Compartir tu vida con una mascota, especialmente con un perro, no solo te llena de alegría, sino que también tiene beneficios comprobados para tu salud física y emocional.
Los perros son conocidos como “el mejor amigo del hombre” por una razón no casual. Su lealtad, amor incondicional y compañía los convierten en miembros esenciales de la familia. Pero, ¿sabías que acariciar a tu perro no solo lo hace feliz a él, sino que también te beneficia a vos?
De acuerdo a diversos estudios científicos, el contacto físico con los perros estimula la liberación de endorfinas, las famosas “hormonas de la felicidad”. Estas alivian el dolor y también generan una sensación de bienestar. Además, acariciar a un perro reduce los niveles de cortisol, la hormona relacionada con el estrés.
Beneficios físicos y emocionales de acariciar a un perro
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Reduce el estrés y la ansiedad: Como mencionamos, el simple acto de acariciar a un perro puede relajarte y disminuir tus niveles de estrés. Es como una terapia natural al alcance de tu mano.
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Fortalece tu sistema inmunológico: ¿Sabías que convivir con un perro puede reducir el riesgo de alergias o asma? Según una investigación publicada en el Journal of Allergy and Clinical Immunology, tener una mascota ayuda a fortalecer el sistema inmune, haciéndote más resistente a gérmenes, virus y bacterias.
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Mejora tu salud cardiovascular: La Clínica Mayo asegura que acariciar a un perro disminuye el ritmo cardíaco y la presión arterial. Además, tener un perro te obliga a salir a pasear, lo que contribuye a una vida más activa y saludable.
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Combate la soledad: Los perros son compañeros excepcionales. Su presencia puede ayudarte a sentirte menos solo y aislado, especialmente en momentos difíciles.
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Terapia asistida con animales: Los perros también son utilizados en terapias médicas, como la zooterapia, para ayudar a personas con autismo, en rehabilitación o con enfermedades físicas.
- Los perros son compañeros ideales que brindan amor incondicional y bienestar diario.
¿Cómo acariciar a un perro correctamente?
Si querés disfrutar de estos beneficios, es importante saber cómo acariciar a un perro de manera adecuada, especialmente si no es tu mascota. Acá te dejamos algunos tips:
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Observá su lenguaje corporal: Antes de acercarte, fijate si el perro está relajado y receptivo. Si muestra signos de estrés, como gruñidos, orejas hacia atrás o cola entre las patas, es mejor no insistir.
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Acercate con calma: Evitá movimientos bruscos o ruidos fuertes. Los perros pueden asustarse fácilmente.
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Acariciá las zonas preferidas: En general, a los perros les encanta que les acaricien la cabeza, el cuello, el pecho y la espalda. Evitá tocarles la cola, las patas o el hocico, a menos que sea un perro de confianza.
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Hacelo con suavidad: Movimientos lentos y delicados son la clave. No aprietes ni pellizques.
¿Cuál es el impacto en tu cerebro?
Un estudio publicado en PLOS ONE reveló que interactuar con perros activa el córtex prefrontal del cerebro, la zona encargada de regular y procesar las interacciones sociales y emocionales. Esto significa que acariciar a un perro además de relajarte, estimula tu “cerebro social”.
Incluso se observó que este efecto persiste después de que el perro ya no está presente, lo que sugiere que la interacción con animales puede tener beneficios duraderos para tu salud mental.