Luz y oscuridad, una continuación: Minae Mizumura y el desafío de seguir una novela inconclusa

En esta primera novela, recientemente traducida y editada por Adriana Hidalgo, la autora recupera una novela inclusa y la reescriba de forma independiente.

05 de agosto, 2025 | 13.22

Imaginate tener un autor favorito que atravesó tu vida con su escritura, pero justo cuando está escribiendo su última novela, muere y la deja inconclusa. Cualquier persona se acostumbraría a vivir con "la espinita clavada" y aceptar esa pequeña derrota literaria. Pero Minae Mizumura no es cualquier persona: la autora japonesa decidió asumir la difícil responsabilidad de "imaginar" el final posible para esta novela inconclusa y escribir Luz y oscuridad, una continuación, un libro que relata uno de los tantos desenlaces que podía tener la novela inacabada de Natsume Sōseki.

Cuando se dice la palabra fanfiction, generalmente se piensa en libros escritos en Wattpad, dramas viralizados en redes sociales e incluso edits que se hacen en TikTok. Pero pese a ser un término popularizado en los últimos años, es una costumbre de antaño: fanáticos toman una obra preexistente e imaginan finales alternos, spin off o incluso historias completamente diferentes a partir de personajes creados por otras personas. Siempre que existió la literatura existió el fanfiction y en Luz y oscuridad, una continuación, recientemente traído a Argentina por la editorial Adriana Hidalgo, Minae Mizumura demuestra que se puede hacer de forma totalmente profesional y atrapante.

La autora japonesa hizo realidad un sueño de muchos: tomó la novela que Sōseki había dejado hasta el capítulo 188 tras su muerte en 1916 e imaginó un final para la historia. A lo largo de tres años, Minae publicó breves episodios para seguir la novela en la revista Kikan Shicho y logró convocar a miles de lectores: atrajo a los fanáticos del difunto autor, pero también se consagró como novelista. Y es que la esencia de Luz y oscuridad, una continuación es que se puede leer de forma independiente sin necesidad de haber leído el libro original previamente.

En esta continuación, se retoman los personajes propuestos por el autor original y se pone el ojo en cómo puede haber terminado la historia pensado desde una cabeza diferente. La novela se sitúa en la década de 1920, en un remoto pueblo de montaña japonés, donde Tsuda, el protagonista de la obra original se recupera de una operación. Pero es en ese lugar de vulnerabilidad donde el matrimonio del protagonista empieza a caminar sobre la cuerda floja: aunque las dudas sobre el concepto de amor siempre estuvieron presentes, también hay ciertos personajes que, en su malicia, funcionan como detonante para que el vínculo termine de desmoronarse. Finalmente, el reencuentro de Tsuda con su antiguo amor, Kikoyo, funciona como eje emocional y detonante de una tensión contenida que recorre toda la historia.

Por qué leer Luz y oscuridad, una continuación de Minae Mizumura

Sin necesidad de haber leído la obra inconclusa de Sōseki, el lector accede a un relato autónomo que se sostiene por sí solo, con personajes delineados con agudeza y un conflicto íntimo que dialoga con el canon literario japonés pero también con los dramas universales del deseo, el deber y el desencanto. Con la edición de Adriana Hidalgo, que también tiene en su catálogo Una novela real, La herencia de la madre y Yo, una novela, de la misma autora, esta nueva entrega reafirma la voluntad de acercar la literatura japonesa contemporánea a lectores hispanohablantes. Y en este caso, se trata también de un homenaje valiente a uno de los padres de la narrativa moderna japonesa.

Mizumura no intenta imitar a Sōseki: su prosa tiene una cadencia propia, más introspectiva y delicada, pero mantiene viva la preocupación por los dilemas morales, las estructuras sociales rígidas y la fragilidad de los vínculos humanos. Sin dudas es un libro que reafirma la sensibilidad única que trasmite la literatura japonesa y un esencial para reflexionar sobre la forma en la que se dan las relaciones humanas.