El secretario de Turismo, Ambiente y Deportes, Daniel Scioli, analiza diversas medidas a tomar en medio de una superpoblación de carpinchos detectada en la zona norte del conurbano bonaerense, específicamente en la zona de la costa del Rio de la Plata y el rio Luján, las islas de San Fernando y el Delta, y en clubes náuticos de San Isidro, San Fernando, Olivos y toda la franja Norte. ¿La polémica idea? Mudarlos a una isla en San Fernando o Tigre para evitar encuentros con vecinas y vecinos.
"Después de conversar con especialistas, nuestra idea es poner en marcha un programa de traslocación, llevarlos a un hábitat donde puedan alimentarse con pasto, relocalizarlos en una isla, que idealmente puede ser en San Fernando o en Tigre, que funcione como una especie de santuario", explicó Scioli. Y agregó: "A su vez, y entendiendo que hay personas familiarizadas con esta especie, estamos pensando en que puedan hacerle un seguimiento, vean que se los va a trasladar a un lugar mejor, y que puedan visitarlos. Este procedimiento se hará en acuerdo con las familias".
Desde la Secretaría, aún con datos no oficiales, señalan que serían más de 3.000 animales los que habitan esa zona, con un alto ritmo de reproducción. En el medio de la superpoblación existente, durante las últimas décadas se urbanizó mucho la zona y el boom inmobiliario generó encuentros con estos animales.
En ese marco, la convivencia entre los roedores silvestres que habitaban previamente el lugar y las personas, vecinos y visitantes, no es fácil. Se generan incidentes y problemas de diversos tipos. Por ejemplo, en el barrio Nordelta, el veterinario Adrián Petta atendió varios casos relacionados con carpinchos: algunos por accidentes de transito provocados por su presencia; otros por enfermedades que transmiten a las personas y casos de mordeduras, algunas muy graves. También por ataques a mascotas de hogares vecinos.
Qué opinan los expertos
Enrique Viale, presidente de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas, aseguró a El Destape que "la idea de Scioli es un disparate, un delirio propio de una persona que desconoce los funcionamientos básicos del sistema" y remarcó, al igual que otros especialistas, que "el carpincho no es el invasor, sino el humano" con la construcción de los diversos barrios cerrados sobre los humedales. "Las especies no se trasladan como si fueran objetos, o un movimiento de ajedrez. Esto va a seguir ocurriendo porque son especies que viven ahí", marcó.
"Son soluciones mágicas que proponen y que no existen, algo relacionado también con quien dirige la Subsecretaría de Ambiente, un empresario. Lo que hacen es esconder la problemática, Argentina necesita una ley de protección de Humedales para ordenar el territorio, saber dónde están, conocerlos, protegerlos... Los carpinchos, en realidad lo que están haciendo es evidenciar algo que se toma medio caricaturesco, pero que es muy serio: la destrucción de los ecosistemas y la pérdida de las especies", añadió.
A su vez, Viale aseguró que esta medida puede atentar contra la subsistencia de los carpinchos y también de la naturaleza. "¿Qué especies hay en esa isla? ¿Cómo impactarán? Pero además, volverán en sus territorios y en poco tiempo habrá dos 'problemas'. Se da la lógica del territorio vacío para los negocios, en este caso vacío de carpinchos para la especulación inmobiliaria", manifestó. "No van a poder eliminarlos por completo, si quedan algunos se van a reproducir y volverá a pasar. Es un disparate, es muy difícil discutir disparates", cerró.
"Es un desastre esto. La relocalización parte de un sinsentido total, pues la invasión del humedal se produce a partir de las megaurbanizaciones inmobiliarias inmobiliarias y la hotelería de lujo, junto a la falta de control coordinado entre las jurisdicciones que abarca el Delta del Paraná", explicó Rafael Colombo, miembro de la Asociación Argentina Ambiental, a este medio.
Más allá de los inconvenientes que puedan surgir en dicha convivencia, Scioli aseguró que la traslocación será consultada por personas que se encuentran familiarizadas con la especie y quieran hacerles un seguimiento.
En 2021, cuando la problemática escaló en el barrio privado Nordelta, diversos expertos investigadores del CONICET y la UBA, como Marcela Orozco, Martín Kowalewski y Roberto Bó, remarcaron que dicho complejo urbano "se encuentra incluido en el área de distribución original del carpincho, particularmente en los Bajíos Ribereños, un sistema de humedales perteneciente al denominado Complejo Litoral del Paraná Inferior, que constituye uno de los hábitats más aptos" para la especie; por lo que los carpinchos "habitaban esas zonas previamente a la construcción del complejo y sus poblaciones -probablemente- tuvieron números muy variables en todos esos años".
Si bien al momento de su construcción, tal vez, la frecuencia de observación no fuera tan alta, la topografía original proporciona cobertura y diversidad de comunidades vegetales. "La mayor presencia y movimiento humano, proveniente de los sectores urbanos y suburbanos circundantes favorece el comportamiento predominantemente nocturno de la especie", añadieron los especialistas en su momento.