Este jueves comenzará un nuevo juicio emblemático de la persecución judicial característica de los últimos años: el caso Cuadernos. En el banquillo de los acusados habrá 126 imputados si se contempla la causa principal y sus conexas, entre los que se cuentan desde la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner a importantes empresarios como Ángelo Calcaterra, primo de Mauricio Macri, o Aldo Benito Roggio. El foco del debate oral y público estará puesto en la supuesta corrupción en la obra pública durante los gobiernos kirchneristas. Un paso más para intentar demonizar aquellas administraciones que favorecieron a las clases populares. A juzgar por las irregularidades que hubo a lo largo de todo el proceso –que gestaron el fiscal Carlos Stornelli y el difunto juez Claudio Bonadío- lejos de una profusa investigación, “Cuadernos” se trató de una gran maniobra político-mediático-judicial para profundizar la persecución de opositores y extorsionar empresarios. Es que no todos los ejecutivos que estuvieron involucrados en el expediente llegaron a juicio. Paolo Rocca (Techint) y Eduardo Eurnekián (Corporación América) son dos ejemplos de grandes empresarios que se vieron favorecidos por decisiones judiciales y fueron excluidos del caso, que se basó en anotadores manipulados y en testimonios de arrepentidos que no se registraron como la ley lo establece.
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Según pudo reconstruir El Destape, CFK que –otra vez- fue acusada de liderar una asociación ilícita, seguirá la primera audiencia de este debate junto a sus abogados Carlos Beraldi y Ary Llernovoy, conectada a un zoom desde su residencia porteña de San José 1111 donde cumple arresto domiciliario por haber sido condenada a 6 años y medio de prisión en otra causa paradigmática del Lawfare: la de Vialidad. No hay que descartar que el juicio “Cuadernos” sea utilizado por la entente político-mediático-judicial para la campaña electoral de 2027 tal como Vialidad se usó para la de 2019. El modus operandi es similar.
Básicamente, las audiencias que se desarrollarán durante el final de este año constarán de la lectura de los requerimientos de elevación a juicio de la causa central de Cuadernos y sus conexas. Se trata de “la pieza acusatoria que determina los hechos sobre los cuales versará la acusación” del Ministerio Público Fiscal.
Este jueves, a las 9.30, el TOF 7, integrado por los jueces Fernando Canero, Enrique Méndez Signori y Germán Castelli, abrirá el debate con la lectura de los requerimientos de elevación a juicio de la causa central. La 9608/2018. Los siguientes dos jueves (13 y 20 de noviembre) se seguirá con la lectura del requerimiento de la misma causa. Luego, el 27 de noviembre y el 4 y 11 de diciembre se dará la lectura de los requerimientos de elevación de las causas conexas. El tribunal estableció que “los imputados deberán estar presentes únicamente en aquellas jornadas vinculadas a sus respectivos expedientes, instándolos una vez más a que se conecten desde un mismo espacio físico”.
El juicio continuará el año próximo con la apertura debate. Y se sumará un día más de audiencia: los martes. En esta etapa se preguntará a las partes si tienen alguna cuestión preliminar para plantear. Entonces es cuando se espera que las defensas saquen a la luz las diversas irregularidades que contaminaron esta causa desde su inicio.
Fue tal el manoseo que hubo en la causa por parte de la dupla Stornelli-Bonadío que hasta el actual ministro de Justicia de la Nación, Mariano Cúneo Libarona, cuestionó la investigación en 2018. Como abogado del empresario Sergio Taselli dijo que su defendido "si no sale en libertad en breve lapso va a mentir y va a involucrar a alguno". En declaraciones radiales explicó la extorsión que se producía: "Tenés que arrepentirte, confesar algo, e involucrar gente. Si decís que sos inocente quedas preso. Hay que ir y confesar, si no quedas preso".
