La cantora de tango Viviana Scarlassa reeditará su espectáculo “Canciones prohibidas” junto a Guillermo Martel y Hernán Ielapi, donde desandará el camino de las prohibiciones que sufrió el género musical desde 1933. En ese marco, la artista evocará las composiciones que padecieron la censura por el lunfardo, así como las letras que sufrieron la eliminación de referencias al alcohol, las drogas o a "relatos poco edificantes" para la época.
El trabajo musical de Scarlassa tiene como origen una larga investigación en torno al tema poco explorado entre los artistas del tango. Además, no se limitaba a las arbitrariedades de las dictaduras y las interrupciones militares que sufrió Argentina durante todo el siglo XX, sino que también fue un fenómeno bastante más complejo con protagonistas de la sociedad civil.
“Mi necesidad de reeditar este show tiene que ver con mis propias ganas de contar que el arte sí es importante”, planteó la cantora ante Página 12 y consideró: “Que cuando una expresión artística es genuina, popular, tiene algo para decir, incomoda al poder. Por otro lado, también quería contar esto a través de la palabra y hablando sobre la palabra, porque creo que es una de las cosas más cascoteadas en este presente de imagen y de pantalla-espejo que estamos viviendo”.
“Los temas controversiales tienen que ver con las diferencias que aparecen entre investigadores, donde desde una mirada personal creo que también se pone en juego la ideología”, agregó la voz femenina del tango, que también abordó “el rol de Perón”: “Cuando él comienza su presidencia las prohibiciones estaban muy presentes y eran muy fuertes, pero después es él mismo quien personalmente las levanta”.
La cantora de tango contra la gestión de Milei: “Bronca y de tristeza”
Luego, Scarlassa insistió en que “hay mucha cosa histórica muy interesante, compleja, donde meterse de lleno en la investigación y tratar por lo menos de narrar los hechos con la mayor seriedad posible”. “Está esta idea de que el arte debe ser una mercancía, la falta de políticas culturales, que disuelvan el Ministerio de Cultura. Son temas ideológicos, no económicos”, señaló, en clara referencia al Gobierno de Javier Milei.
“Pretenden instalar esta idea del Estado ausente, el Estado pequeño. Dicen que si tu arte fuese bueno lo venderías muy bien porque te comprarían entradas miles de personas, venderías miles de discos y podrías producir con lo que ganás. No discutimos que el arte pueda ser también una mercancía, sino que lo reducen solamente a eso. Porque el arte cumple otro montón de funciones”, apuntó la investigadora de la Universidad Nacional de Tres de Febrero.
Del mismo modo, lamentó el presente de la administración libertaria: "Es una mezcla de bronca y de tristeza, que se vuelva a algunos discursos como el de los 'dos demonios' y esas cosas que parecían saldadas. También hay que tener en cuenta que, por ejemplo, el negacionismo en países como Alemania está considerado un delito". "No es un tema menor, que además viene acompañado de la permanente arenga del discurso de odio, que es lo que creo que es totalmente inconducente", completó.