Los mercados empiezan a reaccionar con euforia este lunes, con subas de hasta el 35% en las acciones argentinas en Wall Street, tras el amplio triunfo de Javier Milei en las elecciones del domingo.
Ni el más optimista de los escenarios planteados por las consultoras y bancos planteaba un resultado tan positivo para el oficialismo de La Libertad Avanza. Las cifras dejan incluso dudas sobre si el Gobierno estará dispuesto a implementar, en lo inmediato, los cambios en el esquema cambiario que el círculo rojo ve como imprescindibles.
Como regla general, lo que el mercado consideraba un buen resultado para Milei era obtener cerca de un 35% de los votos a nivel país para así asegurarse ese tercio de la Cámara de Diputados que permita blindar los vetos presidenciales. Ese objetivo ha sido logrado con creces.
El que planteó más claramente este escenario fue el banco de inversión estadounidense Morgan Stanley, uno de los grandes jugadores que influye directamente en la confianza internacional que puede tener el país.
Efectivamente, el que se concretó es el escenario más optimista que planteó Morgan Stanley en un informe que brindó hace dos semanas a sus clientes: el de La Libertad Avanza obteniendo entre un 35% y un 40% de los votos, que llevaría a “un ajuste cambiario relativamente ordenado” y un dólar a unos 1.700 pesos, según el banco. En ese contexto, consideró, el Banco Central podría iniciar un proceso de recomposición de reservas y recuperar el acceso al financiamiento internacional hacia mediados de 2026.
Consultoras locales replicaban un panorama similar. En un informe de la semana pasada, Outlier, dirigida por el economista Gabriel Caamaño Gómez, planteó que el escenario optimista es uno en el que "LLA+PRO superan el 35% de los votos y logran las 41 bancas necesarias para el tercio en Diputados". "Este resultado permitiría blindar los vetos y dar más posibilidad de reformas", agregó, por lo que "la reacción del mercado sería favorable con subas en activos financieros" soberanos.
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Así, se descartan tanto el escenario regular como el negativo. El escenario regular, según Morgan Stanley, era uno en el que LLA perdiera por un margen estrecho de entre 30% y 35% de los votos, lo que llevaría a un dólar a entre los 1.800 y los 2.000 pesos, mientras que el negativo se hubiera dado si LLA perdía por más de 10 puntos y la divisa se disparaba, a consecuencia, por encima de los 2.000 pesos.
Más allá de la diferencia holgada, lo que ocurrió es lo que la mayoría de las consultoras consideraba como más probable. Es decir, que Milei se garantizaría el tercio en Diputados pero sin que ningún resultado alcance para obtener mayoría propia. En otras palabras, esperaban que los mercados reaccionaran de manera moderadamente optimista bajo un amplio margen de números finales, siempre que se evitara el escenario catástrofe.
"Si saca más del 30%, ya consigue el tercio y, aunque saque 50%, nunca llega a la mayoría", lo resumió Sebastián Menescaldi de EcoGo, planteando que el único escenario "menos positivo" para el mercado hubiera sido una foto en la que Fuerza Patria quedara arriba de LLA.
En el mismo sentido, LCG planteó la semana pasada que "cualquiera sea el resultado (dentro de los márgenes que indican las encuestas), el Gobierno tendrá la tercera parte en Diputados pero no tendrá mayorías en ninguna cámara". Y que "si bien distintos resultados podrán tener diferentes impactos en los sensibles mercados financieros, lo cierto es que con una lente de más de mediano plazo lo relevante será cómo se construye gobernabilidad para lo que queda del mandato".
Martín Kalos, titular de Epyca, señaló antes del resultado final que "si La Libertad Avanza supera el 35%, va a poder argumentar que sacó más bancas que las que tenía y va a llegar al tercio de de de la Cámara de Diputados en su alianza con el Pro", lo que "va a alcanzarle para que no haya una debacle este lunes en los mercados".
La duda: ¿Se modificará el esquema cambiario?
Frente a este contexto, la cuestión es si efectivamente ocurrirá lo que el mercado daba prácticamente por descontado más allá del resultado electoral. Esto es, que sea como sea el Gobierno debería modificar el esquema cambiario e ir a un tipo de cambio de equilibrio más elevado.
"Esperamos un mayor grado de depreciación del peso en adelante respecto de nuestras proyecciones anteriores", anticipó el banco estadounidense Wells Fargo en su último informe preelectoral. En ese sentido, señaló que "defender una moneda sobrevaluada después de las elecciones parece una política cambiaria inadecuada" y agregó que "estimamos que el peso será dejado flotar libremente, con solo intervenciones cambiarias esporádicas por parte de Estados Unidos”.
Del mismo modo, el banco francés BNP Paribas adelantó en un informe propio, también previo a las elecciones: "Seguimos creyendo que un peso más débil, en un régimen de libre flotación y acumulación de reservas internacionales, es necesario para un marco macroeconómico sostenible en el mediano plazo”, y consideró que “bajo tales condiciones, un curso más débil del peso es inevitable en los próximos meses”.
Para The Economist, uno de los diarios financieros más importantes del mundo, sería un "escenario desolador" que "independientemente del resultado electoral, el gobierno se aferre a la política de un peso fuerte, despilfarrando más dólares escasos para apuntalar el peso y manteniendo las tasas de interés exorbitantemente altas, perjudicando el crecimiento". Y afirmó que Milei "debería eliminar de inmediato la banda cambiaria y dejar flotar el peso", mientras que "para evitar el caos, debería anunciar un nuevo marco para fijar las tasas de interés internas y controlar la inflación, proporcionando así un ancla a la economía".
En el plano local, la consultora Vectorial resaltó que "el mercado está bastante convencido de que se avecina un cambio de esquema, como muestra el valor del dólar futuro (todos por encima de la banda superior)".
Sin embargo, la duda es si, gracias al resultado mejor a lo esperado, Caputo accederá a implementar en el corto plazo la devaluación controlada, la modificación del esquema cambiario, la baja de tasas, la acumulación de reservas y la reactivación de la actividad que pide el establishment. O si, al contrario, usará la victoria para reafirmar las políticas que lo llevaron a tener que depender de dos salvatajes del seis meses. Por lo pronto, ayer ratificó completamente el programa económico.
En todo caso, la mayor duda para los mercados sigue siendo no si estos cambios ocurrirán sino cuándo y cómo. La clave, en este punto, será si continúan, en lo inmediato, las intervenciones del Tesoro de Estados Unidos, a la espera de la firma del acuerdo por el swap y el préstamo de fondos soberanos y privados, por un total del 40.000 millones de dólares.
Al respecto, Kalos señaló que "lo que vamos a tener que ver este lunes es si interviene o no el tesoro de Estados Unidos", para saber "si esta semana pueden aguantar sin una devaluación". "Si eso puede esperar a noviembre, porque esta semana todavía el tesoro de Estados Unidos garantiza la estabilidad cambiaria cerca del techo de la banda, esto es una victoria de corto plazo para este gobierno", cerró.
