Este jueves se conmemoró la tradicional jornada por San Cayetano, patrono del pan y del trabajo, en medio de la brutal caída de salarios y de empleo que protagoniza el gobierno de Javier Milei en su segundo año de gestión. El arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, cuestionó el ajuste del Gobierno nacional a los jubilados durante la misa y la Confederación General del Trabajo (CGT), sindicatos y movimientos sociales marcharon a Plaza de Mayo, donde hubo un acto. Durante todo el día, cientos de fieles se acercaron a Liniers para hacerle llegar sus reclamos.
Desde temprano, fieles se acercaron al Santuario de San Cayetano, ubicado en el barrio porteño de Liniers. Desde jóvenes hasta jubilados, que pidieron por trabajo y pan en un contexto adverso. "Principalmente vengo a agradecer por el trabajo de toda la familia, que tenemos un hogar y un techo donde cobijarnos y, a la vez, pedir por todos los que no tienen trabajo y un techo donde cobijarse", dijo a C5N una mujer jubilada, quien contó que vive "día a día" económicamente y explicó: "Soy jubilada y estoy pensionada, pero tampoco alcanza". Al caer la noche, seguía llegando gente al santuario ubicado en la calle Cuzco al 150, que estaba colmado de personas.
En la misa central, García Cuerva lamentó que "los ancianos" siguen "esperando una jubilación digna". Lo dijo en la misma semana que el presidente Javier Milei vetó una ley que establecía una nueva fórmula de movilidad jubilatoria, que establecía una actualización del bono para jubilados, que habría pasado de $70.000 a $110.000, más un incremento del 7,2% en los haberes y la reapertura de la moratoria previsional.
"Creemos en el diálogo social como herramienta clave y eje central en la búsqueda de consensos que posibiliten la puesta en marcha de políticas superadoras para dejar atrás una crisis que venimos soportando desde hace años y que golpea inequitativamente a la gran mayoría de nuestra sociedad", siguió García Cuerva y agregó: "Como representantes de las demandas sociales, no podemos resignarnos a ver como crecen la desigualdad, la precarización y la fragmentación del tejido productivo y social de nuestro país, aumentando la inequidad social".
A la homilía de García Cuerva le siguió la movilización a Plaza de Mayo, a la que, además de los sindicatos y movimientos sociales que fueron desde Liniers -como la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP)-, se sumaron los gremios y las columnas que concentrarían más cerca de la histórica plaza, que está ubicada tan solo a unos metros de la Casa Rosada. La columna de la CGT, que difundió un documento contra el Gobierno, se unificó en Diagonal Sur y Perú, pero la cúpula venía marchando desde el Congreso.
En el escenario de la Plaza, hubo críticas a Javier Milei, tanto por su política económica como su política represiva de las movilizaciones. Cuando tomó el micrófono, el secretario general de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, aseguró que el Gobierno "reprime porque su plan fracasó". "Pero, aunque reprima a los jubilados, aunque reprima a los familiares y pibes discapacitados, nuestro pueblo no se rinde", continuó y sentenció: "Decir pan, paz, tierra, techo y trabajo es decir que es posible construir otra Argentina que nos saque de este infierno, este precipicio en que nos hace caer la política neoliberal y cruel de Milei y del FMI".
El documento de la CGT
Por su parte, la CGT difundió un documento en el que señaló que su compromiso es "con la defensa de los derechos y oportunidades de quienes más lo necesitan", en referencia a "los trabajadores, los jubilados, los jóvenes a los que se les desvanece la ilusión de un país con oportunidades de progresar".
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"El trabajo no es un privilegio, es un derecho, es pilar de la dignidad humana y ordenador social, como fuente de derechos. El ajuste económico no debe basarse en la destrucción del empleo o en el deterioro de su calidad. No avalamos políticas que recorten derechos laborales, que le pongan cepo a las paritarias libres o que desmantelen el estado en nombre de una supuesta eficiencia", opinó la central obrera, que denunció: "La deserción y desmantelamiento de áreas sensibles y estratégicas al interés de toda la sociedad como el hospital garrahan, la atención de la discapacidad, el inta, vialidad nacional, Conicet, el instituto nacional del cáncer, son acciones irresponsables e insostenibles. El equilibrio de las cuentas públicas no puede lograrse a expensas del desequilibrio social, o por imperio de la insensibilidad y la represión".
Además de pedir un "modelo de desarrollo, producción y trabajo que impulse la industria nacional", la CGT se posicionó "del lado de quienes luchan cada día por vivir con dignidad", y cerró: "Del lado de los que no se resignan. Del lado de los que sueñan con transformar la realidad y no someterse al ajuste que recae sobre los más vulnerables. Porque creemos que la política debe ser una herramienta de transformación, no de resignación".