Axel Kicillof termina la campaña convencido de que acertó en su estrategia de desdoblamiento, repite en conversaciones privadas. No tiene o no muestra certezas sobre el resultado, pero trabaja sobre una hipótesis favorable y diseña una hoja de ruta para aprovechar a partir del lunes la efervescencia social que, dicen quienes lo acompañan en sus recorridas, percibió en las últimas semanas. De buen ánimo, se prepara para pasar de pantalla.
Convertido en un mano a mano con Javier Milei, el test electoral del domingo es un punto de inflexión en la trayectoria política de Kicillof. El gobernador de la provincia de Buenos Aires es el dirigente que más arriesga en los comicios de renovación de la Legislatura, incluso más que el Presidente. Después de nadar contra la corriente interna del peronismo, logró imponer su estrategia y forjó su autonomía, tras un cierre de listas caótico. Empezó la campaña en soledad y solo en la recta final completó hasta donde pudo el álbum de fotos de la unidad. El resultado puede marcar la suerte de su proyecto presidencial.
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¿Qué sería un buen resultado para Kicillof? El gobernador no duda en abrir el paraguas, en un libreto que sus laderos repiten al pie de la letra. “Incluso si perdemos por poco, es un buen resultado, porque hace un mes Milei decía que nos ganaba por veinte puntos”, dicen. Las encuestas que llegan a la gobernación coinciden en que Fuerza Patria viene creciendo ante un oficialismo que cayó en las últimas semanas, golpeado por los escándalos de corrupción y la inestabilidad de la economía. "Parejos con ventaja", le dijo Sergio Massa esta semana. La incertidumbre sobre el nivel de ausentismo complica los pronósticos e impone cautela.
Al margen de lo que pase el domingo, los arquitectos del proyecto Kicillof 2027 se muestran conformes con lo hecho hasta el momento. "La ganancia principal es que al final del camino discutió con Cristina mano a mano y de esa discusión salió un resultado", dicen en la gobernación. "Axel tuvo la valentía de construir un escenario: hizo la campaña que quería hacer, confrontó con Milei y convivió bien con los intendentes", agregan. Señalan que el domingo a la noche empieza otra etapa, en la que arreciarán las tensiones internas, sea cual sea el resultado.
Relación quebrada
Kicillof y Cristina Kirchner no hablaron entre ellos durante toda la campaña. La relación no tiene vuelta atrás. El único punto de contacto indirecto se produjo el 28 de agosto. La ex presidenta, detenida en su departamento de San José 1111, envió un mensaje de audio a un acto de trabajadores de la salud, en Pilar, que el gobernador encabezó junto con el ministro provincial Nicolás Kreplak, dirigente de La Cámpora. El funcionario le avisó a Kicillof de antemano que pensaba pedirle un audio a Cristina. El gobernador dio el visto bueno.
Ya había quedado atrás el episodio protagonizado por Máximo Kirchner, en Quilmes, que amenazó con hacer recrudecer la disputa interna en la recta final de la campaña. El gobernador contuvo a los propios para que no respondieran a la acusación del presidente del PJ bonaerense sobre un supuesto perjuicio a los intendentes de La Cámpora en la asignación de recursos a los municipios. En las filas del gobernador todavía no decidieron si van a intentar dar la pelea partidaria con Máximo, que tiene mandato en la presidencia del PJ bonaerense hasta diciembre de este año.
Los dirigentes del Movimiento Derecho al Futuro (MDF), la fuerza que sostiene las aspiraciones presidenciales de Kicillof, interpretan que, aunque sigan las tensiones internas, el lunes empieza una etapa diferente. "Hasta acá la novela era si se rompía o no. Ahora va a ser una discusión más a cara descubierta. Hay que convivir sabiendo que somos espacios diferentes y si hay que ir a una PASO en 2027, iremos", dice uno de los candidatos.
Acercamiento con Massa
El acercamiento con Sergio Massa, escenificado en el reconocimiento público que le hizo Kicillof el miércoles, en el acto de Tigre, puede leerse también en clave interna. "Axel quiere cuidar esa relación. Sergio va a adquirir más autonomía a partir de ahora. Ellos compiten pero se necesitan, por algo nadie sacó los pies del plato", interpreta un dirigente que los conoce muy bien a los dos. Massa, que terminó lagrimeando por las palabras de Kicillof, se muestra convencido de que el gobernador solo saldrá fortalecido de esta experiencia si refuerza la unidad.
En esa dirección, en la gobernación aceleraron los contactos para asegurar un búnker conjunto para la noche del domingo. Todos los sectores fueron convocados al Hotel Brizo, en La Plata. "Cada uno va a tener su espacio y los ingresos que necesite", dijeron cerca del gobernador. La foto del escenario será un disparo de largada para lo que viene, interpreta un dirigente que trabaja para la candidatura presidencial de Kicillof.
Si las cosas salen como esperan en la gobernación, Kicillof se va a poner al frente de la campaña nacional, de cara a los comicios del 26 de octubre. "Va a ser como un jefe de campaña de Taiana", anticiparon. Sólo después de esas elecciones, se avanzará en el armado de la estructura del MDF en distintas provincias. A partir de noviembre, Kicillof activará también la elaboración de un programa de gobierno. Si todo resulta de acuerdo al plan, en 2026 empezará a recorrer el país. Tal vez se atreva a decir en público que quiere ser presidente.