El Gobierno tendrá que monetizar este viernes unos 5 billones de pesos que no logró renovar del vencimiento de deuda del Tesoro y apuesta a que la liquidez genere una baja de tasas de interés en pesos que ayuden a reactivar la actividad económica, aunque cada vez que intentó avanzar por ese camino generó una mayor dolarización que incrementó la expectativa de devaluación y aceleró la inflación.
El monto representa el 12% de la base monetaria o más de 20% del circulante en poder público y más del 40% de los 11,7 billones de pesos que el Tesoro tiene depositados en el Banco Central. Esos pesos quedarán flotando a partir del viernes en el mercado, donde hoy las entidades financieras pactaron llevarse del país billetes por 40 millones de dólares (para compensar la salida de capitales vía CCL).
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
La dimensión de la emisión monetaria hace presumir que la Secretaría de Finanzas o el Banco Central tomarán nuevas medidas para administrar esa liquidez, ya sea con una nueva licitación de deuda fuera de cronograma y presionando a los bancos para que ingresen o con otra suba de los encajes que el Banco Central ya tiene arriba del 50%.
La liquidez debería ayudar a normalizar la tasas en pesos, que vienen de varias semanas en niveles altos, especialmente las de cauciones donde se fondean las empresas o las de Repo donde buscan fondos las entidades financieras.
MÁS INFO
Pero en la visión monetarista del presidente Javier Milei, esta inyección de pesos forzada por la no renovación de deuda significará combustible para la aceleración de la inflación, que viene de cinco meses consecutivos en alza hasta alcanzar 2,1% en septiembre y tener una proyección de 2,4% en octubre.
Las tasas de interés que este miércoles bajaron un escalón se mantienen todavía en el rango alto y frenan cualquier posibilidad de reactivar la economía por la vía del crédito bancario. Los últimos indicadores mostraron una economía en recesión que se estima se profundizó durante septiembre y octubre por efecto de la corrida cambiaria.
El Tesoro tenía que renovar este miércoles vencimientos por 11,8 billones de pesos y solo logró colocar nueva deuda por 6,8 billones de pesos, lo que representó el 58,2%. La demanda de los inversores fue por títulos en pesos con Tasas Interna de Retorno (TIR) de 44% para el vencimiento más corto, al 28 de noviembre, y de 35% al más largo, a abril de 2027. En cambio, no hubo interés por los bonos atados a la evolución del dólar oficial, o “dolar link”.
Las tasas de interés para la letra Capitalizable (Lecap) a un año se ubicó en 2,55% efectiva mensual (TEM) o 35,28% de TIR, lo que expresa el análisis de que la inflación se mantendrá por debajo de 2% en los próximos meses.
El contexto financiero se mantuvo el miércoles en terreno positivo, especialmente para las cotizaciones de los bonos de la deuda púbica y de las acciones privadas, que subieron 4,8% el Merval medido en dólares y mayoría de alzas, algunas de dos dígitos, para los ADR que cotizan en Wall Street.
Los bonos más representativos de la deuda pública terminaron, el Bonar AL30 sin cambios y el Global GD30 con una baja de 0,1%.
En cambio, el valor de la divisa retrocedió en el mercado oficial 2% a 1.440 pesos en una jornada donde se registraron operaciones por 400 millones de dólares pero solo 270 millones al contado y la diferencia a un día. En los mercados financieros el dólar se mantuvo estable y cerraron el MEP en 1.475,21 pesos y el CCL en 1.487,20 pesos.
La Secretaría de Finanzas, ahora ya sin la conducción de Pablo Quirno que juró como canciller, viene registrando dificultades para renovar el stock de deuda, lo que genera la necesidad de monetizar el saldo de la cuenta en pesos que el Tesoro mantiene en el BCRA.
Ahora enfrenta un doble desafío, porque con la monetización de los 5 billones que tendrá que hacer este viernes el saldo caerá a unos 7 billones de pesos con los que tendrá que hacer frente a los próximos vencimientos y comprar divisas en el mercado de cambios para afrontar los pagos de 1.250 millones este mes con organismos internacionales y de 4.000 millones de dólares en enero con los bonistas.
La última vez que el Tesoro se quedó con un saldo ajustado en pesos, de unos 3 billones, acudió al financiamiento del Banco Central, vía la emisión de 11 billones de pesos de ganancias contables generadas en el balance del año pasado. También en el pasado capturó pesos depositados en el BCRA, primero fueron las Leliq y después los encajes remunerados, y en el mercado se especula ahora qué caja se apoderará ahora el Tesoro para hacer cerrar las cuentas.
