribió el del empresario Armando Loson. ¿Quién es “Marcelo”? La Justicia aún no pudo determinarlo. Pero sí logró reconstruir el rol de este sargento retirado. Lo hizo a través de un peritaje oficial de la Policía Federal que se realizó en una causa paralela a la central de Cuadernos donde se investiga una denuncia realizada por Loson, quien es representado por los abogados Carlos Vela y Ricardo Gil Lavedra.
Martínez de Giorgi volvió a procesar a Bacigalupo luego que el peritaje sobre los cuadernos originales que ordenó el tribunal de juicio confirmara en la causa principal las mismas irregularidades que se habían detectado en este expediente, que se abrió en 20220. Bacigalupo había sido procesado en diciembre 2023 por los mismos delitos que este jueves pero fue favorecido con una falta de mérito por la Cámara Federal porteña un año más tarde, en julio de 2024. Entonces se estableció que su situación procesal sea definida cuando se hiciera un estudio de los anotadores originales porque entonces se había basado en un estudio de las imágenes escaneadas de los originales. Ese peritaje lo realizó la Gendarmería semanas atrás, en la previa del juicio, que inició el 6 de noviembre. El trabajo de la GNA coincidió con el que se había realizado en este expediente, donde un estudio caligráfico de la Policía Federal había confirmado que los cuadernos tenían enmiendas escritas por Bacigalupo.
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¿Qué estableció el peritaje de la GNA sobre los originales? Que si bien los anotadores los escribió el ex militar y chofer Oscar Centeno –era chofer del N° 2 del Ministerio de Planificación Federal, Roberto Baratta- también participó otra mano en la escritura de pasajes puntuales. El trabajo pericial, que por primera vez se hizo sobre los originales y cuyo resultado se conoció en agosto de este año, también dio cuenta de un cambio en la forma de escribir de Centeno entre el primer grupo de cuadernos (del 1 al 6) y el segundo (el 7 y 8), que es muy llamativo. Y precisó cientos de tachaduras y correcciones así como otras particularidades como faltantes de hojas en los originales y que, por ejemplo, el anotador Nº 4 tiene su tapa y contratapa al revés y el espiral manipulado.
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Muchas de esas irregularidades ya habían sido establecidas en esta causa paralela que se abrió con la denuncia de Loson. En este expediente a cargo de Martínez de Giorgi se dio un paso más: se estableció que quien adulteró los cuadernos –al menos 2 de los 3 analizados en este caso- fue el ex policía Jorge Bacigalupo. El magistrado logró determinar que el policía retirado agregó los nombres "Armando", por Loson, e "Ing. Ferreyra" por Gerardo Ferreyra, y la dirección “Alem 855”, que es la dirección donde están las oficinas de Loson. El nombre del titular de la empresa Albanesi se inscribió sobre otro que se buscó esconder: “Marcelo”. Aún la Justicia no logró determinar a quién encubrió Bacigalupo. Mucho menos por qué. Las enmiendas se realizaron en los cuadernos 4 y 7. Como se estableció en el peritaje de la GNA, el cuaderno 4 tiene su tapa y contratapa al revés y el espiral manipulado. Mientras que el cuaderno 7 está dentro del grupo de anotadores que tiene una forma de escritura diferente al grupo que conforman los anotadores 1 al 6.
El peritaje caligráfico que realizó la División de Scopometría de la PFA en esta causa paralela a la central precisó: “Los textos manuscritos contenidos en el cuaderno nro. 7, titulado: ‘cuaderno de tapa dura cosido marca Rivadavia color azul’, se corresponden a nivel formal a un mismo puño escritural; a excepción de las constancias manuscritas lucientes en la imagen dsc0342, las leyendas ‘Armando’ (29/08/13 — 12:05 hs) imagen dsc0322, ‘Alem 855’ (25/07/13 — 12:20 hs) imagen dsc0307, ‘855’ y ‘armando’ (10/09/13 — 12:20 hs) imagen dsc0333…” [y que] “respecto a las leyendas contemporáneas "Armando" (29/08/13 — 12:05 hs) imagen dsc0322; ‘Alem 855’ (25/07/13 — i 12:20 hs) imagen dsc0307; ‘855’ y ‘armando’ (10/09/13 — 12:20 hs) imagen dsc0333; discrepan ampliamente las características de forma y formación respecto de las restantes producciones manuscritas obrantes en el cuaderno 7, procediendo ambos grupos de diferentes manos autoras; en tanto que, se aprecian elementos gráficos formales divergentes con las indubitables de Oscar Centeno…”.
En el mismo estudio de la Policía Federal se indicó que “las leyendas contemporáneas ‘Armando’ (obrante en el cuaderno 7 de fecha 29/08/13 — 12:05 hs - imagen dsc0322) e ‘Ing. Ferreyra’ (obrante en el cuaderno 4 de fecha 02/12/2008 20:30hs-, imagen dsc0185), se aprecian elementos gráficos formales divergentes con las indubitables de Oscar Centeno …”.
