Israel atacó la flotilla Global Sumud, una iniciativa con más de 200 activistas

Israel interceptó tres barcos de la flotilla con ayuda humanitaria que zarparon desde España hace un mes. Quiénes son los tripulantes y qué información hay hasta ahora.

01 de octubre, 2025 | 19.11

Las imágenes de la intercepción israelí a la Flotilla Global Sumud, la delegación internacional de barcos que zarpó desde Barcelona el domingo 31 de agosto y que trasportaba ayuda humanitaria para la Franja de Gaza, recorrió el mundo a partir de la viralización de los videos que difundió la ex legisladora porteña Celeste Fierro, una de las mujeres argentinas que integra la tripulación de la flotilla, donde mostró el momento exacto de la intervención de las tropas israelíes sobre la nave de ultramar. 

Este miércoles al menos 20 buques militares israelíes interceptaron las embarcaciones a unas 120 millas náuticas de la costa, subiéndose a algunas de ellas y bloqueando sus comunicaciones. Los activistas a bordo informaron sobre luces brillantes y rociado de agua por parte de las fuerzas israelíes antes de los abordajes.

Israel asegura que la flotilla busca socavar su seguridad y apoya a Hamas, mientras que los organizadores insisten en que su única intención es entregar ayuda humanitaria y desafiar un bloqueo que consideran ilegal. 

Cómo surgió la flotilla y quiénes participan de ella

Con una delegación compuesta por activistas de 44 países, entre los que estaban la popular Greta Thunberg y la dirigente izquierdista portuguesa Mariana Mortágua, junto a otros ocho argentinos entre los que se encuentra la ex legisladora Fierro y el capitán Carlos Bártola, la Flotilla Global Sumud es una iniciativa que surgió de distintas organizaciones no gubernamentales (ONG's) que pretenden romper el bloqueo israelí a la Franja de Gaza que impide la llegada de ayuda humanitaria al enclave palestino. Distintos países se sumaron a la propuesta, por lo que a medida que la nave marítima que partió desde Barcelona avanzó sobre el Mediterráneo, fueron sumándose otros convoys de los diferentes países a la flota. España, Italia y Turquía aportaron logística de seguridad también, para garantizar la integridad tanto del personal civil como de los propios barcos.

Los preparativos comenzaron entre agosto y septiembre de 2025. Algunos convoyes partieron desde Italia el 30 de agosto, otros desde España el 31, y más tarde desde Túnez y nuevamente desde Italia el 4 de septiembre. La Global Sumud registró a más de seis mil participantes, quienes recibieron formación y entrenamiento previo, además de participar en eventos de solidaridad y campamentos instalados cerca de los puntos de partida. 

Las primeras embarcaciones partieron desde Barcelona y Génova, que llevó a más de 200 activistas. Los barcos, diversos en tamaño y capacidad, varían su capacidad de transporte de entre seis o siete tripulantes, mientras que otros contaban con 25. Todos con una estructura común: un capitán, un coordinador de misión, un referente reconocido en su país de origen y un equipo de comunicaciones que incluía periodistas o comunicadores junto a varios activistas.

Fallas técnicas y amenazas israelíes

Durante los primeros días de navegación la flotilla tuvo inconvenientes técnicos. Una tormenta dañó equipos de comunicación y motores de embarcaciones pequeñas, por lo que algunas tuvieron que regresar a puerto. Hannah Smith, vocera de la flotilla, explicó que "esta noche ha sido muy dura, hemos atravesado una gran tormenta y algunos de nuestros barcos más pequeños han tenido que regresar a puerto". Destacó el espíritu de los tripulantes y subrayó que, al tratarse de una misión civil, debieron comprar y equipar los barcos en apenas dos meses, algo que según ella "deberían haber facilitado los gobiernos mediante naves seguras y adecuadas para transportar ayuda humanitaria". 

Sin embargo la flotilla también contó con barcos especializados. Entre ellos, el Life Support, de la organización humanitaria Emergency, preparado para tareas de rescate en alta mar, y el Shireen, con un equipo de juristas a bordo para observar el cumplimiento del derecho internacional y brindar apoyo legal en caso de irregularidades. Más adelante se sumó el Summertime - Jong, también tripulado por abogados. Para el 22 de septiembre había registro de sesenta embarcaciones participantes, cincuenta en navegación activa. Al 1 de octubre, el rastreador de la flotilla mostraba 45 barcos en ruta hacia Gaza, a los que se sumaron otras nueve naves partiendo desde Sicilia.

Las críticas y amenazas desde Tel Aviv

Israel calificó desde el principio a la misión como "una amenaza a su soberanía" y acusó a los organizadores de vínculos con Hamás. El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, propuso tratar a los participantes como terroristas y confiscar las embarcaciones para convertirlas en parte de la policía israelí. Además, el canciller israelí Gideon Sa'ar advirtió que interceptaría la flotilla si no desviaba su rumbo hacia el puerto israelí de Ashkelon, donde se ofrecería transferir la ayuda humanitaria bajo supervisión israelí.