El papel clave de los escarabajos en la ganadería argentina

Un estudio del CONICET analizó 81 investigaciones sobre Scarabaeinae, revelando su impacto en la fertilidad del suelo y señalando áreas poco exploradas.

04 de noviembre, 2025 | 15.37

Un equipo de investigadores del CONICET llevó a cabo la primera revisión exhaustiva sobre los escarabajos estercoleros (Scarabaeinae) en Argentina, un grupo de insectos fundamentales para la salud del suelo y la producción ganadera. El estudio recopiló 81 publicaciones científicas desde 1944 y evidenció un marcado aumento en la investigación desde el año 2000, que concentra el 78 por ciento de los trabajos en el país.

Estos escarabajos cumplen funciones ecológicas esenciales al enterrar estiércol y carroña para alimentarse o anidar. Gracias a esta actividad, contribuyen a la degradación de materia orgánica, dispersión de semillas y la bioturbación del suelo. Además, influyen en el ciclo de nutrientes, modifican las propiedades fisicoquímicas del terreno y reducen la presencia de parásitos, factores vitales para una ganadería sustentable.

La revisión, dirigida por Andrés Gómez-Cifuentes y Gustavo Zurita del Instituto de Biología Subtropical (IBS, CONICET – UNaM), categorizó los estudios en siete áreas temáticas. Los temas más investigados en Argentina fueron el comportamiento y la evolución, con un 28 por ciento de los trabajos centrados en estrategias de reubicación de alimentos y comportamiento reproductivo. En paralelo, la taxonomía, sistemática y filogenia representaron el 27 por ciento, mientras que la biodiversidad y conservación sumaron un 21 por ciento.

No obstante, el análisis identificó importantes vacíos en el conocimiento, especialmente en funciones ecológicas y fisiología, áreas que apenas alcanzan un 6 por ciento de las investigaciones. En particular, el impacto directo del manejo ganadero fue el tema menos estudiado, con solo un trabajo dedicado. Los expertos remarcaron la necesidad de incluir detalles sobre los métodos de gestión, el uso de antiparasitarios y características de los pastos para avanzar en comparaciones a gran escala.

Este trabajo, publicado en un número especial de la Revista de la Sociedad Entomológica Argentina, coincide con el centenario de la publicación y representa un hito en la consolidación del conocimiento sobre este grupo de insectos en el país, destacó Gómez-Cifuentes.

La investigación sobre estos escarabajos creció notablemente desde el año 2000.

Para ilustrar la relevancia de estas funciones, el equipo destacó una investigación previa de Gómez-Cifuentes en el Chaco Seco, una región ganadera clave. Allí, la presencia de escarabajos triplicó los niveles de fósforo en el suelo y aumentó el carbono orgánico, la conductividad eléctrica y el calcio en sistemas de Manejo de Bosques con Ganadería Integrada (MBGI), en comparación con áreas de sábanas arbustivas.

Nuestros resultados enfatizan el papel crítico de los escarabajos estercoleros en el mantenimiento de la calidad del suelo asociado con las prácticas de manejo ganadero más extendidas del Chaco seco argentino”, explicó Gómez-Cifuentes, subrayando la importancia de estos estudios para equilibrar producción y conservación.

En cuanto a la distribución espacial de las investigaciones, la Selva Paranaense (Bosque Atlántico) concentra la mayor cantidad de estudios y registros de especies, seguida por el Chaco Húmedo y Seco. Sin embargo, se detectó una notable carencia de trabajos en el centro y sur del país, así como en ecorregiones como las Yungas y los Campos y Malezales, donde las condiciones no deberían limitar la presencia de estos insectos.

Las zonas del país con más especies reportadas

A nivel provincial, Misiones lidera con 19 publicaciones y 127 especies reportadas. Por el contrario, se recomienda intensificar la investigación en provincias del NOA (La Rioja, Salta, Catamarca, Tucumán y Jujuy), la región Pampeana (Buenos Aires, La Pampa, Entre Ríos y Santa Fe) y Cuyo (San Juan y San Luis), ya que se sospecha que albergan una biodiversidad aún no documentada.

Los científicos concluyeron que las áreas con mayor potencial para futuras investigaciones son la fisiología y las funciones ecológicas, especialmente en las regiones menos estudiadas del país, lo que permitirá profundizar en el rol de estos insectos clave para los ecosistemas y la producción ganadera.

Su actividad mejora la calidad del suelo y reduce los parásitos.