Priscila Quesada, de 20 años, estaba embarazada de mellizos y desapareció el 16 de mayo de su casa de Orán. La familia recibió mensajes de que la habían trasladado a Buenos Aires por un tumor cerebral pero no hay registros del viaje ni de la atención médica.
“El tumor está justo en el medio del cerebro... las probabilidades de que salga viva son bajas”, decía el mensaje que recibió la familia de Priscila por parte de una enfermera y, desde allí, el intercambio generó más dudas que certezas. Por eso, hicieron la denuncia en la Comisaría 1ª de Orán y empezó el operativo para dar con la joven, embarazada de mellizo. De inmediato, se implementó el Protocolo Provincial de Búsqueda de Personas bajo la intervención de la Fiscalía Penal 1 y se llevó adelante una serie de averiguaciones en búsqueda del paradero.
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Los primeros análisis de las comunicaciones se desarrollaron sobre esos mensajes que recibió la familia el 17 de mayo, un día despuès de haber visto por última vez a Priscila, donde una mujer que decía ser enfermera y llamarse Olga Segundo les aseguraba que la joven había sido operada del tumor cerebral a las 6 de la mañana en Buenos Aires, adonde la habían trasladado desde Orán luego de que descubrieran que el tumor había avanzado. De ese posible traslado la familia nunca había sido notificada ya que Priscila se había presentado en el hospital el día anterior, el 16 de mayo, porque tenía programada la cesárea de sus mellizos y además iban a realizarle un chequeo por el tumor. Ante la insistencia de la familia, la enfermera les envió una foto de una mujer en una camilla pero no pudieron determinar fehacientemente que sea Priscila o que la imagen fuera real y tampoco la mujer les dijo en qué sanatorio o clínica trabajaba como enfermera.
Con la activación de la búsqueda, los investigadores descubrieron que no existía en la Provincia de Salta ningún tipo de registro que indicara la internación de Priscila en Orán ni mucho menos un posible traslado a Buenos Aires, donde tampoco hay registro sobre esa mujer ni de haber sido trasladada ni tampoco de una posible cirugía. Esa información fue confirmada a la Fiscalía por los Ministerios de Salud de ambas provincias. Sin embargo, la mujer que decía ser enfermera le aseguró a la familia que habían realizado un traslado en helicóptero pero con la información aportada y la copia de los mensajes, los investigadores notaron varias contradicciones y que había varios mensajes borrados por quien los enviaba a la familia de Priscila.
En medio de la incertidumbre, la familia de Priscila se mostró extremadamente preocupada ya que no saben el paradero de las mellizas que debían nacer por cesárea. La mujer que decía ser enfermera le envió a la familia fotos de las bebés pero comprobaron que eran falsas y sacadas de internet. Ante la desesperación, los padres y la pareja de Priscila viajaron de Salta a Buenos Aires pero no consiguieron ningún detalle sobre el paradero de la joven y tras insistirle a la mujer que decía ser enfermera y les pasaba los datos, ella les respondió que “no debían haberla dejado sola” y los bloqueó a todos del sistema de mensajería.
Los investigadores lograron identificar en el Hospital de Pichanal una historia clínica que coincide con algunos datos de la joven buscada pero que no tiene número de DNI por lo que no pueden confirmar que se trate de la misma mujer. Por eso, avanzan ahora en conocer desde qué línea se enviaron los mensajes a la familia y quien está detrás de esas comunicaciones para conocer dónde está y qué pasó con Priscila y sus bebés.