Por qué se tira sal sobre las brasas del asado: qué función tiene y para qué sirve

El asado es parte de la identidad cultural argentina y prepararlo, como todo, tiene sus trucos: antes, durante y después de cocinar. Seguramente alguna vez viste como le tiraban sal a las brasas del asado y te preguntaste qué función tiene o para qué sirve. Te contamos todo lo que tenés que saber.

¿Por qué se le tira sal a las brasas del asado?

La sal es una gran aliada a la hora de hacer un asado pero no sólo para dar sabor a la carne, sino para mejorar el proceso. Algunos asadores espolvorean directamente el condimento sobre las brasas porque:

1. Reduce el humo excesivo

La sal ayuda a controlar la producción de humo al absorber parte de la grasa que gotea sobre las brasas. Esto, evita que se queme la grasa en el fuego y que se genere demasiado humo, lo que podría afectar el sabor de la carne.

1. Estabiliza la temperatura de las brasas

Al tirar la sal gruesa sobre las brasas, se puede prolongar la duración de las mismas y mantener una temperatura más pareja. Esto que favorece una cocción, te ayuda  a controlarla y favorece a que el asado salga mejor.

      3. El uso de la sal para apagar fuegos

La sal puede ayudar a sofocar el fuego en ciertas circunstancias, pero no funciona como un extintor universal. Si la arrojas sobre las brasas, no las apaga por completo, pero sí puede reducir la intensidad del fuego y controlar llamas pequeñas debido a que cubre el carbón y limita el oxígeno disponible. Muchos la usan para sofocar pequeños incendios en la cocina, cuando el aceite larga una llamarada. La sal puede absorber el aceite y cortar la combustión.

• Advertencias y limitaciones sobre el uso de la sal en incendios: recordá que la sal no es útil en incendios grandes o químicos. Además de no ser eficaz para apagar llamas grandes,  en algunos casos hasta puede generar vapores peligrosos. Esto ocurre cuando se usa en incendios químicos o eléctricos.

Trucos del asado: cuándo hay que salar la carne para lograr el punto perfecto

Muchas personas salan el asado al final, cuando la carne ya no está en la parrilla. Según estos asadores, no se debe hacer antes ya que la carne cruda hará que se liberen jugos, dejándola más seca. Sin embargo, lo ideal es salarla 40 minutos antes de ponerla a la parrilla.

De esta forma, la sal tiene tiempo de disolverse, volviendo la carne más jugosa. Si querés que te salga más crocante, en lugar de tierna, se aconseja que la sales mientras se asa. Es fundamental que, la sales cuando la sales, utilices sal gruesa.