La cronología de la gestación de “Cuadernos”, que estalló el 1° de agosto de 2018, se puede resumir de la siguiente manera:
- El periodista de La Nación Diego Cabot le entregó a Stornelli las fotocopias de los supuestos cuadernos adjudicados al exmilitar Oscar Centeno, chofer del exnúmero 2 del ministerio de Planificación Federal durante el kirchnerismo, Roberto Baratta. Según la versión oficial, la entrega a la Justicia fue luego de que el policía Jorge Bacigalupo –presunto amigo Centeno y quien tenía los cuadernos en custodia- se los diera a Cabot. Stornelli no envió el caso a sorteo. Se lo quedó. Un claro ejemplo de fórum shopping (cuando se elige un investigador a dedo, lo que no se puede).
- Centeno declaró en tribunales que tenía los anotadores guardados, pero el día 1, cuando fueron a buscarlos junto a Stornelli a su domicilio, no estaban donde dijo.
- Centeno, que se convirtió en imputado colaborador, cambió su declaración y afirmó que quemó los anotadores. “Me levanté, busqué la caja con los cuadernos y me fui al fondo donde está el quincho y en la parrilla los rompí uno por uno, los amontoné y los quemé. Me quedé atizando el fuego hasta que se terminaron de quemar”, había declarado en sede judicial. Como justificación de este cambio de versión, agregó: “La confusión en relación al destino de los cuadernos fue por la situación que estaba viviendo, estaba detenido hacía dos días y no había podido dormir”.
- Cabot apareció más de un año después, en la víspera de las elecciones presidenciales de 2019 –exactamente 4 días antes-, con algunos de los Cuadernos en físico, resucitados de las cenizas. ¿No era que se habían quemados? ¿Por qué Centeno mintió dos veces? ¿Por qué se escondieron los anotadores?
- El empresario Armando Loson, uno de los acusados, tras un peritaje privado denunció en tribunales más de 1.600 irregularidades en los Cuadernos para involucrarlo en la causa, que incluyeron sobreescrituras, uso de liquid paper y varias manos en su redacción. Acaso en ese estudio esté la respuesta de por qué se escondían los cuadernos y se evitaba peritarlos. Esto provocó la apertura de una causa paralela donde se investigó la situación de la que fueron víctimas al menos Armando Loson y Gerardo Ferreyra.
- Un peritaje oficial que se hizo en esa causa paralela a la central, que tramita en el juzgado de Marcelo Martínez de Giorgi ,confirmó que en las partes de los 3 cuadernos analizados donde aparecía Loson hubo una mano que no era la de Centeno. El estudio caligráfico fue realizado por la división de Scopometría de la Policía Federal. Así, se determinó que quien había manipulado los anotadores fue el expolicía Jorge Bacigalupo, vinculado a Centeno y de Cabot. Martínez de Giorgi procesó al expolicía pero luego fue favorecido por la cámara federal porteña. Hoy se encuentra con falta de mérito. ¿Por qué Bacigalupo intervino los cuadernos? ¿Quién le pidió escribir los nombres y direcciones que puso? Nunca se lo preguntaron hasta el momento.
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- Una pericia lingüística que realizó la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA) ordenada también por Martinez de Giorgi determinó que hubo cambios notables en la redacción de los 3 cuadernos peritados en esa causa. Quedó claro que hubo escrituras de corrido en lugar de anotaciones diarias, una planificación previa de la narración y hasta se sostuvo que Centeno pudo haber estado escribiendo todo para otra persona y no para él, cual registro de diario personal, como había instalado la versión oficial de los hechos. ¿Alguien entonces le dictó lo que escribir a Centeno?
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- En agosto de este año, en la previa al inicio del juicio y después de siete años de iniciada la causa, el TOF 7 ordenó peritar los cuadernos originales. El estudio, que estuvo a cargo de la Gendarmería (GNA), estableció que si bien los anotadores los escribió el ex militar y chofer Oscar Centeno también participó otra mano en la escritura de pasajes puntuales. Es decir, ratificó lo que arrojó el peritaje de la Policía Federal en la causa de Martínez de Giorgi. El trabajo pericial de la GNA, que por primera vez se hizo sobre los originales, también dio cuenta de un cambio en la forma de escribir de Centeno entre el primer grupo de cuadernos (del 1 al 6) y el segundo (el 7 y 8), que es muy llamativo. Y precisó cientos de tachaduras y correcciones así como otras particularidades como faltantes de hojas en los originales y que, por ejemplo, el anotador Nº 4 tiene su tapa y contratapa al revés y el espiral manipulado. Desde los medios hegemónicos se intentó presentar el estudio como si todo hubiese sido normal.
