Si hacés esto cuando vas a un restaurante sos una persona empática, según la psicología

Hacer esto en restaurantes es un indicio de que sos una persona empática y amable, según expertos en psicología.

09 de mayo, 2025 | 14.34

Existe un hábito que algunas personas practican cuando van a un restaurante, que según la psicología, determina qué tan empático y amable sos. La empatía es la capacidad que tiene el ser humano de ponerse en el lugar del otro y sentir como propias las emociones que la otra persona puede estar experimentando, ya sean positivas o negativas. Esta cualidad nos hace humanos y se refleja en muchos gestos cotidianos.

Uno de esos hábitos que puede indicar altos niveles de empatía y amabilidad es la manera en que tratás a los empleados de un negocio, por ejemplo de un restaurante, cuando vas a comer allí. Mientras algunas personas apenas saludan a los mozos o los tratan de manera despectiva, otros se muestran agradecidos y respetuosos, son pacientes a la hora de esperar que les tomen el pedido, colaboran con su trabajo y no los tratan con superioridad, entendiendo que son trabajadores como cualquier otra persona.

En psicología, esto se conoce como conducta prosocial, y tiene que ver con la capacidad de beneficiar al otro sin buscar ninguna recompensa a cambio. Lachlan Brown, periodista enfocado en la psicología, investigó qué significa que una persona ayude de forma frecuente a los mozos cuando es el momento de que se lleve los platos. Según la psicología, las personas que hacen esto se destacan por su empatía, amabilidad y conciencia social.

Además, es un signo de humildad. Puede que hagan esto porque ellos también trabajan o trabajaron en atención al cliente, o bien porque simplemente sienten empatía. Al colaborar con esta pequeña tarea, como poner los cubiertos arriba del plato, darle el plato al mozo en la mano o recoger las servilletas, se está valorando el trabajo del otro.

¿Mirás a los ojos cuando hablás con alguien? Esto dice sobre tu personalidad, según la psicología

Mirar a los ojos a alguien cuando hablamos no es azaroso. Según los expertos en psicología, esto responde a ciertos patrones de conducta y de personalidad. Según la psicología, la manera en la que miramos a alguien (si miramos fijo o esquivamos la mirada) dice mucho sobre nuestras intenciones, nuestros deseos, intenciones e incluso nuestro estado emocional.

Si prestás atención, vas a notar que algunas personas te miran fijamente a los ojos cuando te hablan, mientras que a otras les cuesta más sostenerte la mirada. Esto puede tener que ver con varios factores, como qué tan tímida o extrovertida sea la persona, el nivel de seguridad o inseguridad que le genere la persona frente a la que está hablando y demás factores influyentes.

El psicólogo clínico Robert A. Lavine escribió sobre el tema en Psychology Today y aseguró que el contacto visual directo solo ocurre el 3% del tiempo durante una charla casual, y que si una persona sostiene la mirada por más tiempo, está comunicando algo más allá de lo verbal. Según el experto, el contacto visual sostenido puede ser una señal de múltiples cosas: interés genuino, atención plena, autoridad, o incluso dominancia.

Cuando una persona te mira fijamente a los ojos por más de unos segundos durante una conversación, probablemente esté tratando de establecer un vínculo más profundo o transmitir confianza. También puede ser un signo de atracción o de intento de persuasión. Por otro lado, las personas que te esquivan la mirada pueden sentir un desinterés por la conversación, aunque también se puede asociar con timidez, inseguridad o sobreestimulación emocional.

También se debe tener en cuenta el contexto y la relación que se tiene con la otra persona. En el ámbito laboral, mantener el contacto visual de forma constante con un jefe puede significar que la persona está escuchando atentamente a su superior. Con una pareja, puede indicar necesidad de expresar intimidad o un deseo de conexión emocional. En cualquier caso, sostener la mirada puede reforzar vínculos y generar más presencia en el momento compartido con la otra persona.