La titular del FMI, Kristalina Georgieva, dio un paso más allá de lo que había hecho antes cualquier autoridad del organismo financiero y se metió en cuestiones de política doméstica al recomendarle a los argentinos a votar en octubre a favor del gobierno de Javier Milei. "Insto a Argentina a mantener el rumbo", sostuvo Georgieva en una conferencia de prensa en Washington donde se celebra la Asamblea de Primavera del FMI y el Banco Mundial. La insólita declaración de la funcionaria interviniendo en los asuntos internos de un país miembro generó el repudio de la oposición política. "A los argentinos nos costó demasiado conseguir la libertad de votar como para someter la decisión a un organismo extranjero", reaccionó el Partido Justicialista. Sin embargo, el respaldo de Kristalina se le puede volver un búmeran a la gestión libertaria: varias encuestas recientes dieron cuenta de la muy mala imagen que tiene el FMI entre los argentinos, lo mismo respecto al reciente préstamo que le otorgaron al Gobierno.
Georgieva se reunió este jueves con el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, y se colocó en la solapa el pin de una motosierra que le regaló. También conversó con el ministro de Economía, Luis Caputo; el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, y su vice Vladimir Werning; el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, y el de Política Económica, José Luis Daza; además del representante ante el FMI, Leonardo Madcur. Después salió a hacer campaña por ellos. "Domésticamente el país va a tener elecciones en octubre y es muy importante que no descarrile la voluntad del cambio", sorprendió la jefa del Fondo. Elogió que Argentina "ha demostrado que esta vez es diferente" y que hay decisión de "poner a la economía por el buen camino". Esto en un contexto de salarios deprimidos, jubilaciones recortadas y un consumo que no se recupera.
Como pocos países del mundo, los argentinos tienen un amplio conocimiento respecto a lo que significa el FMI y las consecuencias de sus políticas de ajuste permanente. Varias encuestas recientes lo certifican. El último sondeo de la consultora Opina Argentina, que dirige Facundo Nejamkis, reveló que apenas un 32% de los argentinos tiene una imagen favorable del organismo financiero que ha venido teniendo un rol protagónico en los asuntos económicos del país desde el retorno democrático. "Los argentinos miran al FMI de modo eminentemente negativo. Solo tres de cada diez encuestados tienen una imagen positiva del organismo internacional. Además, la mitad de los encuestados también tienen una imagen negativa del acuerdo con el Fondo", recogió el trabajo.
La encuesta de Tendencias, también de este mes, arrojó una mirada similar. Las opiniones positivas respecto al FMi fueron apenas el 18,2% que sumadas a las regulares positivas alcanzaron un toal del 39% de los consultados frente al mayoritario 61% con imagen negativa o regular negativa del organismo. La nueva toma de deuda del ministro Caputo con el Fondo dio resultados similares en cuanto aceptaciones y rechazos.
De acuerdo al último sondeo de Analogías, un 61,3% de los consultados se mostró en contra de que el gobierno de Milei tomará más deuda con el FMI mientras que sólo el 21,8% estuvo de acuerdo. Incluso le agregaron un "balance" respecto a aquel endeudamiento récord de la gestión de Mauricio Macri en 2018 que, era de imaginar, también resultó negativo para un mayoritario 56,9% y positivo para apenas el 17,9%. Caputo y Sturzenegger, interlocutores de Georgieva en Washington esta semana, cumplieron papeles relevantes en aquella gestión.
Por eso, habrá que esperar para saber qué efecto genera en la gente el respaldo entusiasta de la jefe del Fondo al gobierno de Milei y la agenda del "cambio". Probablemente, los mercados sí lo interpretarán como una señal favorable, lo mismo que las declaraciones del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, asegurando que la Argentina "merecía" el apoyo del FMI por el cumplimiento de sus metas financieras. La historia se repite porque, en su anterior gestión, Donald Trump también intervino de manera decisiva para que el Fondo le otorgue el préstamo más grande de su historia a Macri para que gane las elecciones y no vuelva el peronismo. El resultado fue que los dólares se fugaron, la deuda quedó para el país y Macri perdió las elecciones por amplio margen con una economía incendiada. La historia como tragedia y luego como farsa.