Cáncer de piel: científicos argentinos descubrieron el peligro de hacerse este tipo de uñas

Una investigación realizada por científicos argentinos del CONICET descubrió que un tipo de esmalte para uñas modifica las células de la piel, pudiendo derivar en cáncer de piel.

30 de mayo, 2025 | 13.17

Científicos argentinos del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) descubrieron que existe un tipo de manicuría que produce enormes daños en la piel, pudiendo llevar incluso a producir cáncer de piel. Desde hace algunos años, se viene advirtiendo sobre los peligros de las lámparas para uñas, que sellan el esmalte de manera semipermanente, durante un mínimo de 14 días. Sin embargo, ahora se comprobó que este aparato realmente produce cambios en la piel.

Los expertos investigaron los daños que la radiación emitida por lámparas de secado de esmalte de uñas puede producir sobre la piel. Así, descubrieron que muchas partículas, entre ellas la enzima encargada de producir melanina, se alteran con el uso de estas cabinas. La investigación se publicó recientemente en la revista científica Chemical Research in Toxicology y generó una gran preocupación. Además, se comprobó que este daño se produce tanto en las cabinas viejas, que emitían luz UV, como en las nuevas, que emiten luz LED.

Esta investigación comenzó cuatro años atrás, cuando María Laura Dántola, docente universitaria e investigadora en el Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas (INIFTA, CONICET-UNLP), se preguntó si el esmalte semipermanente podría generar daños en la piel, ya que los esmaltes se fijan con un dispositivo formado por una fuente de luz LED que permite un secado rápido en minutos. Esto es especialmente peligroso si una persona se hace las uñas con este tipo de radiación con frecuencia de una vez a la semana y si no se toman los recaudos necesarios.

"Los primeros dispositivos de este tipo utilizaban radiación de tipo UVA y luego fueron cambiando a luz LED UVA visible, la misma región del espectro solar que llega a la superficie terrestre. Si bien es cierto que aquellas lámparas eran mucho más perjudiciales, en nuestra investigación probamos que igualmente las modernas provocan modificaciones químicas en moléculas de la piel, que están poco investigadas y mucho menos se advierten en el manual de uso del producto, que es de venta libre y a un costo muy accesible", explicó Mariana Serrano, investigadora del CONICET en el INIFTA y autora junto a Dántola, Mariana VignoniCarlos Ardila Padilla. Además, destacó que no existe ningún tipo de control ni regulación para los fabricantes de estas máquinas.

Qué daños en la piel producen las cabinas LED de uñas y qué precauciones tomar

"Tras una exposición de cuatro minutos, lo que dura un ciclo típico de manicura, observamos que todos los compuestos estudiados sufren modificaciones que conducen a una alteración de sus funciones biológicas”, explicó Serrano. Esto puede conducir a problemas médicos como fotoalergia o fototoxicidad, es decir hipersensibilidad, irritación y otras reacciones inmunológicas, o distintos tipos de cáncer de piel.

"Se trata de procesos que, de una u otra forma, derivan en la muerte celular. El ejemplo más claro en este caso es la acción que se produce sobre la tirosinasa, una de las enzimas que participan de la síntesis de melanina, el pigmento natural que da el color a la piel y el pelo y que nos protege de los efectos de la radiación del sol. Una vez que esa función se altera o desaparece, el cuerpo pierde esa protección natural, y de ahí todos los daños que se puedan producir", sumó Vignoni.

Por esta razón, remarcaron la importancia de que se informe "acerca de los efectos perjudiciales que puede provocar su uso no controlado, y que también se recomiende la implementación de medidas preventivas como la colocación de un protector solar o guantes que eviten la exposición innecesaria de ciertas regiones de la mano". "De esta manera, las personas podrían decidir bajo su propia responsabilidad, pero con información, el uso que quieren darle”, concluyeron.