Milei abrió el paraguas y dijo que habrá inflación si el FMI no desembolsa dólares

En un artículo de opinión publicado en La Nación, Milei dijo que la plata del FMI contribuirá a sanear el balance del BCRA, condición necesaria para "eliminar la inflación". 

08 de marzo, 2025 | 20.42

Milei está nervioso ante la falta de dólares. Sus rezos (ortodoxos) están dirigidos tanto al campo como al Fondo Monetario Internacional. De ahí que haya escrito una columna de opinión para el Diario La Nación con el eje puesto en un acuerdo del que muchos hablan pero cuyos detalles se desconocen. En su texto, el presidente ratificó su política de ajuste económico y monetario.

“Para terminar con la inflación no basta con trabajar sobre los flujos, sino que resulta fundamental recomponer el equilibrio de stocks (patrimonio del Banco Central). El acuerdo con el FMI permitirá sanear el balance del Central”, sostuvo Milei.

En esta línea, repitió en varias oportunidades que el FMI servirá para sanear el Banco Central y “permitirá avanzar en el objetivo de terminar con la inflación, pues no solo se habrán saneado los flujos” monetarios, sino también recompuesto los stocks, disminuyendo así las expectativas de inflación (“inflación futura”) que causa precisamente el desequilibrio del balance del Banco Central”.

El mandatario también puso el eje en la inflación, sin mencionar nada sobre la subvaluación que realiza el Indec al tomar como base una canasta básica desactualizada. “El efecto de la emisión no es instantáneo, ya que la política monetaria opera con un rezago que oscila entre 18 y 24 meses y por eso aun cuando uno fije la cantidad de dinero, la inflación tardará en desaparecer entre un año y medio y dos años. Ese proceso se complica más si en el origen existían restricciones cuantitativas en los distintos mercados aunado a controles de precios, lo cual genera un sobrante monetario que implica una mayor tasa de inflación de corto plazo”, manifestó.

Si bien la inflación está retrocediendo, lo hace a un ritmo mucho menor al prometido por las autoridades nacionales; a este escenario se le suma el dato de un consumo que no repunta. Las familias están comprando cada vez menos alimentos. Eso se ve en los indicadores sobre los productos lácteos y la carne, alimentos esenciales de una canasta alimentaria cada vez más alejada de los hogares.

“La dinámica con la que suben los distintos precios (dólar, transables, mayoristas, minoristas y los salarios) depende del origen del desequilibrio. Por lo que aun sin desequilibrio monetario, para la misma escala nominal de la economía, los precios relativos suelen cambiar, lo que implica que cuando algunos suben, otros deberán caer por la simple cuestión de que la cantidad de dinero está fija”, concluyó.