Trump y Carney se reunieron en la Casa Blanca: "Canadá no está a la venta"

En medio de sonrisas, pero de una fuerte tensión, el presidente de Estados Unidos se reunió con el flamante primer ministro canadiense. Las tarifas y el "estado 51".

06 de mayo, 2025 | 20.08

En su primer encuentro con Donald Trump, el primer ministro de Canadá, Mark Carney, fue firme: "Canadá no está a la venta y nunca lo estará, pero la oportunidad está en la colaboración y en lo que podamos construir juntos", le respondió al Presidente de Estados Unidos. La reunión se llevó a cabo en la Casa Blanca y más allá de las sonrisas, ambos mandatarios dejaron en claro sus diferencias, sobre todo en el ámbito económico en el marco de la guerra comercial desatada. 

La distancia entre ambos quedó marcada en diversos momentos. Uno de ellos fue cuando la prensa le preguntó a Trump si había algo que Carney pudiera decirle que lograra que levante los aranceles que impuso a su vecino del norte por un 25%: "No", dijo contundente el estadounidense. 

Cuando Carney dijo que Canadá no estaba a la venta, Trump respondió "nunca digas nunca" y dijo que le "encanta Canadá", además de señalar en otro momento que su deseo sería que Canadá formase parte de Estados Unidos. El republicano insiste dese hace meses en que Canadá debería integrarse a Estados Unidos como su estado número 51.

Pero Carney se sienta en las antípodas de esa idea y, de hecho, se impuso en las elecciones con una firme de oposición a Trump. 

Según reportó, la agencia de noticias Associated Press, poco antes de la llegada de Carney Trump insultó a Canadá al publicar en redes sociales que su país no necesita "nada" de su vecino del norte. Sin embargo, al ver a su par cara a cara, le sonrió y lo felicitó por haber ganado las elecciones. Allí, también señalaron que en ocasiones, Carney tuvo dificultades para intervenir y levantó la mano para poder hablar mientras Trump se extendía y cambiaba de tema, mencionando al gobernador demócrata de California, Gavin Newsom, al predecesor de Carney, Justin Trudeau, y adelantándose a un "gran" anuncio próximo que "no necesariamente tiene que ver con el comercio".

La guerra comercial con Canadá 

El mandatario impuso parcialmente un arancel del 25% sobre varios productos canadienses, junto con impuestos de importación del 25% sobre todas las importaciones de aluminio y acero. Sin embargo, eximió a productos cubiertos por el Tratado entre Estados Unidos, México y Canadá (USMCA, por sus siglas en inglés). La respuesta de Canadá fue imponer tarifas por US$42.000 millones sobre productos estadounidenses, mientras Trump insiste en que no quiere comprar autos de su vecino, incluso si los vehículos se ensamblaban en Estados Unidos.

Durante el encuentro, el líder estadounidense insistió en que el déficit comercial de 63 000 millones de dólares en bienes —que infló a 200 000 millones de dólares— era un subsidio que debía "cesar". 

En tanto, Canadá es el mayor proveedor extranjero de petróleo crudo de Estados Unidos y, aproximadamente, el 75% de las exportaciones de Canadá van hacia su vecino del sur. Canadá, por su parte, representa un porcentaje mucho menor (el 17%) de las exportaciones estadounidenses.