Lavanda: consejos para plantarla y cómo hacer para que atraiga mariposas

Ideal para los amantes de la primavera, esta planta llena de flores el jardín y atrae a las mariposas.

30 de septiembre, 2025 | 18.22

La primavera ya tuvo su bienvenida, y las calles de los distintos rincones del país poco a poco se llenan de la flora autóctona de cada provincia. Para aquellos amantes de las flores, existe una planta que perfuma el jardín y atrae a las mariposas. Se trata de la lavanda, que a continuación te contamos sus propiedades y te damos los mejores consejos para plantarla.

Lavanda, la planta que llena de flores el jardín y atrae mariposas

La lavanda es una planta de intenso aroma que se caracteriza por atraer mariposas y abejas. Si soñás con tener un jardín colorido y que cada vez que abras la ventana sientas un perfume único, esta planta es lo que necesitás. Entre sus características principales se encuentran el necesitar poca atención y poder ser plantada en cualquier maceta. Es decir, las propiedades de la lavanda se pueden resumir en:

La lavanda es fácil de plantar y luego de cuidar.

  • Aroma intenso y relajante, ideal para perfumar el ambiente.
  • Flores resistentes al calor, perfectas para el verano argentino.
  • Atracción natural de mariposas y abejas, que favorece la biodiversidad.
  • Cuidado sencillo, solo necesita sol y riego moderado.

Cómo plantar lavanda de forma correcta

Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de plantar una lavanda es el clima de la región en la que nos encontramos. Si estamos en un clima cálido o suave, el mejor momento para la siembra es en otoño. En cambio, si se vive en una región más fría, es mejor plantar a principios de la primavera, una vez que las heladas han pasado. En este sentido, existen diferentes tipos de lavandas, propias para cada ecosistema, por lo que a la hora de comprar las semillas o la planta hay que tener presente esto. Una vez claro todo esto, los pasos a seguir son:

  1. Consiguí una planta de lavanda en buen estado y una maceta. Con unos 30 cm es suficiente.
  2. Prepará el sustrato. Tené presente que la lavanda no necesita de muchos nutrientes del suelo en el que se la plante para crecer fuerte, pero sí es muy importante que tenga una textura lo más suelta posible para proporcionar un muy buen drenaje.
  3. La noche anterior a la siembra de las semillas, regá el sustrato para humedecerlo.
  4. Sembrá las semillas de lavanda por la mañana. Enterralas aproximadamente a 1 cm de profundidad y, si ponés varias de ellas en la misma maceta, respetá alrededor de 3 cm de separación entre ellas.
  5. Mantené el recipiente en alguna ubicación cálida, con una temperatura estable de alrededor de 20 ºC, y regalas cada mañana, procurando no encharcar nunca el sustrato.
  6. Cuando las semillas germinen, entre 15 y 40 días después, trasladá el recipiente a algún lugar donde las plántulas o pequeñas plantas reciban luz solar directa, aunque de intensidad moderada. Más adelante, una vez las plantas hayan crecido, podés dejarlas en su recipiente o trasplantarlas a diferentes recipientes o incluso al exterior.