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- A esta sucesión de irregularidades se suma la forma en que se tomaron los testimonios de los arrepentidos, que no fueron grabados ni registrados por algún medio técnico según establece la ley. Por tal motivo no hay forma de corroborar si los arrepentidos fueron presionados por el fiscal Stornelli, quien llegó a decir públicamente, en plena instrucción del proceso, que se estaban agotando “las sortijas” para los empresarios que estaban pensando en –o siendo empujados a- arrepentirse. Más de un imputado se refirió a “aprietes” de los actores judiciales.
Ante este cuadro de situación, El Destape consultó a uno de los abogados defensores respecto a qué senderos jurídico pueden abrirse en al juicio al plantearse el sinfín de irregularidades que tuvo el caso. “Van a seguir adelante aunque se mueran todos los imputado”, fue su respuesta. Está claro que este juicio es político y está minado de irregularidades. Pudieron haber existido algunos hechos de corrupción en la obra pública pero la Justicia eligió no investigarlos y hacer de esta causa una verdadera persecución política que está repleta de nulidades.
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Coincidencias político-judiciales
Según un informe cuantitativo total elaborado por el MPF el caso Cuadernos y sus causas conexas suman 126 imputados, 540 hechos a ser juzgados y 899 testigos “ofrecidos” solo por la fiscalía. Esas cifras más las irregularidades anteriormente mencionadas dan cuenta de un proceso que no será breve ni sencillo.
Según el abogado que se consulte –y que son parte del proceso- el juicio no debiera durar menos de dos años. Los números, otra vez, no parecen azarosos. Otro letrado defensor al ser consultado por este medio sobre la extensión del debate respondió sin dudarlo: “Hasta las elecciones del 2027”. Los antecedentes, como el de Vialidad, juegan a favor de su respuesta. Tanto como que la condena seguramente ya esté escrita para CFK, que además de este juicio y la condena de Vialidad tiene otras causas abiertas en Comodoro Py como Hotesur/Los Sauces y Memorándum con Irán, dos casos que habían sido cerrados y se reabrieron con el objetivo de continuar la persecución judicial de la dos veces presidenta.
Un juicio “controlado”
En línea con lo anterior se dio el desplazamiento de la jueza Gabriela López Iñíguez de este juicio. Se trata de una magistrada que no se alinea a los intereses de quienes fogonearon esta persecución. ¿Qué cargo tenía López Iñíguez en este prorceso? El de suplente. Pero los titiriteros de este show judicial pretenden tener todo bajo control. Con ese norte, la fiscal del juicio, Fabiana León, pidió apartar a esta magistrada del caso con el insólito argumento de que perdió imparcialidad al remarcar en la condena de Marcelo D’Alessio a 13 años y medio de prisión los vínculos de ese espía ilegal con el fiscal Stornelli.
El 17 de septiembre, la Fiscal General Fabiana León planteó al TOF 7 la recusación de López Iñíguez porque en el caso D’Alessio “como integrante del Tribunal Oral Federal N° 8, emitió juicios afirmativos sobre la existencia de una asociación ilícita y, particularmente, sobre la relación de Marcelo Sebastián D’Alessio con el Fiscal Federal Carlos Stornelli, instructor de la causa CFP 9608/2018, en la que la Dra. López Iñíguez fue designada.” Entre otras cosas, la fiscal resaltó que en su voto, López Iñíguez señaló que “D’Alessio mantenía ‘canales informales’ con Stornelli, lo que constituía ‘un activo importante’ de la asociación ilícita”. ¿Lo sostenido por la magistrada en el D’Alessiogate era falso? No. Está probado. Como publicó El Destape, que el fiscal y el espía ilegal llegaron a intercambiar 92 mensajes de Whatsapp en apenas 11 horas. Pero el vínculo del espía y falso abogado con el fiscal del caso Cuadernos embarra este juicio.
