Las alergias en primavera y verano son muy frecuentes entre la población general, pero existen muchos trucos para reducir la sintomatología. Una gran herramienta para esto es llevar una alimentación adecuada, ya que los alimentos son determinantes para los que sufren alergias.
Entre los meses de septiembre y diciembre, se produce el mayor pico de brotes. Durante esta época, muchas plantas liberan grandes cantidades de polen al aire, elevando su concentración en la atmósfera y desencadenando las conocidas alergias estacionales.
Alergias y alimentación: por qué lo que comemos tiene tanto que ver
En gran parte, la alimentación puede incidir en la forma en la que el cuerpo responde frente a las alergias. "La alimentación no cura las alergias, pero sí puede influir en cómo nuestro cuerpo reacciona frente a ellas", asegura Cecilia Alessandri, nutricionista de Grupo L.
La respuesta de esto está en la microbiota intestinal, el conjunto de microorganismos que viven en nuestro intestino y que son claves para la respuesta inmunológica.
"Una microbiota saludable, una buena nutrición y un equilibrio entre nutrientes son claves para que el sistema inmunológico responda de manera favorable”, añade la experta.
Además, agrega que existen ciertos hábitos y combinaciones de alimentos que pueden potenciar los efectos positivos de una alimentación antialérgica. Estos alimentos pueden modular la respuesta antiinflamatoria, fortalecer la barrera intestinal y mejorar la tolerancia inmunológica.
Qué alimentos ayudan a combatir las alergias
Se recomienda priorizar alimentos frescos, de estación e hidratación adecuada, ricos en antioxidantes, fibra y grasas saludables. Algunos de estos son el salmón, las semillas de chía, yogur, frutas y cereales integrales.
Las alergias surgen por una reacción exagerada del sistema inmune que libera histamina. Algunos alimentos ayudan a disminuir los síntomas porque reducen la inflamación y fortalecen la inmunidad.
Algunos de estos son los alimentos ricos en vitamina C como cítricos, kiwi y manzana, y los ricos en omega-3 (pescados grasos, semillas y nueces). También los fermentados (yogur, kéfir, chucrut y kimchi) son grandes aliados para la microbiota.
También se aconseja incluir hojas verdes, aceite de oliva, semillas, cúrcuma, jengibre y alimentos con quercetina y polifenoles, como manzana, uva negra, arándanos, cebolla y té verde, por su efecto antihistamínico natural.
Por supuesto, esta dieta equilibrada, fresca y rica en diferentes colores deben estar acompañados de un óptimo descanso, la práctica de ejercicio físico y un tratamiento con un médico alergista.
