Fuga de docentes, atraso salarial y aulas vacías en Entre Ríos: universidades entrerrianas no escapan a la motosierra de Milei

Las universidades nacionales de Entre Ríos no escapan a la crisis que se vive en el país. Docentes y no docentes demandan una mejora salarial y denuncian que las casas de altos estudios sufren el ajuste nacional en recursos para funcionamiento.

14 de agosto, 2025 | 13.00

Esta semana, en consonancia con lo que está sucediendo en todo el país, las dependencias de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) y la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) fueron al paro. Tanto profesores como trabajadores administrativos se plegaron a la huelga dispuesta por una semana, con altísimo acatamiento. No obstante, hubo acciones de visibilización y manifestaciones variadas para dar a entender que el vaciamiento de la educación superior pretendido por la Casa Rosada será difícil de concretar, dada la resistencia de un sector que cuenta además con una altísima estima en la sociedad.

"Lo que sucede en la UTN no escapa a la generalidad, a la situación de las instituciones de la Educación Superior en general", indicó a El Destape, Alberto Carrere, decano de la Regional Paraná de la Universidad Tecnológica. El directivo afirmó que lo más urgente pasa por lo salarial: "Si uno coteja los sueldos con el 2015, ya hay un 80% de pérdida en términos reales. Es muy complicada la situación y, si bien no está comprometido lo patrimonial, si no hay respuestas en el corto plazo ya entraríamos en una situación de urgencia".

Como parte de su proceso de expansión, la UTN ha promovido la creación de cinco extensiones áulicas en los municipios de Hasenkamp, Hernandarias, Viale, Crespo y Nogoyá. El objetivo es que estudiantes -en su mayoría primera generación en una universidad- puedan acceder a estudios de tecnicatura sin tener que viajar a Paraná. La determinación colabora a mejorar la matricula, en momentos donde se calcula que ha caído la asistencia -aunque no de forma significativa aún- pero se ve en ocasiones resentida por las constantes renuncias docentes. "Entre las 30 sedes se han ido 350 docentes. Es una tendencia que vemos que se acentúa en los últimos meses", advirtieron.

Para cerrar, Carrere criticó el discurso estigmatizante del gobierno nacional en relación a las universidades como supuestas "cajas políticas".Y describió: "Mensualmente tenemos la obligación de hacer nuestra rendición de cuentas, donde se ven los componentes, gastos e ingresos. Acá la crisis q atravesamos es por la falta de presupuesto, porque venimos reconduciendo el de 2023 con índices de actualización que se disponen unilateralmente. No hay mucho más secreto".

No solo en la UTN hay fuga de docentes. En la UNER ya se fueron más de 130 en menos de dos años, de acuerdo a lo informado por su rector, Andrés Sabella. El directivo atribuyó el fenómeno al desfinanciamiento y la pérdida de poder adquisitivo, haciendo especial hincapié en el impacto en la formación académica y la pérdida de calidad en la educación que reciben miles de estudiantes entrerrianos. Las dimisiones representan un 5% del total del personal la casa de estudios y, en su mayoría, son de trabajadores de menos de 40 años que ven su futuro estancado por la ausencia de dinero y terminan buscando otras alternativas. "Perder ese capital humano joven nos deja sin recambio para los equipos de cátedra y formación futura", indicó al respecto.

En las unidades académicas la salida de profesores impacta de lleno en las aulas, especialmente porque muchas veces es difícil encontrar profesionales preparados en disciplinas que son muy específicas. Por ejemplo, en Gualeguaychú está la Facultad de Bromatología, donde se estudia no solo esa carrera, sino que también Nutrición, Farmacia, Bioquímica y Veterinaria. "Hay mucha disconformidad y continuamente hay renuncias. Es complejo, porque acá no hay docentes para algunas carreras, pero cansa viajar y los viáticos ya no alcanzan", resaltó al respecto Gustavo Isaack, su decano.

Datos de la Asociación Gremial de Docentes Universitarios (AGDU) reflejan que un 80% de los docentes acataron la huelga y casi un 100% de los administrativos adhirió a la medida de fuerza. "Es un porcentaje mucho mayor al de los últimos paros, hay más conciencia de todos en relación a la gravedad de lo que está pasando. Y también se involucran los estudiantes, incluso en facultades donde hay una baja participación política, como la de Ciencias Económicas", afirmó a El Destape, Maximiliano Camarda, secretario Gremial de la Asociación.

El dirigente apuntó luego que uno de los puntos centrales es que el ajuste no es solo sobre la docencia, sino que también sobre la extensión e investigación, que son dos patas claves del sistema: "Bajaron sustancialmente los montos y al haber menos ingresos se hace difícil continuar con el proceso de formación, ya sea en congresos o posgrados, así como con el trabajo en territorio".

Para cerrar, Camarda indicó que existe una grieta casi insalvable entre los libertarios y las educación superior: "Las universidades se han consolidado como un espacio de debate y formación a partir del discurso científico. Y el gobierno está en las antípodas. Hay un relato sin fundamentos, que no tiene información. Eso nos hace enemigos de por sí, es una guerra ideológica que no había tenido lugar nunca. Esta gestión está en contra de la raíz misma de la educación superior, por ende es imposible que nos prioricen porque iría en contra de su propia lógica".

En las últimas horas, el Ministerio de Capital Humano emitió un comunicado donde adelantó que habrá un aumento salarial que, en general, ya se anticipa por debajo de la inflación: 3,9% en agosto -1,3% de junio, 1,3% de julio y 1,3% del mes en curso-; 1,3% en septiembre; 1,2% en octubre; 1,1% en noviembre y 1,1% en diciembre. Las universidades seguirán resistiendo, como ya lo hicieron en otros períodos, el embate de gobiernos que buscan vaciarlas de contenido y mercantilizar su espíritu.