No es Purmamarca: la escapada a un cerro cordobés que queda en un “pueblito rojo” de ensueño

En el lugar, se puede visitar un registro pictográfico conmovedor y también la casa donde vivió Atahualpa Yupanqui.

19 de noviembre, 2025 | 13.08

Si estás planeando nuevas escapadas de fin de semana, existe un lugar único en la provincia de Córdoba que podría convertirse en tu destino próximo. Lo tiene todo: paisajes hermosos, historia viva y conexión permanente con la naturaleza.

Se trata de Cerro Colorado, un pequeño pueblo cordobés ubicado a unos 160 kilómetros al norte de la ciudad capital, donde puede observarse cómo vivían las comunidades originarias de la provincia. Allí desarrollaron su vida principalmente los indios Comechingones y Sanavirones.

Estos pueblos originarios han plasmado su historia en distintos dibujos, que aún se conservan en las paredes del Cerro y pueden ser visitados por locales y turistas.

Parece Purmamarca, pero es Córdoba

El color colorado del cerro inmediatamente lo asociamos con los paisajes inolvidables de Jujuy y su Cerro de los Siete Colores. Pero esta maravilla se encuentra en Córdoba, sobre la ruta provincial 21.

El Cerro Colorado fue declarado Monumento Histórico Nacional en el año 1961, pero su valoración data desde mucho antes. A fines del siglo XIX, el escritor Leopoldo Lugones publicó un artículo en el que destacaba la importancia arqueológica de la zona.

Otro de los atractivos del pueblo tiene que ver con la casa museo de Atahualpa Yupanqui. Se trata de la vivienda donde residió el célebre cantautor argentino, que conserva pertenencias y obras del músico: desde su guitarra característica hasta un cuadro pintado y autografiado por Benito Quinquela Martín.

Un pueblo que une la naturaleza y la historia

Sin lugar a dudas el aspecto infaltable en la visita a Cerro Colorado es el archivo pictográfico. Por un lado, los dibujos realizados por los pueblos originarios en tres colores, que ilustran los días de los antiguos habitantes y ponen en valor la historia de la región.

Fueron realizadas en diferentes períodos, entre los siglos V y XVI. En todo el Cerro se conservan unas 3000 pictografías rupestres, que datan de un periodo que va desde el siglo quinto hasta unos 400 años atrás. En las pinturas más modernas aparecen representados jinetes a caballo, que ineludiblemente refieren a conquistadores españoles.

Además de admirar los paisajes preciosos, los visitantes de Cerro Colorado pueden pasear por distintos senderos y experimentar los relieves del lugar. Para los más interesados en la historia viva del Cerro, está disponible la visita guiada, donde se ofrece la observación de 100 aleros que contienen pictografías prehispánicas de hasta 1.500 años de antigüedad.