El magnesio es un nutriente esencial para el funcionamiento óptimo de nuestro cuerpo. Su participación en la regulación de la actividad muscular y del sistema nervioso, así como en el mantenimiento de niveles estables de glucosa en sangre y presión arterial, es clave para el organismo. A pesar de su importancia, muchos no consumen el mínimo diario y el cuerpo da varias señales a las que hay que estar atentos.
Según el National Institutes of Health (NIH), el mineral es necesario para más de 600 reacciones enzimáticas, procesos biológicos y funciones celulares. Sus competencias abarcan niveles físicos, mentales y emocionales. Se recomienda que los hombres consuman al menos 350 miligramos de magnesio al día, mientras que las mujeres al menos 300 miligramos.
La falta de magnesio en nuestro organismo puede deberse a varias causas. Entre ellas, se destaca un suministro insuficiente a través de la alimentación. Incluso con una dieta equilibrada, en ocasiones las necesidades de este mineral no se cubren completamente, por lo que se aconseja tomar suplementos para asegurarnos de obtener la cantidad necesaria. Además, el mayor esfuerzo físico, la tensión nerviosa, el estrés, algunas enfermedades, el embarazo y la lactancia también pueden contribuir a niveles bajos de magnesio
Los síntomas de la falta de magnesio en nuestro cuerpo
La ausencia de este mineral puede aumentar nuestra sensibilidad al estrés, creando un círculo vicioso en el que el estrés "roba" aún más magnesio a nuestro cuerpo. Además, su deficiencia también se ha relacionado con un mayor riesgo de estar de mal humor. Esto se debe a que es esencial para el funcionamiento adecuado de los nervios y la regulación del estado de ánimo a través de los neurotransmisores.
El dolor de cabeza y las migrañas también pueden estar ligados a la falta de magnesio. Investigaciones sugirieron que la deficiencia de este mineral puede contribuir al desarrollo de cefaleas tensionales y migrañas. Esto se debe a una mayor irritabilidad de las fibras musculares y nerviosas, así como a la contracción de los vasos sanguíneos en el cerebro.
También puede afectar nuestro descanso. Un sueño deficiente puede debilitar nuestro sistema nervioso, lo que se traduce en cansancio, irritabilidad y una mayor predisposición al estrés.
La dificultad para concentrarse puede ser otro signo de deficiencia de magnesio. Dado que este mineral desempeña un papel importante en el sistema nervioso, su escasez puede afectar nuestras habilidades cognitivas y disminuir nuestra capacidad de concentración.
Otros posibles síntomas incluyen trastornos de la sensibilidad como hormigueo o entumecimiento en manos y pies, espasmos y calambres musculares incontrolables, mayor riesgo de diabetes e hipertensión, problemas digestivos como estreñimiento o diarrea, molestias en mujeres como dolor menstrual y síndrome premenstrual, y debilitamiento de los huesos.