Qué significa la palabra "algoritmo": origen y en qué casos se usa

De TikTok a Netflix, de Google a Spotify: los algoritmos mandan. Pero pocos saben que su nombre proviene de un matemático persa del siglo IX. Su legado aún rige la forma en que pensamos, buscamos y consumimos información.

13 de octubre, 2025 | 14.42

Hoy hablamos de algoritmos a toda hora. Están detrás de las búsquedas que hacemos en internet, las recomendaciones de series que maratoneamos y las publicaciones que vemos —o no vemos— en las redes sociales. Pero detrás de ese concepto omnipresente hay una historia milenaria: la de un sabio nacido hace más de 1.200 años, en una biblioteca de Bagdad.

El término que hoy suena a inteligencia artificial y tecnología nació, en realidad, con el cruce entre la matemática, la lengua árabe y la traducción latina. Una palabra que viajó del desierto persa a Silicon Valley sin perder su esencia: resolver problemas mediante pasos precisos.

Un nombre que nació en Bagdad y se transformó en el corazón del cálculo

La palabra algoritmo proviene del apellido latinizado de Al-Juarismi, o Muḥammad ibn Mūsā al-Khwārizmī, un matemático nacido en Jiva (actual Uzbekistán) hacia el año 780.

Al-Juarismi trabajó en la Casa de la Sabiduría de Bagdad, un centro intelectual del mundo islámico donde se tradujeron obras griegas, indias y persas, y donde él escribió un tratado sobre operaciones con números decimales y métodos de cálculo.

Su libro, titulado Algoritmi de numero Indorum (“El cálculo con números indios”), fue traducido al latín en el siglo XII y se difundió rápidamente en Europa. El título hacía referencia tanto al autor como a la “numeración de los indios”, es decir, al sistema decimal que hoy usamos.
Con el tiempo, el apellido “Algoritmi” se convirtió en sinónimo de método de cálculo, y de ahí surgió la palabra que hoy domina el vocabulario tecnológico global.

Algoritmo.

Qué es un algoritmo hoy: del cálculo a las redes sociales

En su sentido más básico, un algoritmo es un conjunto de instrucciones o pasos que permiten resolver un problema o realizar una tarea. Una receta de cocina, un itinerario de viaje o los pasos para resolver una ecuación son ejemplos cotidianos de algoritmos.

Sin embargo, en el siglo XXI, el término adquirió otra dimensión. En informática, los algoritmos organizan datos, predicen comportamientos y determinan patrones. Son los responsables de que una red social te muestre cierto contenido, de que una plataforma recomiende una película o de que un asistente virtual te sugiera la ruta más rápida.

La huella de Al-Juarismi demuestra cómo el conocimiento puede trascender idiomas, culturas y religiones. Lo que comenzó como un tratado matemático en Bagdad terminó dando nombre a uno de los conceptos centrales de la ciencia moderna. Cada vez que decimos “algoritmo”, sin saberlo, evocamos al sabio persa que sentó las bases del pensamiento lógico y numérico que hoy alimenta la inteligencia artificial.