En plena expectativa por la aprobación de la primera revisión del nuevo acuerdo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) volvió a advertir a Argentina por la falta de acumulación de reservas, y reconoció que el país sufrirá una salida neta de dólares en 2025.
Así lo hizo en un informe que publicó este martes titulado "Desbalances globales en un mundo cambiante", que analiza las economías de 30 de los principales países del mundo, entre ellos Argentina. El informe tiene al final de 2024 como momento de corte general, pero aun así establece algunas orientaciones que llegan hasta 2025, más allá del acuerdo de abril y la salida parcial del cepo cambiario. E incluso señala ciertas proyecciones para todo este año.
De este modo, en el apartado del informe referido a Argentina, el FMI reconoce que "la acumulación de reservas se volvió más difícil desde mediados de 2024, con las reservas netas cayendo a -6.000 millones para fines de marzo de 2025". Y agrega que "el nivel de reservas se estabilizó tras la implementación del nuevo programa y la introducción de bandas de tipo de cambio en abril".
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Es decir, primero las reservas siguieron cayendo (como ocurría desde mediados de 2023) a terreno negativo y luego su nivel se "estabilizó" pero no creció. Traducido: el Gobierno no logró acumular las reservas a las que se comprometió en el acuerdo firmado en abril. A nadie en el Fondo se le escapa que esta crítica llega cuando todo indica que Argentina deberá pedir un waiver o perdón parcial por incumplir esta meta, para así poder aprobar la primera revisión del acuerdo, que ya lleva demorada más de un mes.
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Además, en la evaluación hecha antes de la salida parcial del cepo a mediados de abril, el FMI advirtió que la flexibilización del control de capitales "deberá estar acompañada de políticas macroprudenciales estrictas para garantizar la sostenibilidad de los flujos de capital, evitando así descalces financieros y salidas disruptivas de capitales desde el exterior". Algo que el Gobierno no parece haber tenido en cuenta cuando, a inicios de junio pasado, levantó el parking de seis meses para inversores extranjeros que había establecido pocas semanas antes.
El FMI también reconoció una apreciación del peso al señalar que "a mayo de 2025, el RER (según sus siglas en inglés, el tipo de cambio real) se encontraba generalmente desalineado en relación al cierre de 2024, en el contexto de la adopción de un nuevo régimen monetario y cambiario, y del debilitamiento del dólar estadounidense".
Al respecto, agregó que "a mediano plazo, se requiere una política macroeconómica coherente para sostener una reducción del déficit comercial y una acumulación de reservas" y que "una apreciación real más fuerte del RER podría estar justificada si las reformas estructurales en curso logran mejorar significativamente la productividad y la competitividad". Niveles de productividad que, por ahora, no parecen verse reflejados en la realidad, a juzgar por la caída del EMAE de mayo que reveló el Indec ayer.
Es en este marco que el mismo informe proyecta que el balance de la cuenta corriente de Argentina (que estima el resultado de los ingresos y egresos de bienes, servicios y rentas del país) tendrá un déficit de 3.000 millones de dólares para 2025, una enorme caída respecto al superávit de 6.000 millones de dólares que registró en 2024.
Este informe plagado de advertencias llega en el peor momento del gobierno de Milei frente a los mercados internacionales, semanas después de que el informe del JP Morgan alertara sobre la falta de acumulación de reservas y justo cuando Argentina espera de manera inminente el cierre de la primera revisión, necesaria para el desembolso de 2.000 millones de dólares claves para engrosar las arcas del Banco Central y contener la suba del dólar antes de las elecciones.