El líder de la secta rusa Ashram Shambala, Konstantin Rudnev, seguirá detenido en el penal de máxima seguridad de Rawson donde fue alojado desde mediados de marzo después de ser detenido en Bariloche acusado de liderar una organización internacional que captaba mujeres para fines de trata y reducción a la servidumbre. El “gran chamán” había presentado un pedido de libertad domiciliaria alegando que sufre una grave enfermedad que no puede ser tratada dentro de la cárcel en la que fue alojado tras su detención.
Ante el pedido, la Justicia Federal de Bariloche consultó a los médicos del penal donde está alojado Rudnev. Ellos fueron categóricos con la respuesta: confirmaron a la Justicia que el líder de la secta rusa no cursa ningún tipo de enfermedad grave y destacaron que ante cualquier consulta o manifestación de enfermedad ha consultado a los médicos del servicio de salud dentro del penal. Además, declararon en la causa que cada vez que manifestó alguna cuestión puntual, el hombre fue atendido por un especialista que le brindó la asistencia y le hizo cada uno de los controles previstos.
Konstantin Rudnev fue detenido a mediados de marzo en Bariloche, luego de que se instalara en la zona un grupo de mujeres que ocuparon algunas cabañas de alquiler temporal. Allí, entienden los investigadores, el “gran chamán” ruso buscaba establecer un punto más de la secta que nació hace muchos años en Europa del Este y que tras varias denuncias que incluso llevaron al líder a estar preso fue recorriendo el mundo instalándose en distintos puntos. Según esta investigación, en el último tiempo habían generado contactos en Brasil y pasado hacia Argentina recorriendo varias provincias con el pretexto de una escuela de yoga hasta que se instalaron en Bariloche.
Pese a no haber sido detectados de inmediato, la organización se mantenía oculta hasta que una joven quiso dar a luz en el Hospital de Bariloche. La mujer de 22 años fue acompañada a tener a su bebé por otras mujeres y buscaban ponerle el apellido del líder de la secta. Los malos tratos de las mujeres que casi no hablaban castellano con la mujer embarazada y el mal estado de salud de la joven alertó a los médicos que realizaron la denuncia y allí se destapó el escándalo. Los investigadores aseguran que poniéndole el nombre al bebé, Rudnev buscaba adquirir una ciudadanía que le permita escapar de los pedidos de captura que tiene en Montenegro y lograr un salvoconducto que le permita escapar de cualquier pedido de países europeos.
Con el correr de los días y los operativos, las detenciones de los integrantes de la banda se fueron sumando, ya que detectaron que algunos de los integrantes de la organización pudieron escapar pero terminaron identificados por la Justicia. Hasta el momento. la causa cuenta con 20 identificados, 19 mujeres y un hombre, que tienen prohibido salir del país pero que siguen la investigación en libertad, mientras que el único detenido es el líder de la secta, Konstantin Rudnev. Todos los investigados tienen la obligación de presentarse ante la justicia una vez por semana mientras el juez Gustavo Zapata avanza con la investigación. Para esto, el nuevo Código Procesal establece un plazo máximo de un año, el cuál fue otorgado al magistrado y que podría extenderse debido a la complejidad de la investigación.
Mientras tanto, los investigadores avanzan con las pericias a los teléfonos y computadoras secuestradas en busca de datos que permitan mantener la acusación contra el líder de la secta, la cual fue señalada a mediados del 2000 y que llevó a Rudnev a prisión durante 11 años en Siberia. Allí, entienden los investigadores, una mujer heredó el manejo de la organización hasta que el líder recuperó la libertad. Esa mujer fue identificada y estaba con el hombre al momento de su detención, cuando intentaban tomar un avión junto a otras integrantes de la secta. La investigación ubica a las mujeres captadas por este hombre como “víctimas de una extrema vulnerabilidad”, las cuales eran sometidas mediante abusos y distintas técnicas y estaban en peligro de vida por la falta de alimentación. Como no les permitían alimentarse, muchas mujeres perdían el pelo y los dientes, al tiempo que el gurú les aseguraba que “estaban renaciendo a una nueva vida y allí se alimentarán de la energía divina”, por lo que no necesitarían dientes y por eso se les caían. Esta secuencia también se repetía en las víctimas encontradas en nuestro país, a quienes le secuestraron varias pelucas que usaban para esconder la pérdida de cabello.
Ahora, tras la negativa de la Justicia a la prisión domiciliaria, los representantes de Rudnev aseguraron que apelarán la medida y buscarán que el líder de la secta pueda esperar la investigación en libertad. De esta forma, la palabra definitiva la tendrá en pocos días la Cámara Federal de Apelaciones que resolverá si existe la posibilidad de que Rudnev sea liberado pese a los peligros de que pueda entorpecer la investigación o fugarse, un temor que ronda el expediente desde que se conoció la permanencia de la secta rusa en el sur de nuestro país.