En la Ciudad de Buenos Aires (CABA) operan 31 líneas de colectivos que a partir del 1 de enero de 2027 deberán aplicar una medida que busca reducir la contaminación ambiental y sonora. La misma fue establecida por el gobierno porteño a través de la Secretaría de Transporte.
Por lo tanto, todos los colectivos cero kilómetro que se sumen al servicio de pasajeros deberán estar equipados con motorización eléctrica o a gas natural comprimido (GNC). La decisión quedó plasmada en la Resolución 111/SECT/25, publicada en el Boletín Oficial porteño el 15 de julio.
El ministro de Movilidad de la Ciudad, Pablo Bereciartua, calificó la medida como “histórica”. El recambio no afectará a las unidades diésel actualmente en circulación, que podrán seguir operando hasta alcanzar la antigüedad máxima permitida por la normativa vigente (10 años). Pero desde 2027, no se podrán registrar nuevos vehículos a diésel en el sistema porteño.
Este cambio no solo apunta a modernizar el servicio, sino también a reducir la contaminación ambiental y sonora. En ese sentido, el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, destacó que la medida significará “mucho menos ruido y menos impacto ambiental”, ya que los motores eléctricos y los que funcionan a gas natural generan menos emisiones contaminantes que los actuales vehículos a gasoil o nafta.
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Beneficios de la nueva tecnología
Por otro lado, Bereciartua explicó que las empresas que adopten estas nuevas tecnologías recibirán mayores subsidios a modo de incentivo para acelerar la renovación de sus flotas. La modernización también incluye un aspecto clave en términos de seguridad vial.
Entre las ventajas concretas que ofrecen los colectivos a GNC frente al diésel están la reducción significativa de emisiones de óxidos de nitrógeno y material particulado, así como niveles de ruido más bajos. Se trata de una tecnología madura, con buses de última generación que ya operan en otras ciudades del país.
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En lo que respecta a la operatividad, los vehículos que usen GNC deberán contar con estaciones de carga cautivas, es decir, puntos de carga propios en las cabeceras. Esto implica una inversión en infraestructura que quedará a cargo de las empresas prestatarias, según lo previsto en la resolución.
Además, todas las nuevas unidades incorporarán el sistema ADAS (Advanced Driver-Assistance Systems), una tecnología de asistencia a la conducción que, mediante sensores y cámaras, ayudará a los choferes en funciones como el estacionamiento y la prevención de colisiones.
Entonces, el objetivo es reducir los accidentes provocados por los denominados “puntos ciegos”, una problemática recurrente en los colectivos porteños.