Tras esos resultados, Martínez de Giorgi puso la lupa judicial en Hilda Horowicz, ex pareja de Centeno, y en Bacigalupo, por ser quienes tuvieron contacto con los cuadernos. Es que según la versión oficial, el policía retirado los tuvo en custodia y fue quien se los entregó al periodista Diego Cabot de La Nación, quien se los llevó al fiscal Carlos Stornelli. El fiscal en lugar de enviar el caso a sorteo se lo quedó por una presunta conexidad con el caso GNL. El juez ordenó estudios de la escritura tanto de Horowicz como de Bacigalupo. Tras una serie de nuevos peritajes oficiales que realizó la Policía Federal, se determinó que el sargento retirado fue quien modificó el contenido de los textos.
Tal como consta en el procesamiento de este jueves, tanto los peritos oficiales como los de la querella y la propia defensa concluyeron que “con las limitaciones detalladas tanto en lo atinente al material indubitado como el dubitado se infiere que formalmente surge la intervención del Sr. Jorge José Bacigalupo en la confección de las leyendas agregadas y enmendadas existentes en cuaderno 7 – “Armando” 29/08/2013 (dsc 0322) y 10/09/2013 (dsc 0333), cuaderno 7 – “Alem 855” – 25/07/2013 (dsc 0307), cuaderno 7 – “x55” – 10/09/2013 (dsc 0333), y cuaderno 4 – “Ing. Ferreyra” – 02/12/2008 (dsc 0185)…”. Ahora el peritaje de la GNA en la causa central “disipó las limitaciones a las que se refirieran los especialistas en el realizado en este proceso, máxime si se repara en el exhaustivo, abarcativo y completo estudio elaborado con sus consecuentes y categóricas conclusiones”, señaló Martínez de Giorgi.
“A partir de la coincidencia en las adulteraciones detectadas en uno y otro estudio, resulta válido y razonable sostener la intervención caligráfica de Jorge Bacigalupo en ellas. Es decir, en las modificaciones del denominado cuaderno N° 7, en las leyendas que rezan ‘25/07/13 12:20 hs. ‘Alem 855’ (imagen digital DSC 0307); ‘29/08/13 12:05 hs. ‘Armando’ (imagen digital DSC 0322) y 10/09/13 12:20 hs. ‘855’ y “Armando’ (imagen digital DSC 0333)”, señaló el juez este jueves. “Finalmente, también en el llamado cuaderno N° 4 y en la anotación del “02/12/08 ‘Ing. Ferreyra’ (imagen digital DSC 0185)”, añadió. Y concluyó: “La coincidencia de todos los especialistas en este proceso (los oficiales, los propuestos por la querella e, inclusive, el de la defensa) despeja cualquier duda acerca de la participación de Bacigalupo en su realización”.
Respecto al rol del sargento retirado, el magistrado resaltó:“Su actuación revela un claro objetivo de ayudar, al menos, a una persona que habría respondido al nombre de ‘Marcelo’ de quien, hasta aquí, se desconocen otros datos. Ello en desmedro de ‘Armando’, a quien, a través de esas modificaciones en el cuaderno N°7, se ubica en ‘Alem 855’ los días 25 de julio, 29 de agosto y 10 de setiembre, todos de 2013”. “Una situación similar parece presentarse con Gerardo Luis Ferreyra, con el agregado de ‘Ing. Ferreyra’ en la anotación del 2 de diciembre de 2008, en el denominado cuaderno N° 4, en cuanto alude a uno de los sucesos por el cual ha sido imputado en aquella causa”, agregó Martínez de Giorgi.
“En suma, como se ha expuesto, a partir de los diferentes elementos de juicio incorporados a este legajo, queda expuesto que del mismo puño escritor, es decir de la escritura del propio Bacigalupo, se efectuaron diferentes modificaciones en la redacción de los denominados cuadernos N° 4 y N° 7”, sentenció. Por eso volvió a dictar su procesamiento, la prohibición de salida del país y trabó un embargo de 150 millones de pesos.
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Dictados, espacios en blanco y discursos ajenos al escribiente
En la misma causa que se abrió con la denuncia de Loson se dispuso un análisis lingüístico sobre los tres cuadernos que son objeto de esta causa. Intervinieron de profesionales de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. En ese peritaje quedó claro que hubo escrituras de corrido en lugar de anotaciones diarias, una planificación previa de la narración y hasta se sostuvo que Centeno pudo haber estado escribiendo todo para otra persona y no para él, cual registro de diario personal, como había instalado la versión oficial de los hechos. Martínez de Giorgi citó distintos pasajes de ese estudio en su resolución de este jueves.
