La presencia de las bajas temperaturas del invierno provocan que el hogar deba estar calefaccionado de manera constante para evitar pasar frío y contraer enfermedades. Sin embargo, una solución puede llegar a transformarse en un verdadero dolor de cabeza y mucho más si no se cuentan con un medidor de monóxido de carbono. Uno que será clave para saber cómo actuar en determinados momentos.
En la primera semana de julio, los niveles de temperaturas informados por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) expusieron que gran parte de la Argentina quedó afectada por una ola polar. Un fenómeno que generó la caída de nieve en lugares pocos habituales como Miramar en el Partido de la Costa y la cobertura total de la Sierra de la Ventana con una capa blanca.
Frente a un contexto de mucho frío, las personas tuvieron que encender la calefacción en sus hogares y para ello es necesario contar con un pequeño dispositivo. "Ayer compré un detector de monóxido de carbono a $22.590 más envío", expresó Cristian Apas. "A la tarde veo que me cancelaron la compra, hoy entro a la misma página y lo subieron a $72.980", agregó. Esto fue producto de una alta demanda en la que los comerciantes buscan obtener la mayor ganancia que sea posible.
¿Por qué es necesario tenerlo?
Las estufas suelen desprender un gas que es conocido como el "asesino silencioso", debido a que no tiene olor, ni sabor y tampoco provoca irritaciones en los ojos como o en la nariz. Una persona puede estar expuesto a altos niveles, no saberlo y contraer algunos de los siguientes síntomas: dolor de cabeza, mareos, confusión, náuseas, vómitos, debilidad, cansancio, visión borrosa, pérdida de conocimiento, convulsiones, daño cerebral severo y hasta la muerte.
Por lo general, este gas se desprende de aquellos dispositivos que usen este tipo de combustible para provocar calor. Las estufas es una de las principales fuentes, pero también puede llegar por medio de calefones, termotanques, calderas, salamandras, cocinas, hornos y anafes. El hecho contar con el dispositivo colocado en el hogar permitirá elegir la mejor opción para preservar la vida.
¿Por qué ventilar en invierno?
Una de las recomendaciones que se entrega durante el invierno es que las personas se tomen algunos minutos del día para abrir cada una de las ventanas del hogar y así dejar que el aire del exterior ingrese. Sin dudas, se trata de una acción que provocará cierta pérdida de calidez interna pero que cuenta con un fin saludable.
- Eliminación de contaminantes: monóxido de carbono, dióxido de carbono, polvo, ácaros, alérgenos, compuestos orgánicos volátiles y particular de la cocción de comida.
- Prevención del moho: evita que se genere una humedad dentro del hogar.
- Reducción de enfermedades respiratorias: algunas bacterias pueden quedar concentradas dentro del hogar.
- Eliminación de malos olores: puede ser de cualquier tipo.
Se aconseja que le ventilación sea de 10 minutos, durante la mañana y con la mayor cantidad de ventanas abiertas para que varias corrientes de aire puedan ingresar al hogar. Esto provocará un choque y la eliminación de ciertos olores y componentes se vayan más rápido.