Este fin de semana miles de jóvenes se manifestaron en la Ciudad de México contra la inseguridad y el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum. Según la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la capital, se concentraron más de 17.000 personas, pero todo terminó en un enfrentamiento con la policía.
Más de 120 personas resultaron heridas, 100 de ellas son agentes de la policía. Todo comenzó cuando en el Zócalo capitalino un grupo de jóvenes logró mover las vallas de casi tres metros que resguardaban el Palacio Nacional. Los manifestantes fueron convocados principalmente por grupos juveniles de la "generación z", quienes exigían respuestas por los asesinatos de alto perfil.
Según medios internacionales, la marcha partió desde el Monumento del Ángel de la Independencia con destino al Zócalo capitalino y la mayoría de los asistentes eran personas que superaban los 30 años y los jóvenes eran la minoría.
Los incidentes
La movilización tuvo lugar el sábado, y fue la primera gran protesta contra el gobierno de Sheinbaum. La tensión escaló este sábado por la noche frente a la residencia de la presidenta, donde los manifestantes retiraron partes del vallado que protege el recinto. La policía que custodiaba el lugar usó gas lacrimógeno para dispersar a los grupos.
Los enfrentamientos también incluyeron piedras, petardos, explosiones y nubes de humo que derivaron en casi 200 atenciones médicas a civiles y policías.
Según informó el secretario de Seguridad de la Ciudad de México, Pablo Vázquez, 20 personas fueron detenidas por delitos como robo y agresión. Sheinbaum, por su parte, afirmó que las marchas, que también se llevaron a cabo en otras ciudades como Guadalajara, fueron “financiadas por políticos de derecha” que se oponen a su gobierno.
Días antes de la manifestación, la mandataria había asegurado que la protesta estaba siendo fomentada por bots en internet. “Estamos de acuerdo con la libertad de expresión y de manifestación si hay jóvenes que tienen demandas, pero la cuestión aquí es quién está promoviendo la manifestación,” remarcó Sheinbaum en diálogo con la prensa.
Qué reclamaban los manifestantes
Los reclamos de los manifestantes se intensificaron tras el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, ocurrido el 1 de noviembre.
Manzo fue abatido a tiros mientras participaba de una celebración del Día de los Muertos. Algunos manifestantes ondeaban pancartas con consignas como “Todos somos Carlos Manzo” y vestían sombreros vaqueros en su recuerdo.
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El alcalde era conocido por “denunciar abiertamente la presencia de cárteles de la droga en su municipio y los actos de violencia que estos generan”, demandando “acciones contundentes” contra los grupos criminales. Si bien la presidenta Sheinbaum actuó contra los cárteles y logró avances en la lucha contra el tráfico de fentanilo, fue criticada por no detener la violencia que azota al país.
Pese a mantener niveles de aprobación por encima del 70% en su primer año en el cargo, su gestión enfrenta una creciente hostilidad, incluso de países vecinos. Recientemente, el Congreso de Perú votó declararla como persona no grata, tras la ruptura de relaciones diplomáticas por la concesión de asilo a la exprimera ministra Betssy Chávez.
