Las consecuencias de la globalización y el crecimiento de las industrias a nivel mundial en las últimas décadas generaron cambios drásticos en el medioambiente. De ese modo, las estaciones del año tal como eran conocidas están desapareciendo y un reciente estudio reveló información sorprendente al respecto.
Científicos de la London School of Economics y la Universidad de York descubrieron que se sumaron dos nuevas estaciones al año, en algunas partes del mundo. Los nombres de estos períodos climáticos fueron denominados "la estación de la niebla" y "la estación de la basura", en alusión a las características de cada era a nivel ambiental.
Cada año, la llamada estación de la niebla se presenta en distintas zonas del Sudeste Asiático, como resultado de la quema de turberas en Indonesia y Malasia, y de la quema de residuos agrícolas en India. En Bali, entre diciembre y marzo, la temporada de basura ocurre cuando los vientos monzónicos y las corrientes marinas llevan enormes cantidades de plástico a sus playas. Solo en 2025 se recolectaron más de 3 mil toneladas de desechos en la costa en apenas tres meses. Situaciones similares se repiten en Filipinas, Tailandia y Estados Unidos.
Además de esta realidad, el mundo también experimenta un nuevo fenómeno que son las estaciones sincopadas: veranos más intensos y calurosos e inviernos no tan fríos en regiones de clima templado, acompañados de eventos meteorológicos extremos cada vez más habituales y graves. Los momentos en que ocurren fenómenos estacionales importantes, como la caída de las hojas durante el otoño o la llegada de especies migratorias que señalan la primavera, se han vuelto cada vez más inciertos e irregulares.
Hábitos individuales que favorables para el medioambiente
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Separar la basura en reciclables y orgánicos para reducir residuos y facilitar el reciclaje.
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Llevar bolsas reutilizables al hacer compras para evitar usar bolsas plásticas descartables.
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Usar botellas y tazas reutilizables en lugar de botellas y vasos descartables.
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Ahorrar agua cerrando la canilla mientras te cepillás los dientes o lavás los platos.
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Desenchufar cargadores y aparatos cuando no se usan para reducir el consumo de energía fantasma.
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Aprovechar la luz natural y apagar luces que no se necesitan.
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Consumir productos locales y de estación para reducir la huella de transporte.
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Evitar el uso excesivo de papel y, cuando se usa, reutilizar hojas y reciclar.