La fiscal León sostuvo que en la condena de D’Alessio y su banda “la jueza López Iñíguez votó afirmando como probados hechos y vínculos que rozan circunstancias de la causa Cuadernos, validando pruebas, testimonios y cuestionando -duramente- la actuación del fiscal de la instrucción en nuestra causa. Estas manifestaciones exceden toda referencia contextual y podrían constituir un juicio anticipado sobre cuestiones que podrán pretender ser traídas a debate, adelantando una valoración previa”.
Si bien López Iñíguez rechazó la recusación, el 21 de octubre pasado los tres jueces del TOF 7 le hicieron el juego y la desplazaron. Sostuvieron que el fallo del TOF 8 que condenó a D’Alessio “brinda una plataforma objetiva suficientemente robusta para admitir la razonabilidad de la postura que pregona la Fiscalía, pues no puede descartarse que, en caso de que la nombrada, ahora magistrada sustituta, sea llamada a integrar el Tribunal y -eventualmente- intervenir en la resolución de las cuestiones que se planteen en el marco del juicio a celebrarse en la presente causa y sus conexas, las consideraciones realizadas en aquellas actuaciones puedan tener virtualidad decisiva en el sentido que apunta la peticionaria.” En su lugar quedó Néstor Costabel, quien se suele expedir en sintonía con los intereses de quienes impulsan el caso. ¿Por qué es tan relevante la discusión en torno al suplente? Porque uno de los 3 magistrados a cargo del juicio podría no ser parte de todo el debate.
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Dos días después de la decisión del TOF 7, como en un movimiento de pinzas, la Corte terminó de allanar el camino hacia este juicio al lavar las culpas de Stornelli en el caso D’Alessio. El pasado 23 de octubre con los votos de Horacio Rosatti, Ricardo Lorenzetti y los magistrados Nora Carmen Dorado (presidenta de la Cámara Federal de la Seguridad Social), Beatriz Estela Aranguren (de la Cámara Federal de Apelaciones de Paraná) y Marcelo Fernández (presidente de la Cámara Federal de San Martín el Alto Tribunal dejó firme el sobreseimiento de Stornelli en el D'Alessiogate (Carlos Rosenkrantz se excusó de intervenir en la causa porque fue "investigado" por D'Alessio).
El máximo tribunal del país decidió salvar al fiscal Stornelli en la causa D’Alessio al rechazar los recursos que plantearon las querellas y dejar firme su sobreseimiento en los casos Ubeira y Castañón. La decisión de la Corte, que no tiene plazos para expedirse, se dio dos semanas antes del inicio del juicio Cuadernos. Stornelli fue clave para apuntalar desde la instrucción la operación político-mediático-judicial y debía llegar “limpio” al momento de iniciarse el juicio.
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El mensaje de la Corte fue claro: el debate oral y público de Cuadernos debe avanzar a como dé lugar. Poco importó a la Corte que en la condena al espía ilegal Marcelo D’Alessio por integrar una asociación ilícita dedicada a realizar tareas de inteligencia ilegales, extorsiones y lavado de activos durante el gobierno de Mauricio Macri hubiese quedado comprometido a Stornelli por sus vínculos con el falso abogado. El fiscal llegó a estar procesado en primera instancia por 7 hechos en el D’Alessiogate pero luego fue favorecido por instancias superiores que revisaron esos casos. Dos llegaron a la Corte con recurso de los querellantes, que pidieron se revierta la situación del titular de la Fiscalía Federal N° 4. La Corte no tenía plazos para expedirse pero decidió abordar los recursos que involucraban a Stornelli el 23 de octubre pasado. Estaban despejando el camino hacia el juicio de Cuadernos. Nada nuevo bajo el sol.
Tras la victoria electoral del oficialismo en las elecciones de medio término es de esperar que la avanzada judicial del lawfare continúe e incluso se profundice. Este jueves, por lo pronto, sumará un nuevo capítulo.