El documento de 186 páginas que comandó la perito de la UBA María Valentina Noblía, y del que en agosto de 2023 El Destape dio cuenta, es un complemento de la pericia caligráfica que hizo la PFA. Con el trabajo de la UBA, fundamentalmente, se buscó detectar si en el texto de los cuadernos hubo diferencias de sintaxis, ortografía y semántica que permitan distinguir la mano de otros autores en los textos. Los resultados fueron contundentes. "En los tres cuadernos se observan procesos de edición, de distinto orden y peso para el desarrollo del texto: agregados, supresiones, tachaduras, sobreescrituras. Estos fenómenos ponen en cuestión que el destinatario sea el mismo sujeto de la escritura, o sea, que se trate de un texto autoreferencial. El nivel de conciencia y el control sobre el contenido y la forma de los cuadernos sólo se justifican si este va dirigido a un tercero", se destacó en el trabajo de la UBA. Y se añadió que "no es posible definir un perfil autoral uniforme de los cuadernos, porque los tres evidencian, el menos, dos tipos de intervenciones: las realizadas a posteriori y las que afectaron el proceso de escritura".
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Por otro lado, se remarcó como una particularidad la existencia de "espacios en blanco vacíos o completados posteriormente de manera forzada con palabras o frases" así como el registro de "préstamos de discurso ajeno" en muchos pasajes de los textos, lo que indica que a Centeno le dictaron o copió información.
Martínez de Giorgi, en el procesamiento de Bacigalupo de este jueves, citó de ese informe diversos pasajes. Entre ellos dijo que “es particularmente relevante la referencia a que ‘… Los textos presentan un mismo formato textual (un aparente informe de actividades), pero en cada cuaderno ese formato cumple un objetivo diferente: en 2008/2009 es un registro de actividades; en 2013, el testimonio explícito del ‘valijeo’; en 2015, una denuncia (no formalizada) de las entregas de dinero, lo que da a lugar a considerar un cambio en la intencionalidad del sujeto de la escritura’”. La referencia fue a 3 cuadernos porque solo se estudiaron esos anotadores en esta causa paralela a la central ya que son los que refieren a Loson.
Ante los detalles que da el informe de la UBA, Martínez de Giorgi afirmó este 13 de noviembre: “A poco de reparar en estas conclusiones, las particulares características que demuestra este estudio encuentran un correlato con la actuación de Jorge Bacigalupo, esto es, en cuanto al objetivo y marco temporal de la manipulación que ejecutó sobre los denominados cuadernos N° 4 y N°7”.
El interrogante es inevitable: ¿Bacigalupo también intervino a través de dictados o de alguna otra forma en la confección de los cuadernos? ¿Tuvo influencia en los cambios de escritura de Centeno? ¿Por qué el sargento retirado decidió encubrir a alguien de nombre “Marcelo”? ¿Alguien se lo pidió? ¿Hubo una tercera persona detrás de Centeno y Bacigalupo?
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Falso testimonio
Bacigalupo había declarado como testigo en la causa central de los Cuadernos el 31 de julio de 2018 y según resaltó Martínez de Giorgi en su resolución, en ese caso dijo “que los cuadernos habían sido escritos por Centeno, de acuerdo con lo que él le dijo, sin aclarar, ni agregar, ninguna otra circunstancia. Sin embargo, nada refiere en cuanto a su directa intervención en las enmiendas y agregados que en este legajo se le adjudican”. Es decir, mintió al declarar como testigo bajo juramento de decir verdad. Se trata del delito de falso testimonio.
Por tal motivo, uno de los abogados defensores que interviene en el juicio afirmó a El Destape: “Cuando declare en juicio, el Tribunal Oral en lo Federal N° 7 debería detenerlo y ordenar una causa por falso testimonio”. ¿Lo hará?
Quién es Jorge Bacigalupo, actor clave de Cuadernos
El sargento retirado de la Policía Federal Jorge Bacigalupo era amigo de Centeno y, según el relato oficial, tuvo los anotadores en custodia porque se los entregó por un tiempo quien fuera el chofer de Roberto Baratta, Nº 2 del Ministerio de Planificación. Siempre según la historia oficial, en ese lapso, Bacigalupo se contactó con Cabot para hacerle llegar el material que luego se publicaría en La Nación y provocaría una razzia de dirigentes políticos y empresarios el 1 de agosto de 2018.
Bacigalupo trabajó “como remisero muchos años, desde 1998 a 2007”, según se presentó con Cabot en una nota que publicó La Nación el 4 de agosto de 2018, apenas tres días después de la difusión del caso de las Fotocopias de los cuadernos. En esa entrevista contó que antes había “tenido taxis”, sin dar mayores precisiones.
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Según publicó el propio Cabot en otra nota con Bacigalupo, publicada el 12 de enero de 2020, el sargento retirado “fue el primer eslabón de la investigación periodística que meses más tarde se convirtió en una denuncia judicial”. Es decir, Bacigalupo fue uno de los actores clave de toda esta operación.
De acuerdo a su relato, Bacigalupo se conoció con Centeno cuando ambos trabajaban en una remisería de la localidad de Martínez, partido bonaerense de San Isidro. “Me acuerdo de que cuando empezamos ambos teníamos un Peugeot 405. Luego él lo cambió por el Toyota. En esa remisería se trabajaba para varias cuentas y allí empezó a transportar a gente del ministerio”, narró el policía retirado. En las entrevistas que concedió no abundó para quiénes trabajaba él. Tampoco dijo que adulteró los cuadernos. Ahora que volvió a ser procesado ¿revelará por qué lo hizo?
