Una escapada diferente se puede hacer en el Norte de nuestro país, precisamente en el corazón de Salta, donde se encuentra una ruta recta e imponente que se abre paso entre cerros, cardones y cóndores.
Se trata de un espacio del noroeste argentino que guarda historia y paisajes deslumbrantes, conocido como la famosa "ruta del cielo". Conocé en esta nota todos los detalles al respecto y su historia.
Dónde queda la "ruta del cielo" y qué lugares conecta
La "ruta del cielo" es un tramo del ancestral Qhapaq Ñan, o Camino del Inca, que se puede recorrer en auto a lo largo de 19 kilómetros entre Salta capital y Cachi, atravesando una de las postales más hermosas de nuestro país.
El camino atraviesa el Parque Nacional Los Cardones y su punto más impactante es la Recta del Tin Tin, un trayecto perfecto para frenar, respirar aire puro y sacar fotos entre gigantescos cardones.
Uno de sus tramos más altos es la Cuesta del Obispo, que alcanza los 3.400 metros sobre el nivel del mar. Este sendero no solo sobrevivió al tiempo, sino que fue respetado por los conquistadores españoles y los ingenieros viales modernos gracias a su diseño eficiente y alineado con la geografía.
La "ruta del cielo" conecta lugares mágicos del Valle Calchaquí como la Piedra del Molino, Payogasta y Cachi. Es un destino cada vez más elegido por turistas que buscan naturaleza, e historia en el mismo lugar. Esta zona es ideal para manejar sin apuro y hacer pequeñas caminatas con vistas espectaculares.
El Parque Nacional Los Cardones, con más de 64.000 hectáreas, es uno de los tesoros del noroeste argentino. Allí, los protagonistas son los Echinopsis atacamensis, los imponentes cardones que pueden vivir más de 200 años y alcanzar hasta 5 metros de altura. En cuanto a su fauna, es posible cruzarse con guanacos, zorros y hasta cóndores.
MÁS INFO
Algunas paradas imperdibles dentro del parque son la Piedra del Molino, el Valle Encantado con sus pinturas rupestres y el mirador de la Recta del Tin Tin. Aunque no hay servicios ni señal telefónica, es un lugar ideal para quienes buscan desconectarse.
Se recomienda llevar agua, protector solar y abrigo, y cargar nafta antes de entrar. La mejor época para visitar es entre abril y noviembre. El viaje se puede completar con visitas a pueblos cercanos como Molinos o Seclantás, donde se mezcla lo ancestral con la calidez salteña.