Ante la fuertísima derrota del gobierno de Javier Milei frente al peronismo en la provincia de Buenos Aires, las consultoras anticipan un deterioro del escenario económico a partir de este lunes, que incluye una suba del dólar, que abrió la jornada en 1.450 pesos, y de la inflación, junto con una prolongación de las altas tasas de interés por lo menos hasta octubre.
Se trató de la consecuencia de un Gobierno que no supo consolidar la macro ni salir a tiempo del ajuste para evitar que una elección, que el propio Presidente buscó nacionalizar, no se lleve puesto el programa económico.
En general, los analistas económicos del círculo rojo consideraban que una buena elección para La Libertad Avanza iba desde una victoria ajustada para el oficialismo nacional hasta una derrota por no más de tres puntos. De este modo, el resultado final, en el que Fuerza Patria obtuvo un arrollador triunfo por unos 13 puntos, hace realidad un panorama que no estaba previsto ni en los pronósticos más pesimistas de los consultores.
"La visión del mercado es que, si el resultado de este domingo es que LLA pierde por menos de tres puntos, se verá como una victoria del gobierno, y que las condiciones financieras deberían mejorar. Entre tres y cinco puntos de diferencia serían tomados como un empate con pocos cambios en la situación financiera, y si es por más de cinco puntos, al Gobierno se le va a complicar", afirmó en ese sentido Econviews, que dirige el economista Miguel Kiguel, en su último informe previo a los comicios bonaerenses. Y agregó que "la sensación es que hay un clima financiero enrarecido y la preocupación es que se mantenga en las semanas que quedan hasta las elecciones".
Efectivamente, los privados prevén un impacto directo de los resultados en un distrito que, si ya de por sí es la madre de todas las batallas, el mismo Milei se esforzó por maximizar reiterando las consecuencias del que denominó "riesgo kuka".
Al respecto, la consultora LCG previó que "el impacto financiero podría ser tanto por tener el oficialismo menos bancas en el Congreso respecto de lo que se avizoraba (los mercados siempre prefieren menos trabas parlamentarias que dificulten una agenda reformista) como por la posibilidad de un resurgimiento (o una revivificación) del kirchnerismo". Dos escenarios que se cumplen con creces, sobre todo cuando el peronismo ganó en tres secciones electorales (la Segunda, la Cuarta y la Séptima) en las que se esperaba una victoria libertaria.
Fue por esto que el ministro de Economía, Luis Caputo, salió a ratificar el rumbo económico ayer por la noche. "Nada va a cambiar en lo económico. Ni en lo fiscal, ni en lo monetario, ni en lo cambiario", afirmó en un tuit. Antes, en su discurso en el búnker de LLA en La Plata, el mismo Milei había dicho que "el rumbo por el cual fuimos elegidos en el año 2023 no se va a modificar, se va a redoblar", reiterando la baja de la inflación como pilar del plan macro.
MÁS INFO
Dólar, inflación y tasas: las consecuencias del resultado en PBA
Así, los analistas económicos esperan que el impacto de estos resultados se vea en el tipo de cambio, los títulos públicos, la inflación y las tasas de interés.
Econviews señaló, antes de la jornada del domingo, que "se espera que estas elecciones tengan impacto sobre el tipo de cambio y el riesgo país". Este último cerró el viernes por encima de los 900 puntos y ahora seguramente se acercará a los 1.000, indicando una caída en los bonos argentinos. En paralelo, la mayoría de las acciones argentinas (ADRs) se derrumbaban por arriba del 10% en las operaciones pre-market en Wall Street. Según la consultora 1816, una de las más leídas en la city, "parece inexorable que tendremos descensos en los precios de bonos y acciones en las próximas horas".
Outlier, por su parte, prevé una suba del dólar pese al anuncio de la Secretaría de Finanzas sobre la intervención del Tesoro en el tipo de cambio. "En caso de una mala elección para el oficialismo (una derrota por más de cinco puntos), no descartamos que las subas puedan adjudicarse a un corrimiento del Tesoro en la punta vendedora, justificándolo en el “riesgo K”, y que posteriormente se reposicione en un nivel más alto para 'aguantar mejor' hasta octubre", consideró la consultora.
Por su parte, Adcap, dirigida por el analista financiero Javier Timerman, advirtió que "estos resultados probablemente generen una sorpresa negativa en los mercados" y remarcó que "los tipos de cambio en los mercados de cripto ya reflejan tensión, con cotizaciones por encima de 1.400 ARS por USD", según anticipó antes de que el dólar oficial abriera este lunes a $1.450.
Para Facimex, "un escenario que no despeje la incertidumbre sería consistente con una transición en la cual el equipo económico se vería inclinado a sostener o profundizar las acciones adoptadas a lo largo de los últimos 2 meses". Es decir, un sostenimiento de las altísimas tasas y una resignación a seguir perdiendo reservas del Banco Central y activos del Tesoro en pos de sostener la estabilidad inflacionaria y de imponer un techo para el dólar.
Martín Kalos, titular de Epyca, coincidió en que "la lógica indica que el gobierno debería dejar que suba el dólar", y alertó que "la pregunta es si eso es antes o a la altura del techo de la banda", señaló a El Destape.
"En ese escenario, no proyectamos nuevas compras del Tesoro, sino más bien ventas adicionales, e incluso un posible testeo del techo de la banda", dijo Outlier en el mismo sentido. Incluso, advirtió que los mercados no descartan que "ante un eventual testeo de la banda superior el BCRA puede operar de una manera distinta a la descripta", es decir, "de manera discrecional una vez superado el techo".
La consultora 1816, señaló que al Gobierno le convendrá defender el tipo de cambio en el techo de la banda para poder usar, de esa manera, los dólares del FMI, y no gastar los del Tesoro. "El poder de fuego del BCRA es muchísimo más grande", mientras que el del Tesoro "es muy limitado", señaló en un informe posterior al resultado electoral.
Para Kalos, el Gobierno tiene ahora dos caminos: tomar medidas para intentar reimpulsarse de cara a octubre o resignarse y, pasando a una nueva etapa del programa, aprestarse a implementar las reformas que estuvo posponiendo hasta ahora para tratar de llegar competitivo a septiembre. En su discurso de ayer, el Presidente pareció dejar claro cuál de estas dos opciones eligió.