La exploración espacial acaba de vivir un momento clave con un anuncio de la NASA que podría cambiar para siempre nuestra visión sobre la vida fuera de la Tierra. El rover Perseverance, que desde 2021 recorre el cráter Jezero en Marte, detectó unas formaciones conocidas como “halos negros” dentro de ciertas rocas, un hallazgo sin precedentes en el planeta rojo.
Este descubrimiento fue posible gracias al instrumento PIXL (Planetary Instrument for X-ray Lithochemistry), que analizó la composición de estas estructuras y confirmó que contienen hierro y fosfato, dos elementos fundamentales para la existencia de organismos microbianos en la Tierra. Así, la NASA apunta a que estas formaciones podrían ser indicios de vida microbiana antigua en Marte.
En nuestro planeta, estructuras semejantes se forman por la acción de microbios que obtienen energía de la roca, lo que hace que estos halos sean una pista muy prometedora. Aunque aún no se puede afirmar con certeza que se trate de vida marciana, el hallazgo se posiciona alto en la escala CoLD (Confidence of Life Detection), que mide la confianza en detecciones biológicas.
Este avance sugiere que Marte pudo haber tenido condiciones mucho más favorables para la vida microbiana de las que se creían hasta ahora. La NASA destacó que "la estructura y composición de los halos representa la pista más sólida encontrada hasta la fecha" en la búsqueda de vida en el planeta vecino.
El próximo paso crucial será traer estas muestras a la Tierra en futuras misiones. Analizarlas directamente en laboratorios permitirá confirmar o descartar si su origen es biológico. Los resultados podrían revolucionar nuestra comprensión del universo y del rol que juega nuestro planeta en él. Por ahora, la comunidad científica observa este descubrimiento con cautela.