Un nuevo truco que circula por internet encendió las alarmas entre los usuarios de ChatGPT: existe una forma poco conocida de evitar que otras personas vean tus conversaciones con el asistente de inteligencia artificial. Este ajuste permite mantener tus charlas privadas y fuera del alcance de terceros, algo clave si usás la plataforma desde dispositivos compartidos o temés que tus datos queden guardados en servidores externos.
El método apunta a modificar ciertas configuraciones de visibilidad y privacidad que, por defecto, podrían dejar tus interacciones accesibles. Muchos usuarios desconocen que ChatGPT almacena parte de las conversaciones para mejorar el servicio, aunque también ofrece opciones para limitar o eliminar ese registro. Activarlas puede marcar la diferencia entre una charla segura y una exposición no deseada.
Cómo ocultar tus conversaciones con ChatGPT
Para reforzar la privacidad, se recomienda seguir estos pasos básicos:
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Revisar la configuración de historial y privacidad en tu cuenta de ChatGPT.
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Desactivar el uso de tus conversaciones para el entrenamiento del modelo.
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Eliminar chats antiguos o guardarlos localmente en tu dispositivo.
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Desactivar la opción “mostrar conversación reciente”, especialmente si otras personas usan tu sesión.
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Cerrar sesión en equipos compartidos y evitar capturas automáticas del sistema.
Estas funciones suelen estar disponibles, aunque no siempre visibles en el menú principal, lo que genera confusión entre los usuarios menos experimentados.
Por qué importa cuidar la privacidad en ChatGPT
Controlar quién puede acceder a tus chats no es un detalle menor. Las conversaciones con ChatGPT pueden incluir información sensible, proyectos en desarrollo o simples opiniones personales. Si alguien obtiene acceso a tu cuenta, podría revisar todos esos datos, e incluso, en algunos casos, podrían usarse para entrenar modelos sin tu consentimiento directo.
La discusión sobre la ética y la transparencia en la IA sigue creciendo. Especialistas reclaman que las empresas expliquen claramente qué información se guarda, con qué propósito y por cuánto tiempo. Mientras tanto, la responsabilidad de proteger la privacidad recae en el usuario: revisar, ajustar y borrar cuando sea necesario.
En definitiva, este truco no solo evita miradas curiosas: también reafirma la idea de que la privacidad digital, incluso en herramientas avanzadas como ChatGPT, no viene garantizada por defecto, sino que depende de nuestras propias decisiones.
