Un viejo dicho entre pilotos asegura que ver un arcoíris en el aire es un símbolo de buena suerte y un presagio de un viaje seguro. Inspirados en esta creencia, la red de seguimiento de vuelos Wingbits y la física atmosférica Elizabeth Austin se unieron para identificar las rutas aéreas con mayor probabilidad de que los pasajeros puedan observar este fenómeno óptico tan especial.
La doctora Austin seleccionó primero las zonas del mundo con mayor densidad de arcoíris, para luego que Wingbits comparara esa lista con sus datos de rutas de vuelos comerciales más transitadas. De esta manera, descartaron lugares como los Alpes del Sur de Nueva Zelanda, que si bien son ricos en arcoíris, no suelen ser sobrevolados por aviones de pasajeros.
El estudio aclaró que no es posible "volar a través" de un arcoíris, ya que se trata de un fenómeno intangible. Más bien, la clave está en estar en el lugar indicado y en el momento justo para verlo. Según Austin, para que se forme un arcoíris deben cumplirse dos condiciones esenciales: debe haber gotas de agua suspendidas en el aire y la posición del sol tiene que estar a un ángulo de aproximadamente 42 grados o menos, lo que hace que las mañanas y las tardes sean los momentos ideales para observarlo.
Las rutas aéreas donde se puede observar un arcoíris
Las cataratas son uno de los lugares más propensos para la formación de arcoíris, debido a la gran cantidad de gotas de agua que arrojan constantemente al aire. Por eso, algunas de las rutas aéreas más afortunadas cruzan sobre famosas cascadas.
Entre las rutas destacadas, el vuelo entre Washington D. C. y Toronto pasa directamente sobre las Cataratas del Niágara, un lugar donde la neblina permanente y los días soleados crean las condiciones perfectas para que el fenómeno aparezca. En Estados Unidos, el Valle de Owens, ubicado entre las cordilleras Sierra Nevada y las Montañas Blancas, es otro punto ideal para ver arcoíris en verano, cuando las tormentas eléctricas dan paso a cielos despejados. Varias rutas aéreas cruzan esta zona.
En Sudamérica, el trayecto entre Foz do Iguaçu y São Paulo sobrevuela las Cataratas del Iguazú, con más de 270 saltos de agua. La neblina constante en la zona favorece la aparición de múltiples arcoíris visibles desde la altura. Por otra parte, el vuelo entre Londres Gatwick y Reikiavik es la mejor oportunidad para admirar un arcoíris sobre la Isla de Skye, donde las lluvias frecuentes y la neblina generan un ambiente propicio para que surjan estos espectáculos de color.
En África, la mayoría de los vuelos internacionales que parten del Aeropuerto de las Cataratas Victoria tienen alta probabilidad de sobrevolar la cascada más ancha del mundo, un escenario ideal para la formación de arcoíris. Finalmente, en Asia, la ruta entre Phnom Penh, Camboya, y Chongqing, China, permite ver la cascada más ancha y alta del país, ubicada en un entorno soleado y subtropical que también favorece la aparición del fenómeno.
La doctora Austin y la red Wingbits remarcaron que las rutas aéreas pueden desviarse entre cuatro y ocho millas a cada lado de su línea central habitual, por lo que, aunque la probabilidad es alta, la suerte y las condiciones climáticas del día son fundamentales para tener la chance de ver un arcoíris desde el avión.