Si sos de los que se toman descansos breves para cortar la rutina y te gusta planificar escapadas de fin de semana en pueblos recónditos de todo el país, existe un lugar maravilloso en el medio de los cerros de Córdoba que podría convertirse en tu próximo destino.
Se trata de Cerro Áspero y es el equilibrio perfecto entre naturaleza, tranquilidad e historia. Está ubicado a unos 60 kilómetros al oeste de la central nuclear de Embalse y a 20 kilómetros al este de la Villa de Merlo en San Luis. Se puede llegar caminando o en vehículos de travesía.
La mina del 1800
Uno de los principales atractivos de este lugar es la visita a la vieja mina de Pueblo Escondido, ubicada en la confluencia de tres arroyos serranos que eran esenciales para el lavado de minerales. En su momento, los recursos se extraían allí sin utilizar productos químicos.
En su mejor momento allí trabajaban decenas de personas, había instalaciones de molienda, concentración y separación de minerales, una usina propia, un hospital y viviendas para mineros.
El procesamiento de tungsteno se realizaba a partir de la extracción de wolframita, un mineral que contiene hierro, tungsteno y manganeso. Es un elemento que no se encuentra en estado puro en la corteza terrestre, sino combinado con otros.
La wolframita que proporcionaba la mina de Pueblo Escondido era de color negro con brillo metálico.
Un Cerro con historia
“El yacimiento fue descubierto en 1894 por Guillermo Bodenbender, uno de los padres fundadores de la geología argentina. Era un geólogo alemán que vino como discípulo de Luis Brackebusch, a quien Sarmiento había traído a la Academia de Ciencias de Córdoba durante su presidencia. Bondenbender vivió 58 años en Argentina y su obra fue amplísima”, contó el geólogo Jorge Sfragulla sobre los orígenes de la mina.
“La mina de Cerro Aspero funcionó desde finales del siglo XIX hasta 1969. Cerró al bajar el precio internacional del tungsteno, mientras al mismo tiempo el mineral de mayor calidad se iba agotando. Pero la sentencia de muerte del yacimiento se dio por la entrada en el mercado mundial del tungsteno de la República Popular China, en la década de 1980", explicó el geólogo.
Y cerró: "En la actualidad, el 85% del tungsteno que utiliza la industria mundial proviene de China, un 5% de Rusia, un 3% de Canadá, y el 7% restante de un puñado de países”.